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Mikasa

- ¿Hablas en serio? – la sonrisa incrédula de Sasha se extiende de oreja a oreja, me limito a asentir- ¿escuchaste Connie? ¡estamos invitados al baile! – grito eufórica-

- ¿Estas segura Mikasa? -pregunto dudoso, pero sin abandonar la alegría en su rostro-

- Sí, el capitán nos hará llegar las invitaciones durante la tarde.

Ambos comienzan a charlar acerca de las extravagancias de las reuniones en el castillo del rey. Hace un par de años ayudamos a descargar de las carretas cajas de vino y provisiones para el baile que realizo el rey a los altos mandos, todos quedamos impresionados por la cantidad de carne que ocuparían para el banquete. Cuando llegamos al cuartel Sasha nos revelo que había traído consigo una pata ahumada de cerdo dentro de su chaqueta, el festín en su cuarto no duro mucho antes que llegara el capitán a regañarnos.

Trate de no reír ante aquel recuerdo. La silla a mi costado derecho se deslizo hacia atrás, alce mi vista para encontrarme con los ojos azules de Armin mientras tomaba asiento dejando la bandeja sobre la mesa.

-Veo que estas mejor – me sonríe mientras acaricia mi cabeza- me costó mucho conciliar el sueño, me tenías preocupado jovencita.

- Valgo por cien soldados ¿lo olvidas? -bromé ofendida- se necesita más que una roca para derrotarme, solo fue un mal golpe después de todo, aunque descubrí mi punto débil supongo...

-Lo usual, morenos y salvajes en la cama – dijo Sasha para sí misma riendo- el punto débil de todas.

Connie abrió los ojos de par en par dándole un codazo disimulado. La sonrisa burlona desapareció de su rostro al darse cuenta de que lo había mencionado en voz alta. Mis mejillas comenzaban a tornarse rojas por la vergüenza al recordar lo de anoche mezclada con tensión por no contarle a mi amigo.

- ¿De que hablan? – armin alterno la vista entre nosotras-

-Pues...

-Anoche...Sasha tuvo un sueño donde... conocía a un chico moreno, se enamoraron y lo hicieron salvajemente ya sabes bien salvaje – dije rápidamente, estiré mi pierna bajo la mesa para darle un golpe a Blouse- ¿cierto, amiga?

Ella apretó sus labios formando una sonrisa sin dejar de mirarme.

-Por supuesto, siempre tengo esa clase de sueños, uno bastante real diría yo.

Quería reír, lo más fuerte que pudiera para librarme de esta tensa situación.

-No importa chicas, creo entender a lo que se refieren -menciono Armin reprimiendo una sonrisa incomoda - no pensé que tenías esa clase de fantasías Sasha.

-Tampoco yo – dijo finalmente antes de devorar su panecillo-

Me miro confundido, atine a encogerme de hombros fingiendo inocencia. No quería más preguntas. Connie hizo el mismo gesto dándole a entender que era caso cerrado. Seguimos comiendo en silencio. De vez en cuando Armin charlaba con Connie acerca de los deberes de los nuevos reclutas, se nos había extendido la notificación que dentro de unas semanas cada uno estará a cargo de un escuadrón a entrenar. Mientras que con Blouse intercambiábamos miradas cómplices.

Unas risas conocidas me hicieron levantar la mirada fijándola más allá de nosotros. Jean caminaba hacia nosotros sosteniendo con una mano su bandeja mientras la otra la sostenía sobre el hombro de

-Eren – una sonrisa tonta se formó en mis labios por una milésima de segundo- digo, Eren esta con Jean.

- ¿Desde cuándo son amigos? -pregunto armin medio sorprendido y confuso-

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