Por favor no me olvides.
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Los pájaros cantaban alegres, el río sonaba como si estuviera alegre, el viento se movía ligeramente alborotando su cabello cobrizo, los animales iban de un lado a otro mientras jugaban, toda la naturaleza estaba feliz, todos despreocupados, sin saber que un cobrizo de piel pálida estaba destrozado.
Veía toda la felicidad que había en el bosque mientras que él estaba destrozado, sentía un inmenso dolor y vacío en el fondo de su pecho, ella ya no estaba con él, ya no estaba a su lado.
Ya no podía sentir su cálida piel, ya no podía sentir sus carnosos labios, sus dulces caricias, ya no la sentía. Evangeline Rosewood se había quedado con su corazón.
Parecía que todo lo que vivió a su lado había Sido un sueño, una imaginación, una mentira. Pero la había sentido tan real, tan viva.
Habían pasado dos semanas, dos infernales semanas sin tenerla a su lado, desde ese día no la había visto. Estaba mal, estaba demacrado, con ojeras, parecía un muerto en vida. Aunque literalmente estaba muerto. Esas dos semanas la había dejado de sentir, como si ella se hubiera olvidado de él, como si cada momento que habían pasado juntos no significaba nada.
Ella no lo había olvidado de eso estaba seguro, pero cada día que pasaba se sentía demasiado mal. Necesitaba verla una vez más, necesitaba tener algo que lo recuerde a ella.
Hace unos días había tomado la decisión de viajar a Inglaterra, había llegado hace poco y ahora se encontraba rondando por el bosque en busca de la tumba de Evangeline Rosewood, su amada. Sabía que ella no estaba muerta, pero en su época ella ya no existía. Solo existía su tumba, una lápida que seguramente era de piedra.
Lorraine y Ernest no querían volver a Inglaterra, ese país les traía demasiados recuerdos de las princesas, era demasiada la tristeza que simplemente no se podía superar de la noche a la mañana, Esme les había dicho que podían quedarse en su casa mientras decidían si regresar o no.
Edward esquivaba cualquier piedra o ramas que se atravesarán en su camino, según lo que había investigado la tumba de su compañera estaba a unos cuantos minutos, faltaba poco para que llegará, uso su velocidad sobrehumana y había llegado. Pero no la encontraba, busco entre el pasto y tierra que había a su alrededor cuando lo vió.
Evangeline Artemisa Rosewood.
1440 — 1457.
Amada hermana, hija y princesa.
Querida por todo el pueblo.
Su lápida estaba ahí, estaba llena de musgo, tierra y ramas de árboles, pero a Edward no le importaba. El cobrizo soltó un sollozo lleno de dolor, se dejó caer encima de la lapida mientras la tocaba con desesperacion en un intento de abrazarla. Suplicaba al cielo que ella volviera a él, maldecía al tiempo por haberlo separado de ella.El tiempo era demasiado maldito, no tenía piedad, era casi igual a la muerte. El tiempo siempre terminaba alejandote de los que más amabas, la muerte hacia el resto, la muerte terminaba de llevárselos. El tiempo hacia que todo tuviera un fin, la muerte se llevaba a todos sin importarle quien fue bueno o malo. El tiempo nunca era suficiente cuando estabas a lado de la persona que amas, la muerte no hace excepciones. El tiempo y la muerte nunca tenían piedad.
Edward soltaba sollozos desgarradores y de desesperación al no poder soltar lágrimas, al no poder desahogarse adecuadamente, suplicaba y susurraba que ella volviera a él.
—Por favor vuelve a mi, por favor te lo suplico— rogaba a la lápida.
>Te lo suplico amor mío.
>Por favor Evangeline, quiero ser feliz a tu lado, quiero casarme contigo, ser felices eternamente, te lo ruego vuelve a mi.
Todo aquello lo decía entre sollozos, su tristeza era tan dolorosa que cualquiera que lo viera se pondría a llorar junto a él. Evangeline Rosewood ya no estaba junto a él, ella se había quedado en su época, la época en la que pertenecía de la cual nunca debería salir.
Ella era una princesa que buscaba librarse de su padre, una princesa que esperaba encontrar el amor. Él era un vampiro solitario que sin saberlo siempre busco a su pareja, un vampiro que siempre quiso ser feliz junto a su compañera, un vampiro que quería amar como su familia.
En sus sueños ella era suya, pero en su vida ella era un sueño.
—Me enseñaste a vivir contigo, pero, ¿Cómo vivo ahora que no estás aquí?— preguntó impaciente.
>¿Cómo? ¿Cómo vivo sin tí amor mío?
>¡Por favor dame una señal de que volverás a mi! ¡Te lo ruego! ¡Por favor!
Tratando de aliviar el dolor que sabía nunca se iría giró la cabeza hacia otro lado evitando ver la tumba de su amada, a un lado de la tumba de Evangeline estaba la lapida de su hermana.
Anastasia Lila Rosewood.
1440 — 1457.
Amada hermana, hija y princesa.
Querida por todo el pueblo.Al igual que la lápida de Evangeline estaba llena de musgo y tierra, puso una mano en la lapida de Anastasia en señal de que también la extrañaba.
—Perdoname Anastasia, no hice feliz a tu hermana, no pude tenerla a mi lado, lo siento mucho— suspiro tratando de calmarse—Jacob te extraña demasiado, se ve muy mal, parece estar muerto cuando en realidad está vivo.
Edward miró nuevamente la tumba de su compañera e inevitablemente soltó un sollozo lleno de dolor, quería poder llorar, poder desahogarse, hacer que se vaya el dolor, pero sabía muy bien que el dolor nunca se iba, siempre se quedaba ahí, solo aprendías a vivir con el dolor.
Se había quedado toda el día sentado a un lado de la tumba de Evangeline Rosewood, observaba el cielo el cual se había tornado de color negro y con algunas pequeñas estrellas a su alrededor, el sol había desaparecido en su lugar estaba la luna.
—Oh mi querida Evangeline te juro que encontraré la manera de que vuelvas a mí, te juro que volveré a verte.
Edward haría hasta lo imposible para poder volver a verla, no le importaba nada, solo ella.
Estoy que lloró, pobre Edward.En verdad espero que les haya gustado porque está historia está llegando a su final.
Hoy subiré algunos capítulos y mañana será cuando se terminé esta hermosa historia.
Muchas gracias a todos los que apoyaron está historia hasta el final de verdad gracias.
Nos vemos en un ratito.
¡Los amo!
Gracias por leer.
—Alexa💚🐍🍏
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Tiempo. [Edward Cullen] ✓
Vampire"No te quería abandonar, te juro que no quería hacerlo. incluso pensé en llevarte conmigo, pero tú no pertenecías a mis tiempos. Pero algo si te aseguraré, volverás a estar entre mis brazos Evangeline Rosewood."