Capítulo 9

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Joel a dejado las burlas y se a puesto serio. Su semblante es neutro, tiene el pulgar apoyado en su barbilla como si estuviera pensando en algo.

—¿Que debería hacer?—le pregunto desesperada. Lo llamé porque necesito un consejo, necesito a alguien que me aclare el panorama tan gris que tengo ahora.

—Primero deberías ir con el médico, que te confirme que estás embarazada y comenzar con los controles pre natales.—Me explica y yo asiento.—Después deberías hablar con Christopher, decirle qué hay un cincuenta de probabilidad de que vaya a ser papá.

—Esa parte no me gusta.—Hago una mueca.—El se va a casar.—murmuro con dolor.

—Creo que a todo hombre que vaya a ser padre le gustaría saberlo, si no le cuentas él se molestará mucho. Y aunque hizo lo que hizo, merece saber lo qué pasa.

Joel pasa un brazo por mi hombro y me acerca a su pecho. Me refugio entre sus brazos y me permito respirar lento y pausado tratando de aclarar mis ideas. Definitivamente hablaría con Chris, pero no sabía como decirlo. ¿Tomará la noticia con felicidad? Con ¿molestia? ¿Tristeza?

—Todo va a salir bien Nat.—Mi mejor amigo deposita un beso sobre mi cabeza.—Me tienes aquí dándote apoyo, si Zabdiel o Christopher resultan ser unos completos idiotas y no quieren al bebé.—Suspira.—Yo estaría encantado de hacerme cargo.

Sonrío de ternura y acaricio su mandíbula con delicados toques. No estaba arrepentida en lo absoluto de haberlo perdonado. Joel se merece mi perdón y me hace muy feliz tenerlo a mi lado de nueva cuenta.

—Te quiero mucho Joel, gracias por estar aquí.—Le digo, con toda la sinceridad del mundo.

—Yo te quiero más, escoba.—sonríe.—¿Hiciste de almorzar?—pregunta esperanzado mirando hacia la cocina.

Suelto una carcajada y me encamino a la cocina seguida de Joel. Donde almorzamos juntos y pasamos el día entero platicando y contando que hicimos todo este tiempo que no nos vimos.

Joel me dice que su relación con Elizabeth estaba viento en popa y que pronto le pediría ser su novia. Que habían pasado Año Nuevo juntos y estaba seguro de su amor por ella.
Yo le conté como es que me encontré con Zabdiel en un supermercado en Italia y que habíamos vuelto a Manhattan por que desgraciadamente la prometida de Christopher había contratado a Zabdiel para que haga su casa. A Joel le parecía algo irreal todo esto, diciéndome que bien podría escribir un guion de telenovela con mi vida, yo solo me reí y le seguí la corriente, no tenía tantos ánimos.

La noche llegó y comenzaba a preocuparme por Zabdiel. Se había marchado a medio día y ya eran casi las nueve y no daba señales. Tampoco quise llamarlo, preferí respetar su espacio y el que me haya dicho que quería estar solo. Así que me limité a seguir esperándolo.

Cuando Joel estaba a punto de irse, Zabdiel llegó. Tenía la mirada apagada y parecía estar en otro lado y no aquí. No me veía a los ojos y simplemente ignoro la presencia de Joel y la mía y se fue a la habitación para después salir con un par de ropa y meterse al baño, segundos después se escuchó el agua de la regadera.

—Dale tiempo, sabes como es Zabdiel.—Joel hace una mueca.—Demasiado sensible.—susurra.

—Lo sé y le daré tiempo.—Le afirmo a mi mejor amigo y le doy un abrazo.

—¿Cuándo hablarás con Chris? Me gustaría estar presente.

—Mañana mismo.—Joel me mira sorprendido pero después me da una pequeña sonrisa y aprieta mi hombro.—Le pediré que venga a la casa y hablaré con los dos. Te aviso la hora.

Siempre Fuiste Tú #2 |C.V| TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora