Me quedo contigo

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Advertencia: Este capítulo tieneuna buena dosis de romance.

Templo de Piscis

El tiempo pasó rápido, Afrodita estaba a un día de entregar al niño ¿A quién? A las doncellas, porque después de doce largas semanas no se supo de quien era el bebé. Por lo que no quedaba de otra que ir a la ciudad a practicar las dichosas pruebas paternas. Por lo menos él no era uno de los tantos que tenían que realizarse ese examen.

Aunque el niño fue relativamente juicioso, piscis esperaba el día y el momento para que se marchara cuanto antes. Por un lado, porque estaba harto del llanto, dándose cuenta de que él no era muy tolerante con los niños y por el otro, porque esperaba con ansias volver a estar con su novia sin ningún problema.

Seika había estado todos los días en el doceavo templo y por más que lo quiso negar, ella no estuvo allí para apoyar al santo con el cuidado del bebé, sino para vigilar a su novio y que éste no se enredara con la sensual amazona que le acompañaba en esa travesía.

A Afrodita todo eso le parecía gracioso. Su novia no sabía que para tener sexo con alguien era sencillo sacar un espacio en cualquier hora del día y Piscis y Antlia se quedaban solos toda la noche y de por sí, Piero dormía sin molestar hasta la madrugada. Así que, si Afrodita hubiera querido serle infiel a su novia, el tenerla en el día pendiente de ellos no habría bastado para salirse con la suya.

En otros tiempos, en el que el doceavo guardián no estuviera tan prendado de Seika y Naomi de Shun, de seguro esos dos se hubieran divertido mucho en aquel lugar, tal como lo hacían cuando eran más jóvenes.

Aquel día en particular era especial. No solo porque era el último día que estaba con Piero y Naomi, sino porque el gran toro se casaba esa noche. Afrodita no se imaginó si él fuese capaz de lograr semejante hazaña. Matrimonio, hijos. La relación con Seika estaba hasta ahora empezando, pensar en eso era ir demasiado a la ligera y con el pasar del tiempo, si Seika seguía siendo su dulce ángel, él se casaría con ella y le daría hijos, pero por ahora no. La sola idea le ponía los pelos de punta.

Un vestido borgoña colgaba de la pared de la sala, éste tenía figuras de encaje; en el perchero no se le veía mucha forma, pero él estaba seguro de que en la silueta de Naomi resaltaría mucho, no solo por el color, sino por una amplia abertura que tenía éste en el lado izquierdo, además de tener un escote pronunciado. Antlia tenía una forma de verse sensual sin parecer vulgar. Aquello era un don, debía admitir.

Después de la conversación con Naomi, en la que ella confesó que amaba a Shun con locura, Afrodita logró convencerla para que interpretara una canción en la boda de Aldebarán. Una canción, desde luego, única y exclusivamente para Andrómeda, con una letra y con una interpretación que solo él pudiera entender. Es por esta razón que Naomi tomó la decisión de escribir la letra y a pesar de lo difícil que fue ponerle la melodía, Zodiaco se salió con la suya y la canción formó parte del pequeño repertorio de la banda para ese día.

Nadie más aparte de Afrodita sabía la verdadera intención de aquella canción, todos pensaron que era bonita y que valía la pena apoyar el talento de la única mujer del grupo y porque no, cantar una canción propia. El más animado con todo esto era Milo que tenía más esperanza de que Zodiaco fuera un éxito ahora con sus propias letras.

Afrodita sonrió recordando todo el entusiasmo del griego y el desagrado de Shaka, la idea de continuar con su "banda de rock" no lo animaba, pero oh sorpresa, que Aioria también les pidió, suplicó y pagó para que cantaran en su boda llegado el momento. El de virgo resopló pidiendo que ojalá nadie más se casara, pero parecía ser que estaba condenado a ser el vocalista de Zodiaco, igual si desistía, Naomi contaba con una excelente voz y no tenía nada que envidiarle al rubio. Pero el dueto que ellos dos hacían era extraordinario para dejar ir al indio tan fácilmente.

¿De quién es el bebé?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora