Adiós

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Era una mañana brillante, el sol estaba en lo más alto, los miembros del Santuario empezaban sus actividades. La rutina de todos los días.

Milo caminaba a pasos agigantados buscando algo, o más bien a alguien. La bromita de la Cobra ya era noticia por todos los doce templos y era cuestión de segundos para que el Santuario entero se enterara de lo sucedido. Estaba furioso, sus disque amigos habían llegado muy temprano esa mañana para burlarse de él. Lo esperaba de Aioria, pero Camus, el maldito de Camus se había reído hasta más no poder.

Gracias a la diosa, el santo de Acuario no lo vio mientras corría escaleras arriba con el chirimbilo afuera.

Pronto sus brillantes ojos se ubicaron en la arena de entrenamiento, a unos metros Shaina y Naomi conversaban tranquilamente, y Milo cayó en la cuenta que de seguro todo el campo femenino ya sabía de la jugarreta de la cobra.

—¡Shaina! —rugió con una potente voz, la amazona lo miró con inocencia

—Hola mi amorcito —le saludó con una amplia sonrisa. Milo observó a Naomi a su lado tratando de no morir de la risa

—Necesito hablar contigo —le pidió en tono pausado

—Desde luego mi amor —se le quedó viendo

—¡En privado! —le dijo tomando distancia, Shaina fue tras él

—Te ves enojado mi cielo. ¿Te pasa algo? —Milo quiso matarla con la mirada

—¿Tú crees bombón?

—Pues te noto molesto —comentó sin preocupación—. Sí es porque me tuve que ir anoche no deberías molestarte por algo tan insignificante como eso. Me hubiera gustado quedarme a tu regreso, pero tuve algo súper importante que hacer

—¿Llevándote mi ropa?

—¿Me llevé tu ropa? No mi amor, yo la dejé en un lugar seguro, para que no se te fuera a perder. Pero nunca me la llevé

Milo tomó aire.

—¿En que lugar seguro la dejaste?

—En mi cabaña

—¡¿Y no que no te la llevaste?!

—No. La dejé en un lugar seguro

—¡Shaina! —gritó, la chica se echó a reír—. ¡No es gracioso! ¡Todos me vieron correr desnudo! ¡Por todo el Santuario!

—¿No podías haber corrido a la velocidad de la luz?

—¡Eso hice! —La miró fijamente—. ¡Pero en los doce templos todos me pudieron ver! ¡Los siete idiotas que están antes de Escorpio me vieron! ¡Bueno, solo seis, porque el imbécil de Shaka solo tiene ojos para ti!

—Déjame ver si entendí —suspiró—. Primero. ¿Te molesta que Shaka no te haya visto la pininga? —Milo enrojeció de ira—. Y segundo. ¿Por qué no usaste los túneles? —El griego se partió en dos—. A lo mucho te hubiera visto Mu y después de hablar con él, contarías con su discreción

—¡Maldita sea! —gritó tan fuerte que le voló el cabello a Shaina—. ¡Soy un imbécil! ¡Un estúpido! ¡Un completo idiota! —La retahíla continuó por un buen rato, Shaina se cruzó de brazos esperando a que escorpio terminara de desahogarse—. ¡Maldición!

—¿Terminaste? —Él la miró con los ojos llenos de furia—. Oye no es mi culpa

—¡Desde luego que sí! ¡Con el pene afuera ningún hombre piensa con claridad! ¡Te pasaste Shaina!

—¡Eso te pasa por lámpara!

—¿Por qué? ¿Es decir que brillo mucho?

—Según me dijo Alejandra, una lámpara es una persona que llama mucho la atención y se cree muy listo

¿De quién es el bebé?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora