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Mikasa corroboro por sí misma le teoría de James, solo los guardias reales se situaban en el frontis del palacio mientras que los demás hacían patrullas internas cercano de donde estaba Historia y los líderes de Marley.

Acomodo la capucha sobre su cabeza mientras se dirigía con cautela al sector que conducía hacia los calabozos bajo el suelo. Tanteo con los dedos la llave que descansaba sobre su pecho con la esperanza de verlos nuevamente a todos. Esta era su única oportunidad de sacarlos a todos y que el plan de James se llevara a cabo sin pérdidas.

Los latidos de su corazón iban en incremento al sentir la ansiedad en su cabeza. No había podido quitarse durante todo el día la sensación de malestar de que algo muy malo le había sucedido a sus compañeros. 

Unas sombras sobre el piso fueron extendiéndose en la esquina del pasillo indicando que alguien se acercaba sin emitir mayor ruido. Mikasa se apego contra la pared del pasillo apresurándose a esconderse al lado de una figura baja pero redondeada. Los pasos fueron haciéndose más cercanos, ¿dos o tres? no sabía con exactitud pero se acercaban con rapidez y en silencio.

- Mañana será un buen día para nuestros comandantes.

Mikasa apretó con fuerza el mango de su cuchillo mientras observaba con cuidado a los soldados caminando lentamente. No se moverá del lugar hasta que hayan pasado por completo al otro sector.

- ¿Crees que mueran más de esos eldianos?

- Quien sabe, espero que sí.

Una presencia se situó tras ella sin emitir sonido alguno, el susto fue tal que se giro repentinamente moviendo la escultura. Aquellos ojos le miraban fijamente resplandeciendo como el fuego de una estrella, mientras que una de sus manos estaba situada al costado de su rostro presionando  la escultura para que no golpease la pared y la otra se posaba con delicadeza en los labios de la chica.

- ¿Qué fue eso?

Menciono uno de los soldados.

Alzo la lampara de fuego hacía el pasillo alumbrando la mayor parte de las reliquias pertenecientes a la casa real. La sombra regordete del último abarcaba más, por lo que no alcanzaba a percibir los elementos a su alrededor.

- Debió ser el viento. 

Ambos se mantuvieron alertas ante cualquier movimiento, pero no ocurrió nada.

- Espero llegue pronto el amanecer para hacer relevo, necesito dormir.

Cuando los pasos y murmuros dejaron de escucharse, Armin resto fuerza en su mano apoyando la escultura nuevamente contra el suelo y pared.

- Creí...

No le permitió seguir. Mikasa ya le estaba abrazando, escondiendo su rostro entre el hueco de su cuello.

- Armin -aquello fue una mezcla de alivio y sollozo -

Fue lo único que logro pronunciar y fue más que suficiente para el rubio caer en cuenta de la situación, correspondió al abrazo posando su mano derecha sobre el cabello de la azabache, atrayéndola más.

- Quiero preguntarte demasiadas cosas, pero no hay tiempo...debemos irnos ahora.

Ambos se levantaron con cautela regresando por el mismo lugar del que al parecer habían venido ambos. Armin se sorprendió al sentir la calidez rozando débilmente su mano, sin pensarlo agarro la mano de Mikasa, entrelazando los dedos y apresurando su paso.

- ¿Y los demás? 

- Logramos salir todos, encontramos una salida que da directamente hacia la puerta de la ciudad, aún no se como hacerlo pero debemos salir de este maldito lugar lo más pronto posible - se detuvo repentinamente - ¡ah! lo olvide por completo.

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