𝐀𝐑𝐐𝐔𝐄𝐑𝐎𝐒 | 𝐃𝐀𝐑𝐘𝐋 𝐃𝐈𝐗𝐎𝐍

Capítulo 6: Resentido

—Oí algo de un laboratorio, el CDC —le contó Rick a una parte del grupo, alejado de la mayoría—. Estaban elaborando una cura allí. Puede haber comida, agua, protección. Quizás puedan ayudar a Jim.

Entonces voltearon a ver al mencionado, quien había sido mordido y lo había ocultado, entre el miedo y el shock.

—Sé que quieres esas cosas, Rick, todos lo queremos —contestó Shane—. Pero si aún existen, están en una base militar. En el Fuerte Benning.

—¿Dices que hay una cura? —le cuestionó la arquera, algo desconfiada.

—Sé que estaban trabajando en ella. Quizás podemos estar a salvo, podemos estar bien. Jim es uno de nosotros, no un perro rabioso, no podemos matarlo —argumentó Rick.

Y cada palabra que decían, cada solución pacifista y, absurda, según Daryl Dixon, lo agobiaba cada vez más.

—Ve a buscar tu comida, tu medicina, lo que quieras —escupió el cazador, elevando el hacha en sus manos, para dirigirse a Jim— ¡Alguien debe tener el coraje para solucionar esto ahora!

De forma automática, los seguros de los antiguos policías, Nicole y Rick, se quitaron, deteniendo al cazador.

—No matamos a los vivos —citó Rick Grimes.

—Es gracioso que lo digas tú —se rió Daryl, con sarcasmo. Y miró a Nicole—. Que con tu amiga, me apuntan a la cabeza.

Ella bajó el arma, desganada y sin mirarlo, para alejarse y acompañar a Andrea, que no se había alejado del cadáver de su hermana en ningún momento.

➣

Tras tomar la decisión de abandonar el inseguro campamento para dirigirse al CDC, comenzaron a dividirse en los vehículos.

—La camioneta está llena —dijo Rick.

—¿Qué hay de la tuya? —lenpreguntó ella a Shane.

—T-Dog —contestó el morocho.

—¿Voy en helicóptero, entonces?

—No, la camioneta de Daryl está vacía.

—Claro, tiene sentido. Quién querría ir con él... tan agresivo e irracional.

Shane hizo un mínimo gesto de pena, pero no dijo nada.

—¿En serio tengo que hacerlo? —insistió Harrison— Ya les conté como lo conocí, ¿no? He intentado acercarme a él como agradecimiento, pero lo único que hace es gritar o gruñirme. Debe tener algún complejo de perro...

—¿Qué? —se rió Walsh.

—Si se vuelve insoportable, te prometo que solo tendrás que bajarte y te cambiaré el lugar —le dijo Grimes, con una sonrisa—. Pero inténtalo.

Soltó un suspiro, alentándose a sí misma para acercarse al cazador, que estaba arreglando la motocicleta de Merle. Sus manos estaban manchadas con la grasa oscura del vehículo y no se dio cuenta de la presencia de la mujer.

—Hola —le sonrió apenas ella.

—¿Qué quieres ahora? —contestó él, seco, sin levantar la vista de la motocicleta.