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Un movimiento repentino produjo que Mikasa levantará la mitad de su cuerpo quedando semi sentada en el colchón, desorientada miro a todos los lados tratando de adaptar la vista a la oscuridad de la noche. Aquella habitación del barco no poseía ventanas y la puerta no dejaba entrever más que solo rayos de luz cuando el día ya se ha anunciado, sin embargo eso aún no ocurría, seguía siendo de noche y había perdido la noción del tiempo.

Un quejido quejumbroso le alerto, dando un salto involuntario contra sí misma provocando que su corazón comenzara a latir rápidamente, eso hasta que logro recordar.

—Una ola debió golpear el barco con fuerza, ven, yo te cuidaré —murmuro somnoliento, mientras deslizaba su brazo a través de la cintura de la azabache atrayéndola contra su torso desnudo—. ¿Mejor?

—Mejor —susurro, acomodándose contra su pecho—. ¿Eren? 

El castaño ya se encontraba con los ojos cerrados y evitando a toda costa caer rendido al sueño. 

—¿Sí? 

—Tu corazón late tranquilo, recuerdo que Hange menciono algo  hace años, dijo que tu corazón necesitaba bombear sangre más rápido para hacer que el cuerpo estuviese preparado para convertirse en titán.

—Hmm

Mikasa procedió a cerrar los ojos, relajándose con tal glorioso palpite, lo adoraba. Le recordaba lo vivos que estaban, y apreciaba escucharlo de la persona que amaba. Sintió el agarre de Eren apretarla contra su cuerpo, esta vez la estaba abrazando con ambos brazos.

—Tú me haces estar tranquilo Mikasa, me haces sentirme en mi hogar.

Su voz apenas fue un susurro entre la respiración de ambos, Mikasa dejo escapar un suspiro de paz, se estiro para deslizar su brazo disponible por el torso desnudo del castaño, recorriendo su piel hasta encontrar la silueta de la conexión entre el cuello y la mandíbula.

—Te amo Eren, nunca olvides eso.

Por el contrario aquellas palabras solo llegaron de manera inconsciente a los oídos del castaño, ya se encontraba profundamente dormido.



Cada vez se iban acercando poco a poco a  Hizuru y era totalmente diferente a lo que alguna vez podrían haber imaginado. Cerca del muelle se encontraban varias casas de múltiples colores, sin embargo todas mantenían la misma simetría y construcción otorgándole una visual agradable a la vista de quienes visitaban la Isla. Todos yacían alrededor del muelle levantando los brazos otorgándole nuevamente la bienvenida a quien sería su futuro gobernante.

Mikasa se encontraba asombrada ante tan similitud, muchos rostros y muchas sonrisas que iban dirigidas a ella, aquello le fue inevitable y los nervios comenzaron a surgir con rápidez. 

—Entonces, este es tu lugar natal— Armin se acerco mientras el barco se acercaba al muelle—. Debes sentirte en paz ahora que has descubierto tus verdaderos orígenes.

Mikasa le presto poca atención a sus palabras al igual que el ruido abriéndose paso entre el mar. Un sentimiento de culpa se comenzó abrir en su interior, y sintió que le rompería el corazón si no lo explicaba antes de llegar.

—Mikasa.

La voz de Eren le hizo girar de golpe, sostenía un par de cajas de madera sobre su hombro siendo afirmados solo con su brazo. Su mirada notaba de preocupación hacia la azabache, se mantuvo estático al pendiente de alguna respuesta y Mikasa contra su voluntad se obligo a sonreír y negar con la cabeza. Y como si hubiera sido un peso, el rostro de Eren se suavizo y le regreso una sonrisa tímida mientras continuaba moviéndose al otro lado del barco.

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⏰ Última actualización: Aug 16, 2022 ⏰

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