VII.

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Louis entró a la empresa después de pasar por una panadería de ahí.

Se le había antojado una deliciosa dona de chocolate y de paso le había comprado un cupcake al señor Styles.

Aunque dudaba que su jefe lo aceptara.

Todos empezaron a murmurar cuando entró al elevador. Al parecer ya habían dado por hecho que jamás volverían a verlo en la empresa pero se habían equivocado.

Sonrió y movió su mano en forma de despedida mientras las puertas del elevador se cerraban.

Esperó pacientemente hasta que las puertas del elevador se abrieron nuevamente y llegó al piso en el que trabaja.

Salió del elevador y miró a todos los empleados que lo miraban muy sorprendidos.

—¿Pensaron que ya no volvería?—preguntó Louis caminando hacia la oficina—. Lamento mucho por los que pensaron que habían ganado la apuesta. Aunque creo que todos van a perder.

Louis les sonrió y se detuvo enfrente de la puerta. Miró a la secretaria del señor Styles.

—Que bien que ya no me niegues el paso.—dijo Louis abriendo la puerta de la oficina.

Miró al hombre que estaba sentado y muy concentrado mirando su computadora.

Iban a dar a penas las ocho de la mañana. ¿Cómo es que el señor Styles había logrado estar en la empresa tan temprano? Él había tenido que levantarse a las seis de la mañana para bañarse, cambiarse y todavía desayunar algo. Además de que como se iba caminando hasta su trabajo para ahorrar dinero entonces...

¿A qué hora se levantaba Harry Styles para llegar antes a la empresa?

—Buenos días señor Styles.—saludó Louis acercándose al escritorio y dejando la bolsa que le habían dado en la panadería—. Le traje un cupcake de vainilla.

Harry lo miró con aburrimiento.

—¿Para que quiero un cupcake de vainilla?

—¿Para comerlo?

Louis sacó el cupcake con mucho cuidado y lo dejo enfrente de su jefe.

—¿Por qué me trajiste esto?—preguntó Styles señalando el cupcake que estaba en su escritorio.

—Es que se antojó una dona de chocolate así que pasé a la panadería que esta aquí cerca.—explicó Louis sacando su dona de chocolate de la bolsa—. Y se me hizo feo que yo me comparara algo y que no le trajera nada. Así que como no sabia que era lo que le gustaba a usted pues decidí traerle un cupcake pero si no le gusta entonces yo me llevo el cupcake y le doy una dona. Es que compre dos.

Harry lo miró unos segundos y después asintió.

—Gracias por el cupcake.

—¿Si se lo va a comer?—preguntó Louis muy sorprendido.

—Me lo trajiste para eso, ¿no?

—Si.—dijo Louis dándole una mordida a su dona—. Iré por su café.

Louis miró a su jefe y después caminó hacia la puerta.

Salió de la oficina y caminó hacia la cocina. Sintió la mirada de varios empleados y los ignoró como siempre hacia.

Preparó el café del señor Styles en silencio. Ya se había terminado su dona de chocolate pero aún le quedaba una para más tarde.

—Louis, le puedes decir a mi hermano...

Louis volteó cuando ya no escuchó la voz de Jace. Y ahí estaba Jace con la boca abierta, parecía sorprendido.

—¿Qué pasa?

The Contract • Larry Stylinson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora