17.

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Capitulo 17. 


ASTER.

Mi madre me extiende una pequeña bolsa que debo de suponer contiene algún tipo de herramientas encantadas o cosas con magia, se lo agradezco lanzando la bolsa contra el rostro de Drake, paso a despedirme de mi padre y rodeo con mis brazos a Irati, ella responde al abrazo. No quiero dejarla sola, me da miedo que algo le pueda suceder mientras no estemos juntos, pero mi esposa es una mujer fuerte y poderosa, puede destrozar a cualquiera con solo chasquear sus dedos, no debería de preocuparme tanto. No debería, pero lo hago.

—Te amo. —musito escondiendo mi rostro entre su cuello.

—Y-yo también. — su voz se rompe y la sigue un fuerte sollozo.

Mi corazón se rompe al escucharla llorar y la abrazo con más fuerza sin desear soltarla. No puedo irme y saber que se va a quedar llorando. Me separo un poco para observar las lágrimas recorrer sus mejillas, acuno su rostro entre mis manos y me acerco a acariciar su nariz con la mía.

—No llores más, por favor... —susurro mirándola.

—No quiero llorar. — se queja, solloza y más lágrimas caen por sus mejillas. —Son tus hijos, diles que no me hagan llorar.

Suelto una carcajada al escucharla decir eso, dejo un beso en sus labios y me pongo de cuclillas al frente de su vientre un poco hinchado, acaricio esa zona con cuidado y ternura. Me da esa sensación de que con un toque rudo puedo comprometer la vida de los bebés —lo cual es ridículo—, pero me obliga a ser extremadamente cuidadoso.

—No hagan llorar a su madre. —susurro cerca de su vientre y dejo un delicado beso en ella—. Compórtense que mamá va estar ocupada, no la molesten con vómitos ni cambios de humor.

—Oh, eso ha sido tan tierno. — murmura ella acariciando mi cabello. —Espero que estas dos estrellitas se comporten... ¿De verdad vas a estar bien sin mí? Podría hacer un hechizo más por las dudas. — comienza a buscar entre su vestido.

Beso de nuevo su vientre y me levanto tomando sus manos en el proceso.

—Está más que bien esposa. —aseguro mirándola con seguridad.

—Vale. No quiero que vuelvas con alguna parte menos en el cuerpo o algo más extraño.

—Prometo que no va a ser así. —respondo divertido y beso su frente—. Nos vemos en unos días.

—Ten cuidado y que las diosas te acompañen. — besa mi frente, un suave frío se extiende por la zona. — Un pequeño hechizo, por aquello.

—Gracias esposa. —le digo divertido y me giro hacia Halsey—. Cuida de Irati.

—Asterino, ya vete. —gruñe ella girando sus ojos.

—Señoritas, ¿están listas? —me giro hacia los dragones.

Miro a las dos chicas cerca de sus caballos. Miro a una rubia de rizos con un vestido blanco ajustado, tacones de aguja y un bolsito pequeño colgando de su hombro, luego miro a la castaña de cabello liso, lleva un vestido negro ajustado, tacones del mismo color y va cargando con un bolso mediano de lado. Evito soltar una fuerte carcajada cuando los ojos un poco verdes de Drake me miran indignado.

—¡Sonrían a la cámara! —grita de pronto Halsey pasando cerca apuntando a los chicos con el lente de su cámara.

Ambos sonríen a la cámara y la chica mira la fotografía con diversión.

—Esto será lo primero que verán mis hijos. —se carcajea.

—Amor mío, vamos que me duelen los pies con estos zapatos. —gruñe Drake subiendo a su caballo con dificultad.

El Reino Maldito (Guarrenclow #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora