Capítulo 54: La Nueva Rika.

255 37 15
                                    

Rika estaba tan exaltada por la revelación de Rika, que no pudo evitar levantar la voz nuevamente, lo cual fue motivo de que el administrador prácticamente nos echara del lugar, razón por la cual, aún cuando fueron terriblemente groseros, Rika seguía insistiendo en disculparse.

—Rika, basta —incluso yo me molesté cuando entre sus disculpas, la miraron con ojos de burla. La otra Rika no hubiera permitido eso.

—Pero fuimos terriblemente groseras con esta gente.

—No, ellos fueron los groseros al echarnos —debatí—. Deberían sentirse honrados de que una belleza como tú, pide si quiera su establecimiento de porquería; además, la Rika que conozco no se disculpa.

Además, míralos, ni siquiera te toman en serio, solo se burlan de ti—.

—Es verdad —esta vez Erika me apoyó—. Basta con disculparse una vez, pero si ellos se burlan de tus buenos sentimientos, entonces es mejor ignorarlos.

—Entiendo —Rika bajó la cabeza con tristeza—. Lo siento —y ahora se disculpó con nosotras.

—... Tenemos que trabajar con esa actitud —con un suspiro y moviendo la cabeza, Erika dijo lo que yo pensaba.

Al menos ahora sé que no estoy loca ni soy la única que piensa que Rika no está bien así, debería regresar a ser la de antes.

—Entonces... —Erika pareció pensativa—. ¿Tratarán de revertir la maldición?

—Eso queremos, pero los culpables están muy lejos de aquí y no tenemos idea de donde.

—Tal vez yo sí —Erika señaló a día personas que se encontraban saliendo de un edificio cerrado casi al centro de la plaza en la ciudad, caminando tranquilamente por el descuidado parque, con bancas agrietadas y despingadas. Por la falta de árboles, no parecía que fueran a quedarse allí para buscar sombra.

Ellos eran los culpables de que Rika estuviera así.

—¿Cómo llegaron tan rápido? —pregunté extrañada, y más aún preocupada.

¿No significa eso que sabían que estaríamos aquí? Podríamos terminar en un problema mayor si vinieron con refuerzos.

—Bueno... —Erika señaló el edificio en el centro, dorado y blanco, con torres en las cuatro esquinas y una especie de burbuja puntiaguda fungiendo como techo sobre el área cuadrada que compone el área principal de la construcción—. Van saliendo de allí, así que supongo que tonarib un portal... Ya quisiera yi que mid malditos jefes me dieran el dinero para eso —su tono cambió a molestia al recordar el mal trato que recibía por parte de sus suoeriores—. Tuve que viajar durante meses para llegar a esta ciudad, pasando frío, calor... Y ni siquiera tengo un buen alojamiento.

Dado que caminamos hacia ellos, los sujetos nos vieron y la chica se acercó burlona mientras su compañero trataba sin éxito, de disuadir la para no causar problemas.

—¿Qué tenemos aquí? La guerrera desafortunada y las zorras del mal... Que grupo tan interesante, podrían formar una banda.

—¿Cuanto tiempo, Reila? —Erika se adelantó mientras mantenía la calma, pues sí hablaba yo... Esto no terminaría bien.

—No sabía que frecuentaras gente tan indeseable —mencionó despectivamente antes de dirigirse a Rika—. ¿Cómo te trata mi maldición?

Yo me molesté y estaba por soltar una bofetada en el rostro de esa chica, pero contrario a lo que ambas esperabamos, Rika respondió con una sonrisa.

—Bien, soy muy feliz.

Su inocencia puso un rostro en blanco en la chica y en mí.

—No se supone que lo disfrutes —se quejó ella.

Emisaria de la Diosa del mal. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora