Capítulo 21: Pacto Con La Diosa Del Mal

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Me encontraba sobre mi águila, expulsando el aura más magestuosa que mis habilidades me podían dar.

-Es un ángel -musitaban algunos con fe.

-¡Escuchen todos! -y cómo "ángel", comencé mi divina declamación-. Soy la representante de la Diosa Rose en éste mundo ¡Sus ordenes son claras! ¡Quienes hayan venido a su casa en busca de salvación, deberán a cambio prometer lealtad a su nombre y renegar de sus dioses profanos!

¡Sólo así podrán entrar a su templo -

-¡¿No quieres nuestro dinero?! -gritó alguien poco cautivado entre la multitud-. ¡Pagaremos!

-Por supuesto que siempre aceptaremos contribuciones de nuestros fieles -dije con un mensaje claro en contra de los no adeptos y lancé mi primer hechizo.

[Control de Persona]

-¡Yo juro lealtad hacia Rose -gritó mi víctima.

[Contrato demoníaco]

-Entonces entra si estás dispuesto a entregarte en cuerpo y alma a su divinidad -ordené abriendo mis brazos en señal que que sería bienvenido si su juramento era verdadero.

Cuando el hombre asintió y entró como una marioneta por las puertas que conectaban hacia el jardín principal del templo, las personas comenzaron a gritar.

-¡Yo también!

-¡Yo lo juro!

Las personas estaban impacientes por avanzar, pero guardaron silencio cuando el sujeto que entró, se tiró al suelo y comenzó a gritar en agonía mientras se agarraba la cabeza y espuma blanquecina salía de su boca.

Un libro sobre magia de maldiciones basadas en Fe me dio las variantes de dolor, muerte, peste y sueño, entre otras, así que por supuesto que tenía un uso para ellas.

El sujeto que cayó, no fue más que mi títere y el ejemplo para los demás. Para ser aún más persuasiva, me aseguré de que dos personas más intentaran la misma cosa, pasando también por el mismo proceso. Mi magia era una pesadilla para los débiles.

-¿Ven a lo que me refiero? -tomé una voz compasiva-. Sólo los estoy protegiendo. A la Diosa del Mal no le gusta que jueguen con ella o que traten de engañarla.

Si alguien trata de escabullirse en al templo sin jurar lealtad con todo su corazón, sufrirá ese destino; esa es la voluntad de la Diosa y yo nada puedo hacer -

La gente estaba nerviosa, pero quería sobrevivir. Las personas se debatían entre sí entrar o no, si sería una trampa o si traicionarían a sus dioses

Algunas de ellas comenzaron a entrar por la puerta mientras, de manera aleatoria, se tiraban en el suelo o pasaban sin problemas; por supuesto que ya había algunos fieles infiltrados en la multitud, esto para convencer a la gente de que no todos sufrirían el mismo destino.

Si se rendían ante la Diosa, serían salvados.

Repentinamente, el ruido de una campana resonó por toda la ciudad, indicando que la horda de monstruos y demonios había atravesado las defensas y entraba por la ciudad.

La situación no era anirmal; las defensas en el exterior únicamente tenían la función de ganar tiempo para que los ciudadanos se refugiaran.

El verdadero contraataque estaba dentro de la ciudad; las construcciones fueron diseñadas para convertir las calles en pasadizos confusos y angostos mientras más se acercaba uno al centro.

Las casas estaban adornadas con metales que provocaban debilidad en los demonios y estaban bendecidos y reforzados para aumentar el daño mientras el ejército humano, con su excelente organización, los presionaba contra los muros para maximizar el efecto.

Emisaria de la Diosa del mal. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora