Capítulo 8: Camino Tortuoso

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Una vez que solté a la chica, mi esbirro demonio dejó pasar al padre quien finalmente se sujetó los cojones y se interpuso entre Jazmín y yo.

—Ella no te pertenece —reclamó furioso.

—Aún —respondí con una voz burlona.

La razón por la que hice eso, aparte del hecho de que me producía un placer enorme y diabólico, fue para preparar a la chica sobre su destino después de que fuera mía; claro que no la iba a obligar a nada, pero sin duda la enseñaría a quererme y respetarme.

Una vez dentro del carruaje, le indiqué a mi demonio que condujera y comencé a revisar mis puntos; debido a que no usaría mi vestido transparente frente a ellos y obviamente tampoco la joya ana, solo contaba con una cantidad de ochenta puntos de mana, por lo tanto, decidí qué para el viaje, lo mejor era repartir mis puntos de habilidad entre Wis, Int y Vit; así aumentarían mi Hp, mí Mp y mi regeneracion de Mana. Era necesario para prepararme para el camino.

Cuando me dí cuenta, todos me miraban
confundidos.

—¿Qué pasa?

—Pensábamos que irías afuera —contestó Archibald, el padre.

—¿Por qué debería? puedo dirigir a mi esbirros desde aquí; además, los otros guardias iban dentro —respondí de forma fría—. Por cierto, si sigues viendo bajo mi vestido, te cobraré más.

Amenacé a Archibald que estaba sentado frente a mi junto con el resto de su familia luciendo bastante apretados, pues cada asiento era exactamente para cuatro personas.

—Bueno , si te sentaras correctamente… —en realidad, me senté como acostumbraba cuando hombre; con las piernas abiertas y una rodilla ligeramente levantada, apoyando mi pie en los pliegues del asiento, por lo que parte de la culpa era mía.

—Yo me puedo sentar como me dé la gana y eso no le daría a nadie el derecho de acostarme sexualmente —pero no iba a admitir nada.

Archibald desvió la mirada; a estas alturas, ya parecía entender que no valía la pena una discusión conmigo.

—Jazmín, siéntate a mi lado —ordené con un tono
amable.

—De... De acuerdo —contestó dudosa mientras cambiaba de lugar.

—Tenemos un trato —agregó Archibald molesto.

—No le haré nada, solo quiero dormir —respondí recostandome sobre las piernas de Jazmín.

—Pero ¿Qué hay de vigilar?

—No hay problema, tengo una habilidad que me avisa del peligro o las malas intenciones de la gente.

Las piernas de Jazmín se sentían muy suaves y cómodas, así que ignoré lo demás y me dediqué a dormitar mientras pensaba sobre las cosas que me habían pasado y la mejor manera de usar mis poderes.

Mientras estaba en eso, recordé que Rose aún no me había dado la sorpresa.

"Tendré que decirle luego", pensé tratando de no relajarme demasiado.

Después de sólo media hora, mi descanso fue
interrumpido por un sentido de alerta, así que
le ordené a mi esbirro que detuviera el carruaje.

Cuando me asomé por una pequeña ventana, pude ver a un ogro en el camino; medía 2.40 metros, su piel era verde y aceitosa y era ligeramente menos gordo que los monstruos come hombres.

[Ogro del bosque

HP 210
Mp 10. St 140

Str 150 Int 30 wis 10
Cha 5 luc 15 vit 90
Dex 30]

Emisaria de la Diosa del mal. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora