Capítulo 49: Alraune.

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Tras despedirme de Billy, tuve que respirar hondo una y otra vez para calmarme; lo peor era esta emoción que sólo se hacía más horrible mientras más se burlaba Rose, pero finalmente tuve que dirigirme a la gran sala donde Barush me esperaba junto con un sujeto de color.

Parecía tan contento de verme que incluso se levantó del gran sofá en el que descansaba.

—Rika, me alegra que Billy te encontrara. Dime como estás.

—Tengo un puto collar de esclava en el cuello, tú dime —respondí irritada.

—Cierto, lo siento —se disculpó tranquilo y me dirigió hacia el otro sujeto—. Ven, te presento al señor Krueger; él es el maestro de la casa de subastas y sólo él posee la llave de tu collar.

—Es increíblemente hermosa tal como dijiste —reconoció el sujeto ajustando el miembro en sus pantalones.

—Bien —me acerqué sin cortesías—. ¿Sería tan amable de quitarme esto y decirme cuanto me va a costar?

—Permiteme —el hombre tomó una pequeña llave de su bolsillo y la introdujo en mi collar para después girar, emitiendo un brillo azul por unos segundos—. Está activado.

—Esperen ¡¿Qué?! —pregunté sorprendida.

—Eres muy confiada, Rika —expresó Barush con superioridad.

—¿Qué hicieron?

—Desnudate —ordenó el hombre de color sin responder a mi pregunta.

—¿Por qué habría de...? —respondí cortante mientras obedecía—. ¡¿Por qué estoy haciendo esto?!

Y mi pequeño vestido calló al suelo mientras yo mantenía una expresión de pánico.

—Ahora eres una esclava —se burló el gordo Barush.

—Pagarás por esto —recordando lo que pasó cuando el collar de verdad funcionaba, completé mi actuación respondiendo en la misma forma mientras ellos observaban mi cuerpo.

Debido a que se trataba de una especie de misión, yo no traía puestas las prendas divinas de Rose; no quería arriesgarme a perderlas. En su lugar usaba unas sexys bragas de encaje violetas que también dejé caer al suelo.

—Juro que los mataré —amenacé.

—Silencio y quédate quieta. Tus días de matar terminaron.

Obedecí y los sujetos comenzaron a rodearme mientras me observaban con lujuria y fascinación, luego comenzaron a manosear mis pechos.

—Excelente firmeza, buena textura y muy bonito color —¿Qué era yo? ¿Un corte de carne?

Tocaron mi trasero e incluso comenzaron a acariciar mi vagina con suavidad. Si llegaban más lejos, mandaría a la mierda el plan y los asesinaría en el acto.

Afortunadamente para ellos, no lo hicieron. Se detuvieron tras tocar un poco.

—Sin duda el mejor espécimen humano que he visto. Me atrevería a decir que incluso supera a los Elfos o a las ninfas —tras hacer su revisión, el negro le dio a Barush una bolsa de monedas bastante repleta—. Es una pena tener que venderla en esta ciudad de cuarta; le podríamos sacar mucho dinero en un lugar más ostentoso, pero ya que muchos la han visto rondando, será mejor subastarla mañana o alguien podría intentar robarla.

Una pieza tan bella... Es mejor venderla cuanto antes —.

—Concuerdo —respondió Barush agradecido y el negro se dirigió hacia mí.

Emisaria de la Diosa del mal. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora