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Sandro estaba recargado afuera de los juzgados, fumando un cigarrillo, observo a lo lejos venia la bruja con sus dos colegas muy sonrientes, el continuo su semblante intimidando ambos idiotas, Hera solo asintió en forma de saludo entrado.

El hibrido tiro la colilla indicando a los dos bultos de colegas que era hora. Tomo su lugar justo en frente de la bruja esperando que el juez entrara, miro los ojos de Hera y esperaba que cumpliera su prometa de partirle el culo, o el seria quien se lo partiera.

-Entonces no estas con tu cara gruñón– comento la bruja vistiéndose.

-Que te hace pensar que lo estaré.

–El simple hecho que no te gusta perder señor hibrido.

–Ya lo veremos –comento el hibrido.

–Suerte con eso. –beso sus labios saliendo primero.

–Bien tengo los informes de ambos, al parecer ambos tomaron sus decisiones muy diferentes –indica dejando las carpetas en la gran mesa de caoba.

Mattew paso alrededor de los presentes imponiendo como siempre lo hacía, miro a la bruja guiñándole el ojo, acto que el hibrido había notado, hizo un ruido con sus dedos golpeando la mesa, solo para que mismo juez notara que lo había visto.

Este sonrió como si no le importara sus celos.

–Todo indica que tengo a mi elegido, y solo uno pudo acertar –volvió a comentar, tomando lugar en su silla.

Sandro sonrió mirando a su equipo estaba seguro que él era el ganador, miro a la bruja que estaba enfrente de él, sonriente con victoria.

Hera no se movió ni hizo nada, estuvo calmada, solo encharco su ceja de que tal vez se equivoque. De ser así no cenaría esta noche.

–Es sorpréndete realmente muy sorpréndete el reporte, demasiado muy elaborado con sus anotaciones, y estoy mas que satisfecho con el resultado, por algo habían sido escogidos, Diamante y Carson, con sus mejores defensores. Y es por eso que he eligió al despacho Diamante felicitaciones señorita Hera Walmon, su afirmación que él es inocente se ganó el puesto. –comento el felino con una sonrisa.

Sandro estaba en su letargo, aun mientras todo pasaba en cámara lenta, pero que carajos, el hombre era culpable de donde carajos saca que es inocente.

Vio como el felino fue hasta su mujer abrazándola, con descaro susurrándole con sus labios asqueroso en el oído de su bruja mientras ella estaba en shock sin poderlo creer.

–Debemos irnos Sandro –comento su colega.

Sandro se sacudió no se iba ir de aquí, hasta que ese felino dejara de tocarla.

–Es verdad –dijo Hera sin creerlo.

–Felicitaciones, el hombre indicaba que era culpable por evasión de impuesto, pero una de las firmas de su contador hizo un lavado culpando al hombre. la mala administración puede llevarte aun error fatal, en cambio Carson no investigo tan adentro como usted señorita, dando por hecho que es culpable, tiene muchas anomalías la forma en que manejan ellos, pero usted es limpia en su trabajo.

–Enserio, no sé qué decir –volvió a decir ella.

–No diga nada, la espero en mi despacho el lunes a primera hora, y si me permite me gustaría invitarla a cenar por su victoria.

Los compañeros de Hera se despidieron de ella dejando ambos más bien a los tres en la sala, felicitándola.

Espero Sandro que los demás se fueran para aclarar las cosas bajo la mesa y de una vez queden claras.

–Podrías quitar tus manos de mi mujer –gruño el lobo.

–Señor Vanglesky pensé que no estaba en la sala –dijo solo para provocarlo.

–Tal parece que no es así –rechino los dientes.

–Bien, siendo así, pasare por usted señorita Walmon –tomo su mano besando sus nudillos –Muchas felicidades.

–Este... si –respondió roja de sus mejillas.

–Espero que al señor Vanglesky no le moleste que invite a la señorita Hera, no hay que temer ¿O sí? –inquirió el felino.

Sandro apretó la mandíbula, mirando a Hera que estaba contenta, no le iba a ruinar este momento, trajo su enojo con una amplia sonrisa.

–Por supuesto que no, se lo que tengo como mujer, así que no tengo problema verdad amor –miro a la bruja.

–Siendo así los dejo, nos vemos más tarde señorita Walmon, o mejor dicho señora Vanglesky.

Hera asintió viendo al juez macharse de la sala, teniendo los ojos clavados del hibrido sobre ella.

–¿Te diviertes bruja? –dijo con sarcasmo

–¿Celoso lobivanpiro? –respondió ella acercándose.

–No, para nada, es solo que en mi cara le has aceptado una cena, solo tú y el–musito el hibrido.

–Es solo una cena –toco los botones de su camisa del hibrido.

–Desde cuando te has vuelto una descarada –miro el rostro de su mujer.

–Desde que Runa apareció, siento tanta seguridad, tanta adrenalina creí que mis ojos se quedarían así, pero no – comento eufórica.

–Si tu loba, otra igual a esa amiga que tienes –gruño el lobo.

–Francis se llama Francis, no sé por qué no te cae bien, es buena amiga y consejera –comento ella tranquila.

–Si sobre todo eso de "consejera" –volvió a gruñir.

–Ya, dime estas molesto porque perdiste o que fue eso de poner tu cara de casi querer estrangular –bajo más sus manos hasta sus bolsillos.

–Ahora entiendo eso de patearle el culo a tu rival –ruedo los ojos –sabes pensé ver tu cara cuando te ganar me la imagine tantas veces, pero no puedo creer que mi mujer me partió el culo delante de todos, sabes que esto te saldrá caro, sabes que seré la comidilla de los demás, se han de estar carcajeando a mis espaldas.

–No lo dudo, pero te lo has ganado querido esposo, pero no creo aceptarlo –dijo ella bajando el rostro.

Sandro alzo su barbilla para ver esos ojos cafés, hasta donde habían llegado solo para soltar así nada más.

–No estoy entendiendo.

–Solo quería ganar para bajarte el orgullo, ahora que lo hice, no tomare el puesto, no estoy para ser la mira y enemigos de todos, eso te lo dejo a ti. Y otra causa, mañana iremos con mis padres antes de que te me pusieras como una garrapata pegada tiñe pensado pasar al menos un mes, será mi cumpleaños y ...

–¿Tu cumpleaños –dijo sorprendido

–Así, por lo que veo no lo sabes, es normal apenas estamos conviviendo y eso, pero me gustará pasar esos días ahí, estaré sola con mis padres mientras tu estas aquí trabajando como burro para complacer a tu mujer en sus gustos. –dijo ella con una sonrisa

–Desde cuando te volviste tan interesada –frunció el ceño Sandro.

–Desde que vi que ganas más que yo, así que nos vamos, pero recuerda tu sales primero molesto y gruñendo yo te alcanzo en la casa –inquirió ella –debemos esperar antes que se enteren que somos ya sabes esposos gracias a sus celos enfermos señor Vanglesky.

-Ni creas que te dejare ir a esa cena yo iré contigo -declaro el hibrido

HIBRIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora