—Te extrañé mucho —dijo Nicole, con una sonrisa aliviada—. ¿No te parecieron los días más largos del mundo?
—Yo a ti —murmuró Carl Grimes, abrazando su cintura con fuerza—. Y me preocupé mucho. Todos lo estábamos. Daryl fue el primero en salir, ¿crees que no va a volver?
La sonrisa se borró de su rostro lentamente al oír su nombre.
—¿Tú crees que va a volver? —dijo ella, mirándolo a los ojos.
—Yo creo que sí —afirmó Carl—. Pero tú no.
Una sonrisa se asomó en sus labios, al saber que el niño la conocía como la palma de su mano.
—Solo espero que esté bien, a salvo, donde sea que esté —contestó Nicole, antes de besar su nuca—. Te veo luego. Iré a... ya sabes.
Tras agarrar algo de comida y agua, fue al bloque D. Carl había encontrado a cuatro personas: Tyreese, Sasha, Ben y Allen.
—No estuve teniendo buenos días. Ustedes creo que tampoco —dijo Harrison, al enterarse que eran cinco personas originalmente, pero una no logró llegar a la prisión—. Así que traje comida y agua, ahí en la mesa. ¿Nombres?
—Soy Tyreese. Ella es mi hermana, Sasha. Él es Allen, y él es Ben, su hijo —señaló a su grupo—. Gracias por dejarnos entrar. Durante un tiempo, no sabíamos ni con quién lidiábamos.
—Sí, también tuvimos problemas con la gente. Tenemos, de hecho —corrigió ella—. No sé qué tan conveniente sea para ustedes quedarse.
—Afuera cada vez es peor. Muertos por doquier, haciendo que los vivos cada vez actúen como vivos. De hecho...
—¿Estuvieron afuera desde el inicio?
Tyreese se calló al ser interrumpido por Nicole.
—Nos refugiamos en un búnker hasta que se acabaron las provisiones —contestó Sasha—. Luego los muertos atacaron nuestro campamento hace poco.
Los cuatro comían con satisfacción. Nicole solo los miraba, no sabía cuánto tiempo más podrían quedarse.
Mientras tanto, el grupo discutía.
—¿Creen que El Gobernador ataque? —preguntó Beth, merciendo a la bebé.
—Oh, sin duda —contestó Nicole, entrando al pabellón.
—Tiene un pueblo entero —dijo Glenn, pero miró solo a Rick—. Nosotros somos pocos y no tenemos armas. Unos refuerzos vendrían bien, ¿no?
Rick entendió la indirecta y todos fueron al bloque donde estaban Tyreese, Sasha, Allen y Ben.
—Soy Tyreese —éste estrechó su mano a Rick, pero no fue correspondido.
—¿Cómo entraron? —preguntó el sheriff, duro.
—Los muros estaban caídos en, si no me equivoco, el sector administrativo de este lugar.
—Ese lado está lleno de caminantes. ¿Cómo es posible que llegaron hasta aquí?
—No fue tan fácil... perdimos a Donna. Estamos acostumbrados al trabajo duro, sin rechistar, podemos serles de ayuda. Saldremos nosotros mismos por nuestra comida, no molestaremos —aseguró Tyreese—. Y con esa gente que me dijiste —miró a Nicole—. Podemos ayudarlos a enfrentarlos.
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𝐀𝐑𝐐𝐔𝐄𝐑𝐎𝐒 | 𝐃𝐀𝐑𝐘𝐋 𝐃𝐈𝐗𝐎𝐍
RomanceEn el fin del mundo, el más fuerte sobrevive. Los débiles pierden. Pero... ¿es de débiles permitirse sentir? Sus flechas se encontraron. Él era un solitario, ella una guardiana. Eran dos almas fragmentadas que entrelazaban sus pedazos partidos, sin...