11

892 64 35
                                    

-Para ser honesto no pensaba volver -sonrió sin mostrar sus dientes- pero aquí estoy después de todo.

-Puedes ir y venir cuanto desees – le acaricio la mejilla- aunque yo no esté mis niñas te recibirán cálidamente, lo sabes.

Marjorie era la administradora a nivel general del lugar, por lo tanto, estaba encargada de las tres áreas del cabaré. El primer piso se destinaba exclusivamente a los espectáculos realizados por las muchachas más jóvenes del recinto. En el salón se encontraba una pequeña tribuna donde las chicas bailaban/cantaban en grupo o en solitario, al costado se podía divisar una separación que servía como bar para aquellos que desearan acompañar su noche con unos litros de alcohol en las venas.

En el segundo piso se encontraban al menos diez habitaciones las cuales servían para acompañamiento de todo tipo, excepto sexual. Aquí las chicas pueden realizar las peticiones de todo tipo, pero manteniendo siempre el respeto; los trabajadores solteros solían recurrir a este tipo de acompañamientos al no tener una esposa o un hogar al que regresar.

Y por último el tercer piso estaba reservado para las seis chicas las hermosas y famosas del barrio rojo de stohess, las cuales se dedicaban únicamente como dama de compañía, sin embargo, tenían sus reglas.

"Puedes pagar por ellas una gran suma de dinero, pero si no eres de su gusto no se acostarán contigo" le había dicho Marjorie a Eren cuando este pregunto "eso las hace exclusivas y deseadas" finalizo.

Para ese entonces a sus 17 años le parecía imposible acercase a una chica del lugar, hasta que sintió una delicada mano sobre su hombro, una chica de mediana estatura con una cabellera ondulada se posaba hasta su cintura, unos grandes ojos grises le miraban desde abajo y su rostro daba cuenta de lo exótica que resultaba ser, claramente no se parecía en lo absoluto a las otras chicas del lugar y fue aquella joven quien le mostro su despertar sexual a temprana edad.

Una chica con coletas a ambos costados de su cabeza se acercó al castaño. Era mucho más joven que las demás, Eren le calculo unos 16 años.

-Eres muy apuesto -sonrió –¿necesitas que lleve tu abrigo?

-Gracias, pero lo mantendré puesto.

La chica asintió mientras regresaba por su bandeja dirigiéndose al centro de las mesas; donde un gran número de mujeres y hombres se encontraban disfrutando de la melodiosa voz de la cantante principal del cabaré, María.

-Sus padres fallecieron hace poco y vino buscando una oportunidad -dijo la mujer - esperamos haga su debut el próximo año, tiene una gran voz ¿sabes? -menciono orgullosa- Y bien – ladeo su cabeza - ¿has venido por acompañamiento? ¿O solo verás el espectáculo?

-Ninguna de las dos – la mujer alzo las cejas y eren continuo de inmediato- no, tampoco la tercera -aclaró- necesito información y pensé que puedes ayudarme con eso.

La mujer apretó los labios mientras comenzaba a examinar el rostro del muchacho, como si estuviera corroborando algo que paso por sus pensamientos.

-No puedo negarme ante un rostro tan bello -suspiro- ¡joder! desearía tener 20 otra vez.

- ¿Creí que no había límite de edad para ti? -sonrió coquetamente-

- ¡Soy la administrativa por el amor de Jesús! -alzo las manos- sería mal visto si me acostara con los clientes dejando sin oportunidad a mis chicas -dijo ofendida- además. no vuelvas a decirlo de esa forma porque no soy una mujer que resista -le guiño el ojo – ven, vayamos a mi despacho, estaremos tranquilos ahí, cariño.

.

.

Mikasa se despido amablemente del señor que le había indicado donde se encontraba el barrio rojo. Tanto Eren como Levi no le mencionaron el propósito del lugar y la significancia para mandarlos ahí. La azabache por otro lado intuyo que comenzó la búsqueda sin ella para mantenerla alejada del lugar, o la investigación como tal. Ambas ideas la hacían enfurecer por la poca confianza que tenía en ella.

| PARA TI | Donde viven las historias. Descúbrelo ahora