*En el capítulo anterior*
Martina lanzó un pequeño gritito de emoción, al parecer si le gustaba ir allí. Esta era una salida genial…
Capítulo 18: Mejores amigos
Narra ______:
Estacioné el auto en frente del local que por la hora estaba vacío y por suerte abierto. Nos bajamos y rápidamente entramos al local, para tomar el menor frío posible.
______: Esperen que yo no puedo correr!-les recordé mientras entraba última al local y tomaba mi pierna con fuerza-
Martina: Lo siento, estas bien?-dijo acercándose junto con Alice-
______: Si, no pasa nada-respondí enderezándome a pesar del dolor de la pierna- vamos a ordenar que tengo hambre
Ellas asintieron con la cabeza y juntas nos dirigimos a la caja. Estaba atendiendo una señora dre aproximadamente unos cincuenta años, de pelo canoso, grandes ojeras y unas ganas de irse a dormir que se le notaban a kilómetros.
______: Hola-dije a lo que ella reaccionó como si la hubiese despertado-
Señora: Hola buenas tardes y bienvenidos, que desea ordenar?-preguntó con voz de lagarto-
______: Quiero…-dije mirando la gran cartelera donde aparecían todos los pedidos posibles- quiero una cajita feliz con una coca grande-me decidí finalmente… que tiene?-
Señora: Está bien, paga en efectivo o con tarjeta?-preguntó mientras anotaba no se que cosa en la computadora-
_____: Con tarjeta-respondí dándole mi tarjeta platinum y mi identificación-
La mujer pareció asombrada por el tipo de tarjeta, no cualquiera tenía una así. Luego la pasó por el lector, anotó un par de cosas más y salió la factura.
Señora: Muchas gracias por elegirnos, en unos minutos la llamaré para avisarle que su pedido está listo así lo viene a buscar-dijo entregándome un papel- solo firme aquí y…
______: Si y mi documento ya lo sé-respondí aburrida-
Tomé la factura y me fui a elegir una mesa mientras las chicas hacía su pedido. Elegí una mesa que estaba cerca de la ventana, y desde ella se podían ver a los autos y las pocas personas que aún circundaban la calle a estas horas. De noche siempre pensé que la ciudad era completamente diferente que de día, tenía otra gente, otras culturas, otras actitudes, otros intereses, otras familias, otras historias, otra gente, otro mundo. Había salido pocas veces de fiesta y me gustaba, pero nunca me acostumbré a la vida nocturna ya que mi única amiga era Alice y a ella no le gustan esas cosas, y sola no iría. Me gustaba ver cómo la gente pasaba, centrada en sus pensamientos, en sus vidas, en sus emociones, hundiéndose en sus problemas, caminando con la cabeza gacha, de manera que no pueden apreciar la gran y hermosa ciudad que los rodea.
Martu: ______, mira trajimos tu bandeja-dijo dejándome mi bandeja con comida frente a mí-
______: Gracias chicas-dije mirando la bandeja con apetito-
En ese momento me di cuenta de que ya le habían entregado la comida a las dos, y que ambas habían pedido cajitas felices al igual que yo. Les sonreí al notarlo, a lo que ellas me sonrieron de vuelta divertidas. Alice se sentó a mi lado y Martina enfrente de mí. En ese momento abrimos nuestras cajitas, y comenzamos a devorar nuestra comida.
Alice: Y, que van a hacer para navidad?-preguntó justo antes de meterse una papita en la boca-
Martu: Yo lo pasaré con mi familia, no somos muchos pero es como una tradición familiar que tenemos, nos juntamos toda la familia en la casa de mi abuela- dijo con una sonrisa dándole otro mordisco a su hamburguesa-