*Capítulo anterior*
En ese momento Harry se separó de mí unos centímetros y me miro a los ojos otra vez. De un momento a otro se separó rápidamente de mí y se paró a un lado de la camilla, dejándome caer sobre ella, disimulando como si nada hubiera pasado, justo en el momento en el que entro mi padre junto con otras enfermeras que venían corriendo para calmarme, aunque Harry se había encargado de eso…
Capítulo 11: Despierta
Narra ______:
Y allí estaba mi padre junto a la enfermera mirándome con los ojos abiertos de par en par.
Harry: Al parecer solo fue un pequeño y corto ataque de alteración general gracias a las pequeñas secuelas del golpe que al no ser grabe no intensifico esta pequeña alteración ni las magnitudes de las secuelas neuronales- se apresuró a explicar con toda la simpleza del mundo, esperen, de donde sabía todo eso? Es médico?-
Enfermera: Si…-respondió asintiendo con la cabeza un poco asombrada por las palabras de Harry-
Luego de eso se retiró dejándonos solos a los tres en la sala, se ve que Harry sabe más que ella, hasta yo me sorprendí. Mi padre se acercó lentamente a la camilla en la que me encontraba, mientras sus pasos le daban escalofríos a mi débil cuerpo, aún estaba asustada y estaba un poco paranoica. Estaba muy abrumada y perdida, imagínense que se despiertan solos en un hospital y lo primero que escuchan es una de sus peores pesadillas y que su propio padre las cree loca, les aseguro que no es nada lindo.
Sr. Ross: Como estás mi niña?-preguntó con una suave voz que pocas veces escuchaba-
Gire lentamente mi cabeza para encontrarme con sus preocupados ojos marrones, que me miraban con un brillo especial rogando por una respuesta positiva saliera de mis finos labios. Se notaba que en ese momento estaba preocupado por mí, ya que sus ojos me los decían en cierta forma con ese brillo especial, que probablemente también se deba al cansancio por no hacerse ido ni un minuto y solamente quedarse acá, que como sé que se quedó? Fácil, aún está todo azul. No pude evitar soltar una risita, no todos los días se ve a un hombre tan profesional como mi padre todo cubierto de azul. Él levantó una ceja, seguramente sabia porque me reía a así que inmediatamente borré la sonrisa de mi cara.
Sr. Ross: Muy graciosa-dijo mi padre achinando los ojos y haciendo una risa falsa-
______: Pero si la broma no era para ti! Era para Harry!- grité alterada recordando lo de las tarjetas-
Sr. Ross: Aver espera, cálmate-dijo tratando de calmarme tomándome de la mano-
No podía calmarme, mis tarjetas no, no me las podían quitar, no…no…no…
Harry: Cálmate, mírame, respira hondo como yo…-me ordeno tomándome por los hombros y respirando exageradamente-
Me miraba con esas brillantes esmeraldas…esperen, que? No, no, no, esas horribles bolas oculares color vómito me miraban… mucho mejor. Comencé a respirar profundo imitando a Harry, y aunque me costaba el me incentivaba a hacerlo frotándome suavemente los hombros y cada un par de respiraciones dándome una palabras de aliento. Cuando estuve más calmada, bajé la cabeza y Harry me acostó lentamente, tal como lo había hecho hacía unos minutos.
Harry: Mejor?- preguntó con una voz que nunca le había escuchado en el poco tiempo que nos conocíamos, era suave y sonaba preocupada-
______: S…sí- respondí tartamudeando, seguro ese tipo de ataque me iban a terminar afectando-
Harry volvió a su asiento y volteé a ver a mi padre el cual miraba a Harry con cara de pocos amigos, me acababa de tranquilizar, enserio va a empezar con los celos, enzima de Harry, por favor…