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Mikasa contuvo la respiración al hacer contacto con aquellos ojos esmeraldas. Una ráfaga de emociones atravesó fugazmente su cuerpo, sentía alivio, confusión, alegría y decepción; se preguntó si era válido sentir emociones diferentes por tan solo una persona.

Su cuerpo no respondía al entorno, permaneció pasmada observando como el castaño se abría paso entre las personas, mientras seguía procesando cada una de sus vibras internas. El alivio de encontrarlo comenzó a reemplazarse poco a poco por una fuerte confusión. Se limito solo a observarlo, el tiempo pasaba en cámara lenta o quizás lo sentía de esa forma por no prestar atención a ninguna otra cosa en su alrededor, ¿qué tanto poder tenía Eren sobre ella, después de todo? En ningún momento sus ojos dejaron de hacer contacto hasta que estuvo lo suficientemente cerca para rodearle el brazo alrededor de su cintura y apartarla.

-Ella es mía – dijo posesivamente, mikasa quedo helada al percatarse de que no había signos de dudas en ellas- debería molerte a golpes por tocarla.

El hombre miro con desdén a ambos mientras se incorporaba con dificultad.

-Estas perras no le pertenecen a nadie -espetó - las reglas de esta casa son claras y ella mancho mi orgullo frente a todos.

-Si, tienes razón – hizo una mueca- te daré una oportunidad de recobrar tu lance de honor.

Las personas del lugar comenzaron a silbar y gritar eufóricos. Un lance de honor no resultaba ser comúnmente visto en el barrio rojo, ya que todos aquellos que trabajaban o visitaban el sector, saben perfectamente cuál es su posición y sus derechos. Un hombre o mujer con poder y dinero tiene más privilegios que aquellos que no, por lo que pueden hacer lo que deseen mientras la dueña del lugar lo establece. Madam Marjorie para mantener a su clientela satisfecha, ha propuesto la hora escabrosa, donde cualquier persona perteneciente tanto a su cabaré como no, puede hacer uso de sus privilegios para acostarse con quien desee mientras deje ganancias al lugar; todo está permitido, sexo, drogas y alcohol sin restricción.

Por lo que un lance de honor se da cuando una persona de rango alto es humillada por alguien de rango bajo. Para recuperarlo, la persona que ha sido humillada debe ganar haciendo que el otro se rinda o en el peor de los casos, muera.

El hombre sonrió sombríamente mientras le indicaba que aceptaba su reto.

Mikasa se ha convertido en confusión y angustia en su máxima expresión, detallaba los rostros de todas las personas a su alrededor, algunas se encontraban emocionadas mientras otras parecían irradiar lástima. Sintió como la mano que se posaba su cintura se apretaba contra ella con urgencia y alzo la vista para encontrarse con aquellos ojos esmeraldas observándola con preocupación y tristeza.

-Eren ¿cómo?

El castaño cerro los ojos mientras un suspiro escapaba de sus labios.

-Hablaremos de esto después – la molestia en su voz era clara, pero mikasa noto cierta preocupación en ellas - estas personas son peligrosas.

-Entonces regresemos – Eren negó con la cabeza- ¿por qué?

-Tienen demasiado poder dentro de las murallas -susurro- son los principales mercaderes de la ciudad, ellos proveen de alimentos al distrito de Klorva, Stohess y Mitras debo ganar esta pelea si no queremos consecuencias.

Mikasa negaba con la cabeza al deshacer el agarre del muchacho.

-Pelearé, no necesito que me defiendas.

-Manchaste su orgullo de hombre, si te le enfrentas de nuevo hará todo lo posible por matarte.

-Menuda estupidez.

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