8.

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Capitulo 8.


Aster

—¿Cómo continúan tus ataques de ira Asterino? —Halsey revolotea justo al frente mío, mirándome con sus brazos cruzados.

—Desaparecieron. —respondo acelerando el paso.

—¿A dónde vamos?

—¿Vamos? Te recuerdo que me sigues solo porque estás aburrida. —Halsey aparece en mi campo de visión mostrando su nuevo look en el cabello.

Su corto cabello va de un blanco normal, pero cuando la luz del sol da en él se puede notar ligeros reflejos de distintos colores, los más abundantes son rosa y morado. Sus manos se posan sobre mis hombros mostrándose indignada, pero su semblante cambia al arrugar su nariz.

—¿No hueles eso? —inhala profundo el aire.

Imito su acción y niego sin sentir ningún aroma fuera de lo normal, y retomo mi caminata por las tierras del reino. No estoy tan seguro de que tan lejos estoy del palacio o de nuestra casa, pero cuento con la posibilidad de transporte con alas si me pierdo.

—¡Asterino! ¿Acaso no lo hueles? —vuelvo a negar escuchando su voz unos cuantos pasos atrás.

—¿Qué se supone que debo de oler? —gruño girando mis ojos.

Mis sentidos se ponen alerta al escuchar unas voces y fuertes pasos, me oculto entre los árboles caminando despacio. Observo las figuras de unos hombres cubiertos por armaduras mirando las copas de los árboles y Halsey asoma su cabeza sobre mi hombro mirando la misma dirección que ellos.

—Eso Asterino, eso debías de percibir. —musita cerca de mi oído cuando una gota fría cae en mi mano apoyada en el tronco del árbol.

La miro observando el color rojo deslizarse sobre mi mano y formo una mueca al alejarme y ver más sangre bajar por él. ¿Cómo es posible que el característico olor de la sangre no lo he percibido? Los guardias se acercan con sus semblantes serios y al vernos se inclinan.

—Majestades.

—¿Qué ha pasado? —cuestiona Halsey elevándose hasta las copas de los árboles.

—Esta mañana han reportado la desaparición de un guardián de frontera, hemos salido a buscarlo y nos topamos con los mismo que ustedes, gotas de sangre. —explica uno de ellos mirando el tronco con una mueca—. Me temo el peor escenario para el guardián.

—Caballeros, la única forma de recuperar al guardián solo será por piezas. —anuncia Halsey desde arriba—. Su cuerpo ha sido repartido por varios árboles.

¿Lo cortaron en trozos? Formo una mueca con solo pensar en ese escenario cargado de sangre. Halsey regresa a mi lado señalando con su dedo los árboles en donde se encuentran los trozos del guardián y los soldados le agradecen. Ellos se alejan a paso veloz.

—¿Qué tan lejos se encuentra la última parte? —le pregunto al ver como sus labios se mantienen formando una mueca.

—La verdadera pregunta es, ¿qué parte no fue distribuida por el bosque? —gira a mirarme sin dejar la mueca de lado.

—¿Estás bien?

—Creo que hoy no almorzare. —musita sosteniendo su estómago—. ¿Nos vamos? No soporto más ese olor.

Asiento siguiéndola de cerca rumbo al pueblo. La camina es larga, pero los pasos de Halsey son ligeros que en poco tiempo estamos cerca del palacio.

El Reino Maldito (Guarrenclow #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora