Capítulo 24

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[Semanas después]

Camino por el pasillo hasta detenerme en el ascensor de la empresa. Había estado de vuelta en mi antiguo trabajo ya que me llamaron ofreciéndome un trabajo exprés que consistía en asesorar a la nueva diseñadora. Solo había sido una semana y hoy fue el último día.

Cuando las puertas del asesor se abren y entro en la caja metálica, mi teléfono celular vibra entre mis manos y lo tomo para atender.

—Hola. —saludo al contestar.

Hola linda, ¿Ya saliste? —escucho la voz de Christopher a través del aparato y sonrío.

Las puertas del ascensor se cierran y espero pacientemente a llegar a la primera planta. Veo mi reflejo en los cristales del interior del ascensor y aliso una pequeña arruga de mi vestido celeste de maternidad.

—Ya voy, estoy bajando. —le informo. Salgo del cubículo no sin antes darme un ultimo vistazo en el espejo, pues había quedado de ir a cenar con Christopher y el en cualquier momento llegaría por mí.

Bien, estoy a unas cuantas calles, solo que hay mucho tráfico. —escucho el sonido de los claxon desesperados y a Christopher maldecir por lo bajo. —Te veo en un momento.

—Aquí te espero. —respondo y termino la llamada.

Me despido de la recepcionista del edificio y salgo a la calle. El cielo se encuentra anaranjado con un atardecer en su máximo esplendor. Se puede escuchar en la lejanía el sonido de los autos, de los claxon, el ruido de ambulancias y todo el ajetreo que siempre suele haber en esta super poblada ciudad.

Por la avenida pasa uno que otro taxi y personas caminando por la acera contraria. Acaricio mi vientre y siento una pequeña patada de mi bebé que me hace sonreír de oreja a oreja, es la primera vez que lo hace.

Miro en todas las direcciones esperando a que Christopher aparezca para contarle lo que el bebé acaba de hacer.

—Quizás si camino un poco pueda encontrarlo más fácil. —murmuro para mi misma y empiezo a caminar lentamente por la calle.

Recuerdo que no respondí el mensaje de texto del posible comprador de la casa que adquirimos juntos Zabdiel y yo y en donde actualmente estoy viviendo. Asi que clavo mi vista en la conversación y le escribo a la persona.

—No te muevas ni grites. —me dice alguien por la espalda y siento algo posicionarse a mi costado, directamente en mi vientre.

Mi piel se eriza y de inmediato el corazón me empieza a latir desenfrenadamente, mi respiración se hace dificultosa y se instala un gran nudo en mi garganta.

Aquella persona me toma del cuello y me obliga a caminar hasta detenernos en un callejón. Me da la vuelta y me pega contra una pared, dejándome ver a un hombre mucho mas alto que yo con un pasamontañas y ropa completamente negra apuntándome el vientre con una pistola.

—No...—digo en un hilo de voz, mirando fijamente el arma puesta sobre mi bebé.

—¡Dame el bolso y el celular! —me grita, haciéndome pegar un brinco del susto.

Con las manos temblorosas y las lágrimas nublándome la vista, le entrego el teléfono y me descuelgo del brazo mi bolso. El asaltante parece desesperado y termina por arrebatármela.

Mi teléfono empieza a sonar y alcanzo a leer en la pantalla el nombre de Christopher. Los nervios aumentan y erróneamente le arrebato el teléfono tomando desprevenido al hombre y haciéndolo perder el juicio, pues termina por dispararme y luego, salir corriendo, dejándome en el piso.


Siempre Fuiste Tú #2 |C.V| TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora