I just want a normal life [KookTae]

29.

Todo iba cada día mejor en la vida de Taehyung y Jungkook.
Ambos iban a la universidad y tenían un trabajo de medio tiempo para no depender completamente del dinero que habían traído desde la mansión.
Tenían amigos y tenían el amor de la persona a la que amaban, así que todo era perfecto.

NamJoon y Jimin también habían empezado a salir, así que todo para ellos había empezado a ir bien.

Y para SeokJin... Bueno... él tenía salud y a sus amigos, pues aún no había llegado su príncipe rosa.

Todo era tan maravilloso en sus vidas que bajaron totalmente la guardia. Dejaron de cargar armas y ahora prestaban menos atención a las personas que los rodeaban.

No contaban con lo que iba pasar aquella tarde.

NamJoon ayudaba a Taehyung con una tarea de la universidad mientras hablaban de temas al azar, esperando a que Jungkook volviera de su trabajo.

-Quien iba a pensar que el mejor amigo de mi novio iba a terminar junto a mi mejor amigo.-

Dijo Taehyung con una sonrisa.

-No lo sé, cosas del destino supongo.-

Dijo NamJoon también con una sonrisa en el rostro, recordando a su pequeño novio y a lo adorable que era.

De repente, escucharon como tocaban la puerta con violencia, así que se asustaron un poco, sin embargo el moreno sonrió, tratando de no alarmar a Taehyung.

-Tranquilo, iré a abrir, tal vez es SeokJin queriendo hacernos una broma. Ya sabes como es.-

Se dirigió hacia la puerta, con algo de miedo.

Al abrirla se quedó petrificado, y la sangre se le heló por completo.

-Nam ¿Qué pasa?-

Preguntó Taehyung algo preocupado al no ver reacción de moreno.

-¡¿Seung, que haces aquí?!-

Preguntó NamJoon a la mano derecha de Lee.

-Vine por ustedes, malditas ratas. Pero en especial, vine por ese niño Jungkook. Sé que el señor Lee me dará un crédito especial por llevarlo con él devuelta, sé que él no está de acuerdo con dejarlo ir. ¡Lo sé, maldita sea!-

Por qué sí, a pesar de que el señor Lee haya aceptado dejarlo ir, Seung se negaba a hacerlo.

-Taehyung, corre.-

Gritó NamJoon, intentando atacar al hombre, pero lo único que consiguió es que le disparara en la pierna.

-¡¿Dónde está ese idiota?!-

Gritó.

-No está, y jamás podrás encontrarlo.-

Dijo el moreno, mientras sostenía su pierna, retorciéndose de dolor.