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Eren no estaba del todo seguro, pero antes de protestar la chica ya lo había sujetado del brazo haciéndolo entrar a la fuerza dentro de la habitación

-Mikasa ¿por qué?

-Shh-se asomó por el leve espacio que había dejado entre la puerta y el marco para darle una mejor visibilidad de quienes eran esas personas- es el comandante -musitó-esta hablando con otra persona, pero no alcanzo a distinguirlo-dijo entrecerrando sus ojos grises-

-Déjame ver-se acerco cuidadosamente y levanto un poco su cabeza para mirar por sobre ella-

Un leve olor llego a las fosas nasales de la chica y se dio cuenta lo cerca que estaba de él, olía a limpieza mezclado con el olor nato del castaño y levanto un poco su cabeza para poder observarlo mejor. La luz de la luna filtrándose por su ventana hacía resplandecer el rostro del chico, marcando levemente sus facciones y haciendo brillar aún más sus ojos esmeraldas.

-Es de la policía militar. por la insignia, pero tampoco alcanzo a ver su rostro-cerro cuidadosamente la puerta- ¿me pregunto si...? -musito en voz baja-

La azabache no alcanzo a escuchar ya que se alejó rápidamente antes que la atrapará contemplándolo y agradeció la escasa luz de la luna en la habitación para no tener que recurrir a su bufanda para esconder su rubor.

-Lo siento si te hice entrar a la fuerza-acomodó las sabanas-no quería que te atraparan

-Está bien mika, perdóname a mi por venir así a tu habitación-suspiro y comenzó a caminar mientras divisaba una prenda bien doblada sobre la silla de la habitación-dime ¿por qué sigues conservando esta vieja bufanda? -la desdoblo cuidadosamente y se dio cuenta que la lana estaba desteñida y había perdido su suavidad por el uso de los años-

-Tu me la diste eren esespecial para mí.

-Pero es solo una bufanda puedo regalarte otra si quieres, ya sabes, una mejor.

-Me gusta esa, me siento más segura de mí misma cuando la llevo conmigo es como un amuleto, pero gracias.

Hubo un silencio de solo unos segundos, pero se sintió una eternidad para ambos.

- ¿No puedes cancelar tu practica con jean? -soltó de repente el castaño-

- ¿Hmn?

Dejo en su lugar la prenda y se giró para verla a los ojos.

-Ven con nosotros mikasa-se acerco y se sentó a su lado-quiero que salgamos juntos como en los viejos tiempos.

-No lo sé, no me gusta incumplir mis promesas...

-Lo sé -suspiro-

No se había percatado de lo cerca que estaban ahora, no como hace un rato donde el ignoraba eso, ahora estaban mirándose fijamente y estaban a una distancia prudente pero tan cercana que la chica sintió su corazón acelerarse, recordó aquella vez que la salvo y le otorgo un hogar. Sí, sin duda se sentía en deuda y desde que llego a su casa le prometió a Carla que cuidaría de eren, era la única familia que le quedaba.

Sin embargo, últimamente se había sentido muy confundida respecto a esos sentimientos. Trataba de convencerse de lo que sentía era meramente un cariño fraternal y una promesa que deseaba cumplir, pero comenzaba a quererlo de una manera diferente, deseaba protegerlo en cada momento, le molestaba cuando otras chicas se acercaban demasiado. Y esos sentimientos contradictorios la hacían sentirse muy mal, sabía que el la quería como una hermana y que siempre le reprochaba que parara de protegerlo.

-Mikasa-susurro el joven-

-¿Sí?

Por un momento el tiempo se detuvo para ellos, eren abrió sus ojos a la par al darse cuenta de lo cerca que estaban, quería alejarse, pero sentía un impulso de acercarse aun más. Respiro hondo y el perfume ya casi extinguido de la chica llego a él, era dulce con una mezcla de flores. Comenzó a acercarse muy lentamente, esperando que la chica lo frenará o en último recurso lo golpeará. Por otro lado, mikasa lo miraba sorprendida y no podía moverse. Pero al no ver ninguna reacción de rechazo se detuvo y dirigió su mirada al costado de su rostro.

-Te queda bien el cabello así-dijo mientras pasaba sus dedos por el suave y delgado cabello de la chica- ¿Por qué no te acercaste a nosotros si te sentías sola? -esta vez frunció su ceño- nos tienes a nosotros.

-Lo sé eren, pero últimamente todos hemos estado ocupados con nuestros asuntos y realmente no quería molestarlos.

-No eres una molestia mikasa-la regaño-no vuelvas a pensar nunca que eres una molestia para mí-suspiro y la miro dulcemente-si no quieres venir mañana lo entiendo-dijo mientras se levantaba-

-Iré.... Eren-musitó- hablaré con Jean.

- ¿En serio? -sonó emocionado-

-Sí, quiero pasar tiempo con mis amigos.

-Lo pasarás bien -bostezo- es mejor que me vaya antes que alguien se dé cuenta que no estoy en mi habitación-se acercó y deposito un suave beso en su mejilla-

- ¿Ah? -fue lo único que dijo por la sorpresa del beso que le había dado-

Eren se encamino a la puerta mientras la abría cuidadosamente y se asomaba para asegurase que ya no hubiese nadie.

-Eren....

-Buenas noches mikasa-le regalo una última sonrisa antes de salir de la habitación-

La azabache dejo caer su cuerpo hacia atrás desconcertada y sintió como su corazón latía rápidamente. Froto las yemas de sus dedos suavemente en el lugar donde eren había besado, una alegría se apodero de su corazón y sonrió mientras tapaba su rostro con la almohada.

Eren llego rápidamente a su habitación y se apresuro a lanzarse a la cama. Ambas manos taparon su rostro mientras sentía la sangre subir por su cara.

- ¡Joder¡fue solo un beso de buenas noches nada más

Se reprendió a si mismo pero en el fondo se sentía contento y no pudo evitar sonreír.

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