Capitulo 9.

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Chico guapo Black.
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Sus alborotados rizos se movían de un lado hacia otro por causa del viento, las aves silbaban creando una melodía, los árboles movían sus hojas bruscamente por el fuerte viento que desaparecería después de algunas horas. A Anastasia le gustaba sentir el viento entre su suave piel, el sol tocando cada parte de su rostro y cuerpo, las aves cantar, en cierta parte aquello la relajaba. Sentía que podía librarse y despejarse de todos los cargos que siempre había tenido desde niña, sentía que podía ser libre de todo lo que tenga que ver con el reino Rosewood.

Siempre le enseñaron a ser una dama, una princesa como tal, su abuela le enseñaba cada cosa que debería saber de la realeza, su padre el rey Felipe era igual con Evangeline, la educaba para que fuera una elegante princesa, la mejor de todos los tiempos, el reino Wither aparentaba ser la familia real perfecta, todos creían que ellos eran felices, perfectos. En el reino Rosewood también aparentaban pero el pueblo sabía la verdad detrás de esas falsas sonrisas, detrás de esa falsa felicidad, detrás de esa falsa perfección. Ellos no eran felices en especial las princesas y todos lo sabían, no eran perfectos.

Desde que había tenido conciencia, Anastasia rezaba todas las noches para que su abuela le permitiera quedarse con su hermana, Evangeline sufría —Al igual que su hermana— en el castillo Rosewood. Cada vez que Evangeline no cumplía alguna regla era encerrada en un calabozo que había en lo más profundo y escondido del castillo, su madre suplicaba que no la encerraran pero él simplemente la ignoraba. Después de algunas horas era sacada por su madre de aquel lugar tan frío y oscuro. Desde que Anastasia supo eso siempre quiso estar a lado de su hermana, habían veces que ella también fue encerrada en el calabozo pero no le importaba, ya se había resignado a qué siempre sería así, infeliz.

Para Anastasia su hermana era su única familia, al igual que Lorraine y Ernest. Sabía muy bien que sin ella nada sería igual, pues Evangeline era felicidad pura, ella era demasiado buena y pura. Sabía que esa felicidad se apagaba lentamente y ella no quería que se apagará, pero tenía en cuenta que aquel chico cobrizo del cual su hermana siempre le hablaba, haría que esa felicidad nunca se apague, él la haría feliz.

Unos pasos la hicieron desviar su vista del paisaje que tenía enfrente, Jacob Black se acercaba a ella con una sonrisa tímida. Las dos semanas que los Cullen y los Black habían estado en el castillo Rosewood los había unido, por alguna extraña razón Anastasia sentía una gran atracción hacia el Black desde la primera vez que lo vió. Sabía muy bien que le gustaba, y que si seguía así muy probablemente se terminaría enamorando de él.

Pero no podía.

No podía enamorarse de él.

¿La razón?

Su padre nunca aceptaría su relación, ese hombre que se hacía llamar "padre" la casaría con un príncipe que tuviera una herencia muy buena y ella lo sabía.

Tiempo. [Edward Cullen] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora