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Eren se encontraba asechando por lo alto al azabache, no estaba jugando y eso lo había dejado bien en claro desde que asumió una posible paliza por parte del capitán. Sin embargo, no apostaría por tenerla de compañera considerando los peligroso que había resultado para el en ciertas ocasiones.

-Siéntate – indico Levi haciendo caso omiso al castaño-

Mikasa se acercó cautelosamente hasta encontrarse al lado de su silla. Creía haber entendido completamente el contenido de aquella carta, sin embargo, la duda se apoderó de ella al encontrase con su compañero. Repaso mentalmente la hora, y sí, había llegado puntual. Entonces no estaba interrumpiendo otro contexto salvo que aún faltara algo que Levi no le había mencionado.

-Estoy confundida ¿qué hace él aquí? – pregunto intrigada-

Eren solo un suspiro divertido.

-Me pregunto exactamente lo mismo, mi querida -la miro molesto-

Mikasa mordisqueo su labio interior dudosa, ¿cómo se supone que deba reaccionar a eso?

-No soy tu querida – espetó-

Procedió a tomar asiento y mantuvo la mirada fija al frente. Intento no sentirse asechada por la mirada del castaño, se suponía que no debía responder a su insinuante invitación, pero lo había hecho.

Levi se mostraba impasible ante los muchachos, pero escondía una cierta diversión e intriga por saber que se traían, alterno la vista entre los dos y ninguno parecía estar consciente de su presencia. El ambiente era solo de ellos.

-Mikasa, respondiendo a tu pregunta – rompió el silencio atrayendo ambas miradas- Eren será tu compañero.

- ¿Qué?

- ¡No! ¡claro que no! – Eren soltó bruscamente su agarre retomando su prominente altura- sabes que puedo hacer el trabajo yo sólo.

- ¿Y arriesgarnos a que suceda lo mismo que en shinganshina? – dijo tajante-

Eren no replicó, sabía perfectamente que estuvo gravemente herido por una impulsividad dando paso a la pérdida de su objetivo. Había perdido tanta fuerza que ni siquiera su poder titán pudo regenerarlo rápidamente en sus partes vitales.

-Eso no volverá a suceder – relajo su cuerpo notoriamente, no podía luchar contra aquella situación- eran demasiados.

-No deseo volver arriesgarme tampoco, fue mi responsabilidad encomendarte ese trabajo para ti solo – menciono comprensivamente al recordar el enorme cuchillo que atravesaba tanto su corazón y pulmón – casi mueres en ese lugar....por eso mikasa estará contigo desde ahora – alargo su mano para extenderle un papel con la información interna de desarrollo y habilidad de la chica – como puedes ver, es perfecta en ambos puntos estratégicos y la única que esta sobre tu nivel.

Mikasa sentía su pecho hundirse al percatarse que el castaño estaba implicado a fondo en los propósitos de Levi, tanto que estuvo al borde de la muerte sin que nadie en la legión se enterara, salvo el capitán por lo visto.

-Lo acepto – dijo sin despegar los ojos de sus manos – ¡te ayudaré! – dijo decidida- ¡ayudemos a Paradis juntos!

Eren ladeo su cabeza para observarla mejor. Sus ojos grises mostraban determinación y lealtad, esa chispa era propia de la joven y en resumidas palabras era el imán que lo seguía atrayendo como abeja al tierno pólen de primavera. Pero esos deseos los estaba comenzando a enterrar en lo más profundo de sus recuerdos.

-¿No cambiarás de opinión, cierto?

Eren dio un largo suspiro para dejarse caer en su silla.

-No tengo otra opción supongo.

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