Deseo

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Templo de Géminis

La mañana llegó más rápido de lo que Saga hubiera querido.

Se adentró en la tercera casa recordando el interesante encuentro que había tenido con Mu, de no haber sido por las dichosas galletas, tal vez nada de eso hubiera pasado, pero pasó, y fue una noche intensa. Saga no supo si todo ese furor se debía a los efectos de la marihuana o que Mu era así, y si era lo segundo, tenía que ponerse más en forma, ya que no sería fácil seguirle el paso a Aries.

Silbó y caminó directo hacia su habitación, sí tenía suerte y deseaba que fuera así, entraría sin ser notado y se evitaría un sinfín de preguntas, para las que no tenía respuesta. Cuando llegó a la puerta de su cuarto sintió el delicioso olor a comida y su estómago le recordó que no había probado bocado desde que se levantó.

Se escabulló del templo del carnero tan rápido que ni siquiera se había despedido de su guardián; pero no quería chismes, y sobre todo no quería inmiscuir a Mu en ningún rumor inapropiado. Esperaba que el ariano lo entendiera así.

Llevado por su olfato llegó casi que, por inercia a la cocina, pero se detuvo al escuchar un ruidoso cantar provenir de ésta.

—¡Estoy enamorado y tu amor me hace grande! ¡Estoy enamorado y que bien y que bien me hace amarte!

—Por favor hermano mátame, pero no sigas cantando

—¡Saguita! —Kanon saludó parado cerca a la estufa—. Qué bueno que llegaste, siéntate. Preparo un delicioso desayuno —Saga miró la mesa repleta de comida—. ¿Qué quieres comer? Hice galletas también

—No quiero comer tus galletas —dijo tomando asiento y degustando de los manjares sobre la mesa

—Son galletas normales, no tienen nada malo. Mu se comió todo el ingrediente secreto anoche

Saga un tanto dudoso probó las galletas.

—Están deliciosas. Bien Kanon

—Te lo dije

—¿Qué es todo esto?

—El desayuno

—¿Todo esto es el desayuno? —Kanon asintió—. ¿Estás preparando el desayuno para todo el ejército de Athena?

—No, solo para los dos

—Acabaste con toda la despensa

—¿Qué tiene? Hoy es un buen día y yo tengo hambre. Come está delicioso todo —Saga le dio la razón

—¿Estás drogado hermano?

—No Saga, no estoy drogado. ¿No puedo hacer algo bueno por ti?

—Está bien, está bien. ¿A qué se debe todo esto?

Kanon suspiró con una estúpida sonrisa.

—Estoy enamorado y su amor me hace grande

—Sí, esa es la letra de la canción —el exgeneral volvió a suspirar—. ¡Kanon!

—Anoche salí con Ivonne

—Impresionante y yo tuve que lidiar con Mu

—Lo siento mucho hermano. Te lo recompensaré más adelante

—No te preocupes, Mu ya lo hizo —dijo tomando un poco de café, Kanon lo miró confundido—. ¿Qué tal estuvo tu salida con Ivonne? —preguntó rápidamente

—Es hermosa, divertida, bella; bueno, todas esas cosas ya lo sabía, pero anoche lo noté más. Tomamos un par de tragos, hablamos de muchas cosas, la lleve a casa y

¿De quién es el bebé?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora