XXI.

4K 428 107
                                    

—Buenas tardes. Necesito información sobre Harry Styles.

—¿Harry Styles?—preguntó la enfermera buscando en su computadora—. ¿Es usted familiar?—preguntó mirando al chico.

—Es mi nieto.—dijo Roman acercándose al mostrador.

—Habitación 202. Segundo piso.

—Gracias.

Louis caminó a paso veloz hacia donde estaba el elevador aunque debería de caminar más lento ya que venían los abuelos de Harry detrás de él.

Habían pasado por Kristen a la cocina y se habían ido corriendo hacia el auto. No esperaron nada más. Necesitaban estar en el hospital tan rápido como pudieran.

Estaba asustado. Estaba temblando de miedo por saber que era lo que pasó y como es que Harry llegó a parar al hospital.

¿Y si lo atropelló un auto? Aunque eso era imposible ya que Harry llevaba auto. ¿Y si chocó contra un auto? ¿Y si se estrelló contra algún local? ¿Y qué tal y explotó su auto?

Caminó de un lado a otro hasta que el elevador se abrió. Entró a él y espero a que los abuelos de Harry también subieran.

—Tranquilo. Se que todo estará bien.—dijo Roman apretando el botón del segundo piso—. No te sirve de nada estar tan nervioso. Solamente te harás daño a ti mismo.

—Pero no puedo estar tranquilo.

Roman frunció el ceño mientras veía al chico recargar su cabeza en el metal. ¿Por qué estaba tan preocupado por Harry? ¿Qué era lo que se estaba perdiendo?

Louis cerró sus ojos un momento.

Después de confesarle lo que sentía a su jefe pues nada había cambiado. Seguían viéndose en el departamento de Harry casi todos los días. Habían algunos días en los que Harry se quedaba a dormir con él. En realidad todo seguía igual. Louis ya no se atrevió a mencionar nada sobre sus sentimientos y así se sentía bien. Quizás y hasta incomodó al señor Styles. Lo bueno es que Harry ya no le había dicho nada.

Era cierto lo que le había dicho a Harry. No lo odiaba. Había sido él quien se enamoró de su jefe así que no tiene porqué hacer un gran escándalo sobre que sus sentimientos no son correspondidos. Harry tenía la libertad de enamorarse de quien él quiera. Louis también. Aunque su corazón había decidido que sería de Harry de quien se enamoraría. Lo que era algo muy triste porque había sido el primer hombre del que de verdad se había enamorado. Y la suerte que tenía le había llevado a enamorarse de alguien a quien no le gustaban los hombres o eso es lo que dice Harry. La verdad es que Louis ya no sabia que era lo que pasaba por la mente de Harry.

Aún le dolía ver a Harry y pensar que algún día se aburrirá de él. Saber que lo que tenían tenía caducidad era atemorizante. Porque Louis sabía que sus sentimientos por Harry no desaparecerán por arte de magia.

Será difícil. Lo presentía. Solo de imaginarse a Harry casado con alguna mujer a quien sí amará le parte el corazón. Pero así de injusto era el destino. Que le mandó a Harry para que se enamorará sabiendo que ellos no podrían estar juntos porque Harry jamás se enamorará de él.

—Louis, ¿estás bien?

Salió de sus tristes pensamientos para darse cuenta que el elevador se había detenido y que los abuelos de Harry ya estaban afuera.

—Lo siento. Estaba distraído.—se disculpó algo avergonzado mientras salía del elevador.

Los tres caminaron por el pasillo. A Louis le traía malos recuerdos estos pasillos blancos. Así que caminó rápido para alcanzar a la señora Kristen y estar a su lado. No quería atormentarse con malos recuerdos.

The Contract • Larry Stylinson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora