Tiempo. [Edward Cullen] ✓

Capitulo 24.

No hay que separarnos.
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Evangeline corría hacia el castillo tratando de protegerse de la lluvia, todo empezaba a hacerse lodo, y la azabache levantaba su vestido tratando de que no se manchara, mientras también trataba de esquivar los charcos de lodo que habían en todo su alrededor.

Corrió hacia su habitación teniendo cuidado que nadie del personal del castillo la descubrieran, soltó un suspiro de alivio al haber llegado pero de un momento a otro se le formó una mueca de tristeza al recordarlo, su cobrizo.

—¡¿Dónde estabas?!— preguntó una alterada Anastasia.

Evangeline dió un pequeño brinco del susto pues no la había visto, puso una mano en su corazón tratando de calmarse ya que esté estaba muy acelerado.

—Lo siento, estaba paseando por el jardín— le contesto con la cabeza gacha.

—¡Evangeline tienes que entender que no nos podemos separar! ¡Estuve como loca buscándote por todo el castillo!— gritó mientras se acercaba a revisarla.

Anastasia trataba de buscar alguna herida por parte de su hermana, estaba desesperada al no encontrarla, creía que la había perdido para siempre. Se había quedado dormida solo dos horas y cuando entró a la habitación Evangeline ya no estaba, buscaba por todo el castillo tratando de que nadie la viera pues todos estaban alarmados con la desaparición de Lorraine y Ernest.

Al parecer su llegada había hecho que desaparezcan los verdaderos Ernest y Lorraine de su época, por lo que todo el castillo y el pueblo estaba preocupados y asustados por los Mcfly.

—¡Estoy bien! ¡No me pasó nada!— replicó tratando de alejarse— ¡No siempre estarás para protegerme Anastasia!

—¡Solo intento protegerte!, ¡Nunca debiste haber salido, sabes que Jhonson está buscando la oportunidad de que estés sola para matarte!

—¡Solo trataba de recordarlo a él! ¡Quiero estar de nuevo con Edward! ¡No quiero enamorarme Lucas porque yo amo a Edward Cullen!— grito desesperada.

En ese momento Anastasia dejo de hablar, su hermana tenía razón, Evangeline nunca podría enamorarse de Lucas porque amaba a Edward, nunca dejaría de amar a Edward. La comprendía porque ella tampoco dejaría de amar a Jacob, se sentía miserable, sentía que en cualquier momento podría morir, pero le había prometido a su lobito que sería fuerte, que enfrentaría todo y sería feliz aunque él no esté a su lado.

Anastasia se abalanzo hacia su hermana y la abrazo fuertemente sin llegar a lastimarla.

—Por favor perdóname, es solo que no soporto la idea de pederte— susurró dolida— Perdí a Mamá, a Lorraine y Ernest, a Jacob. No te quiero perder a tí, no a tí Evangeline.