13.

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Capitulo 13.


Aster.

Poco a poco todos salen de la habitación siendo guiados por las sirvientas que les darán su respectiva habitación a excepción de Akila, él dormirá en el jardín trasero porque nadie lo invitó a este palacio. Evito que Irati se aleje tomando su mano y los demás salen de la habitación, dejándonos a solas con mis padres y Akila. ¿Por qué no desaparece volando?

—Majestades —el chico se levanta de su lugar con elegancia y ejecuta una reverencia al frente de mis padres—, me retiro a mi habitación. Tienen cosas que hablar.

¿Qué tiene qué?

—Descansa Akila, cualquier cosa que necesites, nos avisas. —responde mi padre con amabilidad.

¿Qué les avise?

—Princesa, tenemos mucho que hablar. —le dice a Irati mirándola con una amplia sonrisa—. Puede pasar algún día a mi habitación, le llevaré papas y un helado especial.

— ¿Conmigo? — Pregunta confundida ella, aunque se ve un poco interesada. — ¿Que debes hablar conmigo?

—Secretos de ángeles.

— Vale.

—Secretos de ángeles y el esposo, por supuesto. —aclaro mirándolo, él se alza de hombros y camina hacia la puerta.

—Intenta llegar por tu cuenta hasta el cielo y eres bienvenido. —sale sin permitirme responderle.

—Cariño.... — gruñe Irati. — No tienes que enojarte.

—Claro no debo, el plum... —corto mis palabras cuando recibo una mirada fría de mi madre—, Akila es inofensivo.

—Hijo, ¿tus episodios han seguido? —miro a mi padre.

—En la isla me han ayudado con eso, en teoría todo ha regresado a la normalidad.

—Irati, linda, tenemos mucho de qué hablar hace mucho que no te veo, ¿estás más hermosa desde la última vez que nos vimos?

—Oh por todas las diosas, no me halague tanto. Qué pena. — responde ella sonrojada. — Ustedes se ven geniales como siempre.

—Tonterías. —agita su mano restándole importancia y se levanta a tomar la mano de Irati con delicadeza—. Debes de estar muy cansada y hambrienta, tu esposo es tan despreocupado que no te ha brindado la hospitalidad que mereces.

—Bueno, creo que si usted personalmente me ofreciera acompañarla mañana para el desayuno no me molestaría.

—¡Por supuesto! Vas a ser la madre de mis futuros nietos, es lo mínimo que mereces.

— Muchas gracias. — Irati sonríe tiernamente.

Miro con detenimiento el rostro de mi madre, lo primero en captar mi atención son las oscuras ojeras que decoran su rostro cansado. Inclino mi cabeza mirando con más cuidado y sus ojos están hinchados, acerco mi mano al agarre que sostiene con Irati y ella gira a mirarme con una sonrisa. Una que no es la misma de antes.

—¿Has estado durmiendo con regularidad? —pregunto preocupado.

—Claro que sí, ¿cierto Quirón? —se gira a mirar a mi padre, también lo miro y después de varios segundos él asiente con su rostro serio.

Asiento de regreso, prefiero no preguntar en este momento, pero la mentira de mi madre es una señal de que sus noches no han sido las mejores. Y no creo que se deba a mis episodios, es probable que esté relacionado con su pasado, su hermano y ese reino oscuro.

El Reino Maldito (Guarrenclow #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora