Final.

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—No puedo creer que me hiciste firmar un papel que me ató a ti de por vida.

—Oh cállate, fuiste tú quien me propuso matrimonio. Tú solito te pusiste la soga al cuello.

Harry solo sonrió mientras besaba los labios de su esposo.

Quién diría que terminaría casándose con el chico que había entrado a su oficina hace dos años.

—Tienes razón.—dijo Harry separándose de su esposo—. Yo te lo propuse.

—La verdad es que me sorprendiste mucho.—dijo Louis sinceramente—. Una vez me dijiste que no te casarías porque no encontrarías a alguien que te soportara. Y aquí me tienes, siendo tu esposo oficialmente.

—Bueno, en realidad tú fuiste el que me hizo cambiar de opinión.—miró hacia la pista de baile, sus padres al menos se habían dignado a aparecer—. Así que decidí que quería pasar mi vida entera contigo y quería que nadie más tuviera la suerte de estar contigo.

—Eres un tonto.—Louis sonrió—. Eres el único al que le diría que sí.

—Me agrada eso.

Estaban a punto de besarse cuando Roman apareció.

—Lo siento Harry, pero quiero bailar con este lindo muchacho.

—Seguro.

Harry vio a su esposo irse junto con su abuelo.

Como habían cambiado las cosas desde que conoció a Louis. Su corazón estaba completo y había logrado reparar el de Louis.

En todo el año que estuvieron de novios se dio cuenta que ya no podría vivir sin Louis. Su vida era completamente gris pero ahora estaba llena de colores.

Louis había traído alegría a su mundo. O más bien, Louis es su mundo. Louis es su todo.

Ese chico que había arruinado su camisa en el primer día que trabajó con él. Ahora sí le arruinaba la camisa pero de otras formas.

Había sido un completo desastre cuando dieron a conocer su relación al mundo entero. Muchos dijeron que Harry le había robado el novio a Charlie. Obviamente Charlie había dicho que Louis jamás había sido nada más que un amigo y que él era feliz con su mejor amigo. Otra de las cosas fue que Edwin Grands empezó a buscar a Louis más seguido, eso hizo que Harry quisiera golpearlo pero bueno. Sabia que Edwin solo lo hacía para hacerlo enojar.

Su familia se lo tomó demasiado bien a decir verdad. Sus dos primos le dijeron que ya lo habían sospechado ya que no era normal que Harry soportara que le arruinaran su camisa cuando costaba tantos dólares. ¿Por qué todos decían eso?

—¿Sabes qué es lo más curioso?

Harry volteó a mirar hacia Erik quien bebía una copa de vino.

—¿Qué?—dijo con aburrimiento ya que su primo lo aburría con sus series que veía.

—¿Te acuerdas de la apuesta de hace algunos años en el centro comercial?

Harry frunció el ceño.

—¿La que incluía al niño con quien te quedaste encerrado en el elevador?—preguntó ya que no conocía otra apuesta que había hecho más que esa.

—Aún no se porque quisiste que asustara a ese chico.—dijo Erik algo pensativo—. Pero cuando salimos del elevador y lo viste llorando lo primero que hiciste fue ir con él y abrazarlo.—sonrió y negó—. Me gritaste diciéndome que solo tenía que asustarlo y no hacerlo llorar.

—Recuerdo todo.—dijo Harry—. ¿Por qué traes ese suceso ahora?

—Porque al niño que hice llorar y a quien tú abrazaste era Louis.—Erik terminó de beber todo el contenido de su copa—. Quien hubiera pensado que te casarías con ese niño.

—¿Ya conocía a Louis?—preguntó incrédulo Harry.

—Si. Que gran coincidencia, ¿no?

Erik se marchó a buscar otra copa.

Harry se quedó sorprendido.

¿Cómo es que no se dio cuenta de ello? ¿Y cómo es que se había vuelto a reencontrar con ese chico años después?

—Oye, quería decirte que fue una grandiosa idea que hayas dejado a Louis escoger toda la comida.

Harry miró a su hermano y una duda llegó a su mente.

—Ahora que me acuerdo nunca me dijiste donde habías dejado ese contrato que me hiciste firmar para que no despidiera a Louis.

Jace sonrió.

—Te dije que la escondí en una caja fuerte.—Jace miró a Louis—. La puedes encontrar en tú caja fuerte que tienes en la oficina de la casa.

—¿Qué? ¿Siempre estuvo ahí?—preguntó Harry incrédulo.

—Si.

Harry se encargaría de buscar esos documentos y guardarlos muy bien.

Gracias a ese contrato ahora tenia a un hermoso esposo a quien amaba con todo su corazón.

Le sonrió a su hermano y caminó hacia la pista de baile en donde su esposo bailaba ridículamente con su abuelo.

—He venido a robártelo.—dijo Harry agarrando la cintura de su esposo.

—Esta bien.—Roman les sonrió a ambos y caminó hacia la mesa en donde estaba su esposa y su hija.

Harry miró la sonrisa de su esposo y sabia que por esa sonrisa haría lo que fuera.

Louis haría lo mismo por él.

—Te amo.

Los ojos se Louis brillaron a un más.

—También te amo.

Ahora tenían un papel que duraría toda la vida. Y las letras pequeñas eran amarse para siempre.

Ese era otro tipo de contrato que ambos sabían que cumplirían.

Y ahora Harry sí que lo había leído antes de firmarlo.
























The Contract • Larry Stylinson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora