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Capitulo 4.

—¿Está normal? —indaga Drake levantándose de su sitio.

—¿Qué clase de pregunta es esa Drake? —gruño indignado escuchando suaves golpes en la puerta.

El dragón la abre mientras me dejo caer de nuevo sobre la cama, un carrito de comida ingresa y una mujer con él.

—La princesa Irati ha ordenado su desayuno. —hace una corta reverencia saliendo rápidamente de la habitación.

—Han de estar entrenadas para que no te miren mucho. —opina Drake tomando un pequeño tocino y lo devora.

—¿Verdad? Ni una mirada le dio y se fue. —se burla Halsey tomando un vaso de café.

—¿Pueden dejar de comerse mi desayuno? —gruño alejándolos de mi comida—. Pueden conseguir la suya en el comedor.

Tomo un pastel de chocolate y comienzo a comerlo mientras los dos intrusos se limitan a jugar entre ellos con sus manos. Como niños pequeños sin nada por hacer.

—¿Saben dónde puedo encontrar a Irati?

—¡Creí que nunca lo preguntarías Asterino! —la hada se eleva con sus alas rápidamente y toma mi brazo sacándome de la habitación sin delicadeza.

—¡No dejen al sexi dragón solo! —puedo escuchar los gritos de Drake a la lejanía mientras Halsey me arrastra fuera del castillo.

Su vuelo se vuelve lento al comenzar a arrastrarme dentro del pueblo, las personas alrededor nos miran curiosos y ¿quién no? Su cabello no puede pasar desapercibido. Pronto divisó una alta torre en el centro del lugar, por su altura puedo deducir que es la más alta entre las otras a su alrededor. Su aspecto por fuera no es nada fuera de lo común, tan solo que se mantiene más limpio que el resto.

—Dentro puedes preguntar por tu amada. —sus manos me empujan a las grandes puertas de madera.

Deslizo una mano en mi cabello suspirando antes de abrir la puerta y mirar su interior. El sitio está ordenado a pesar de la gran cantidad de utensilios mágicos que se encuentran en los estantes, observo varios clientes pasearse por la zona y hasta algunos subir al segundo piso. ¿Cuántos pisos tiene esta torre? Y la sola idea de tener que subir hasta el último para encontrarme con Irati no me agrada nada, ¿mi amor por ella es tan grande como para caminar tanto?

Me acerco a la persona encargada de ese piso y carraspeo mi garganta cuando sus ojos no se despegan de un aparato similar al de Yoon.

—Disculpa, ¿dónde puedo encontrarme a Irati?

—Último piso príncipe. —y su mano señala las escaleras.

—Gracias.

¿No existen ascensores mágicos en este lugar? Comienzo a subir las escaleras en espiral ignorando los pasillos con distintos utensilios y esas cosas que se usan para hacer magia hasta llegar al último piso. Mi respiración agitada me obliga a posar ambas manos sobre mis rodillas tratando de recomponerme. Estoy en forma, no me malentiendan, pero las escaleras pueden con cualquiera.

Un chico permanece sentado detrás de su escritorio cerca de las escaleras y se levanta de pronto, pasando de largo escaleras abajo. Esta delgado, es de tanto subir y bajar las escaleras, estoy seguro. Me levanto de mi posición y camino al final del pasillo a las puertas al final del pasillo, las golpeo y se abren mostrando otro par de escaleras cortas a una puerta. Giro mis ojos y camino hasta a ellas golpeándolas.

El Reino Maldito (Guarrenclow #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora