Un año había pasado. Un año donde mi vida estaba justo donde debía estar. Volví al departamento con Christopher y luego de una larga y seria conversación, prometimos jamás volver a mentirnos u ocultarnos algo.
Christopher era el más feliz de tenernos de vuelta con él. Cada que regresaba de trabajar, pasaba las tardes con Sebastián, enseñándole palabras y jugando con él. Mientras Zabdiel nos visitaba los fines de semana o se llevaba a niño a pasar el día con su familia.
Yo estaba de vuelta en mi antiguo trabajo, con la diferencia de que Diana ya no estaba y ahora yo era la jefa. Mi tiempo se dividió entre ser madre y trabajar y aunque al principio fue muy difícil, al poco tiempo las cosas se acomodaron, además de que la madre de Christopher muy amablemente se ofreció a cuidar de mi hijo mientras ambos trabajábamos.
Por fin, estábamos a unas cuantas horas de unirnos en matrimonio. Habíamos aterrizado en Las Islas Galápagos de Ecuador ayer por la tarde, ansiosos por lo que nos aguarda el día de hoy.
En una habitación de hotel, sentada frente al tocador, mi madre, mi hermana y Elizabeth me ayudan a colocarme el velo y el lápiz labial color durazno mientras Christopher es ayudado por Zabdiel, Joel, Erick y su hermano Jonathan en otra habitación a vestirse.
Siento los nervios por todo mi cuerpo y las ansias por salir de esta habitación y casarme con el amor de mi vida. También estoy ansiosa por ver a mi hijo, de ya un año y dos meses, vestido de smoking y luciendo guapísimo.
—Ya estas, has quedado preciosa. —me dice mi madre, con los ojos llorosos, alisando el velo con sus manos y acomodándome el cabello.
Mi hermana me abraza por los hombros mientras ambas observamos mi reflejo a través del espejo. Ni si quiera puedo creer que la mujer que tengo frente a mí sea yo. Y tampoco puedo creer que la persona con la que estoy a punto de casarme sea Christopher, el chico que hace casi dos años me rompió el corazón y me hizo viajar a Italia pensando que no volvería nunca más a Nueva York.
—¿Qué les parece una foto antes de salir? —nos dice Elizabeth, sacando su celular.
Asiento emocionada y las cuatro sonreímos. La puerta es tocada y mi hermana se dirige a abrir, es mi padre. En cuanto me ve, sonríe en automático y me levanto a abrazarlo muy fuerte. Él besa mi mejilla y limpia con su pulgar las lágrimas que han comenzado a salir de mis ojos.
—Se te arruinará el maquillaje, mi niña. —me dice, llorando al igual que yo.
Tomo aire y me tranquilizo, estaba siendo todo muy emotivo.
—¿Cómo me veo, papá? —le pregunto, observándome el vestido blanco que llevo ceñido al cuerpo, con la parte de arriba de encaje y tirantes.
—Preciosa, Chris se va a desmayar en cuanto te vea, que por cierto, ya te está esperando. —me responde papá con una sonrisa.
Doy un largo suspiro y lo tomo del brazo para salir de la habitación, con mi madre, mi hermana y Elizabeth detrás de nosotros.
Las tres mujeres se encaminan a la playa y toman asiento en sus respectivos lugares mientras mi padre y yo caminamos por un camino de piedra y a unos cuantos metros, puedo percibir el arco de flores blancas a la orilla del mar, con los invitados, la decoración hermosa e impecable y a Christopher con un traje blanco, delante del arco, esperando por mí.
En cuanto doy los primeros pasos al altar, el viento empieza a hondear mi vestido y mi velo, mientras una melodía clásica tocada por violines resuena en el lugar. Los invitados se ponen de pie y mis nervios aumentan.
La sonrisa de Christopher se ensancha en cuanto nuestras miradas se conectan y me ve caminando hacia la playa. Mis zapatos hacen contacto con la arena y siento como algunos granos se cuelan entre los dedos de mis pies, causándome cosquillas. Conforme avanzo, puedo notar muchísimas caras conocidas, está mi familia, la de Joel, la de Erick, mis antiguas amigas del colegio, la familia de Zabdiel junto a él, quien carga a Sebastián el cual me mira con una pequeña sonrisita. También está obviamente la familia de Christopher y me sorprendo al ver a Gemma junto a quien supongo es su novia.
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Siempre Fuiste Tú #2 |C.V| TERMINADA
FanfictionLIBRO II Después de que el secreto que guardaban Christopher y Joel, saliera a la luz, Natalia decide irse lejos de los problemas al otro lado del mundo. Para sorpresa de ella, el destino la vuelve a juntar con la persona con la que alguna vez tuvo...