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Sandro ordeno un diamante negro con energético, necesita tener toda la energía posible esta noche, dio un sorbo de un jalón ordenando otro y otro perdiendo la cuenta, ni así le quitaba lo caliente que estaba de la cabeza. Al punto de explotar.

–Deberías relajarte –comento uno de sus compañeros palmeando la espalda.

Sandro se hizo a un lado llevando su trajo a otra parte lo que menos quería. Era moscas a lado suyo con sus pendejadas, fue hasta la barra, se quedó ahí, con la mirada sobre la entrada del bar. Disfruto su trajo esperando a esa bruja, porque del nadie s e burlaba mucho menos Hera Walmon.

Miro la hora en su reloj de mano indicaban las once, cuando debió llegar hace tres horas, rechino los dientes, casi al punto de reventárselo el mismo, su olfato no fallo , el olor descarado de Hera estaba ahí con la mano sujeta con el estupido  juez como un par de novios disfrutando el lugar.

Su mano rompió el cristal sacudiéndose, caminando hasta ellos, pero se detuvo cuando la misma Hera cruzo sus ojos con el hibrido.

–Iré al tocador –dijo ella antes que el lobo fuera con ellos

–De acuerdo buscare una mesa para nosotros dos –dijo el besando su mejilla.

Los ojos de Sandro se agrandaron más de lo que estaba, se rio como pendejo ante el beso asqueroso que ese gato le dio a su.... gruño siguiéndola con la mirada.

Hera no necesitaba ir al baño solo necesita esconderse un poco, para pensar, porque s e miraba tan enojado con ella, ¿Qué había hecho? Desde el avión tal vez pero ahora su mirada era tan distinta, como si quisiera cometer el crimen perfecto y visualiza las maneras de despellejarla viva.

–Diosita si me escuchas, dile a mis padres que los amo mucho, pero todo es culpa de Francis.!!

Miro de reojo por el pasillo a la entrada de los cubículos, y ahí estaba el, en la mera entrada mirándola, era mejor entrar al baño, y esperar que se fuera como esos perritos.

A marcha rápida se adentró, miro a unas chicas retocando el maquillaje, fue hasta el grifo para refrescar sus manos , y detrás de su nuca. Se sacudió los escalofrío, con miedo de que entrara y rompiera esa puerta.

O es que acaso se dio cuenta que beso al juez, fue sin querer. Ella era inocente.

-Es muy hermoso, me gustaría volver a venir –dijo mirando la luces y aquel espectáculo cirquense en la calle.

–Ven te mostrare otro lugar –la llevo de la mano a aquella fuente donde está la torre Eiffel.

–Cielos es espectacular – sus ojos se iluminaron.

Matthew la observo detallándola, era bonita, pero no entendía a que jugaba a su inocencia cuando en los mensajes era muy provocativa, tal vez la ponía algo nerviosa, así que quiso probar esos labios y saber si de ellos salía eso que tanto le mensajea en las noches.

(Francis se había encargado mientras ella dormía mandando mensajes atrevidos y borrarlos).

Hera se giró para decirle algo, pero el felino la tomo de la cintura atrayéndola a su cuerpo, la bruja parpadeo poniendo sus manos en su pecho, pero al saber que se resistiría la tomo detrás de la nuca, besándola, ante las fuente de agua.

El besó fue tan sexual, que metió su lengua dentro de ella, haciéndole un lavado bocal pensó ella.

Matthew rompió el veos mirándola sorprendía, dándose cuenta que esos labios nadie los había tomado, no quería ser un aprovechado.

–Hera –dijo el, tratando de que ella reaccionara.

–Creo que debemos ir con Francis –termino diciendo dándole la espalda.

Hizo unos gestos horrorizada, me beso, me beso!!!!! Hasta sentía su lengua en su garganta. Lo miro de reojo, él estaba con la mirada fija en ella, era claro imaginado sus manos detrás de ella tomándola de la cadera de una forma imponente tal vez esa noche....

Tiro el papel en el cesto de basura y salió de ahí lista, miro a todas partes pero no estaba, vio a al juez, levantando su mano indicarle que se acercara. Fue hasta el donde él había ordenado una bebida rosada, dio un sorbo y le encanto era demasiado dulce. Francis se acercó a ella, saludando coquetamente al juez, uniéndose junto con el honey como le había nombrado.

Disfrutaron la noche, pero no podía negar que entre toda la multitud, ella buscaba al hibrido pero no había señales de él, tal vez se fue, encogió los hombros un poco desanimada.

–Vamos a bailar –dijo su amiga, tomando a los dos hombres e insistiendo a Hera que fuera.

Bailaron perdiendo la noción del tiempo, pidiendo bebidas, y volvieron a bailar, se sentía muy animada ella, pero lo que no sabía era que su amiga siempre tiene un pie adelante, y sabía que el tal satanás estaba en la parte de arriba con los ojos negros acechando a su amiga, casi al punto de lanzarse sobre ella.

Francis se acercó a ella susúrrale algo, y eso era que miraba hacia arriba en un descuido que el juez esta mirando a otra parte, Hera lo hizo y lo vio ahí arriba, que este saludo moviendo su rostro.

Uno de los meseros le ofreció a Sandro una bebida, este indico que era de la joven de la pista, señalando a Hera. Sandro frunció el ceño mirando a la bruja descarada.

Algo que Hera desconocía.

–¿Por qué me ve así? Dijo ella a su amiga en el oído

–Mande a pedir una bebida a tu nombre –dijo ella entre risas

–Francis!!.

–Disfruta esa noche de que comes vainilla o comes chocolate porque comes mujer –Grito ante la música.

La bruja miro de nuevo el balcón de arriba, Sandro saboreaba la bebida alzándola en forma de salud, hasta desaparecer.

–Necesita tomar aire –dijo ella

–Te acompaño –contesto el juez

–No, regreso no tardo iré al baño– miro a su amiga ya se las pagara.

Salió empujando entre la multitud como es que un lugar se llenó tan rápido, como pudo vio la salida entre tanto gente, pero fue jaloneada a la fuerza llevándola a otra parte.

–No!! –grito pero nadie la escucho por al música, hasta ver la espalda de Sandro y como su mano ardía de lo caliente que estaba.

Vio la puerta de salida de emergencia saliendo de ahí, la lanzo hasta uno de los carro, acorralándola con sus brazos de ambos lados.

–Así que te gusta jugar y sucio –acerco su rostro –Dime, ahora no te sientes tan valiente Hera Walmon .

El corazón de Hera latía por colapsar necesita una ambulancia o morirá, literal o verdaderamente. Pero como no si tenía el cuerpo de Sandro pegado a ella.

Sandro puso notar el aroma del estúpido juez en su cuerpo.

–O no bruja, a mí nadie me quita lo mío –arremetió su cuerpo con ella

Hera gimió, estaba siendo aplastada por su cuerpo, pero ... pero... abrió los ojos al sentir algo cerca de su ombligo, abriendo sus ojos.

–Tu.. tu...

–Eso sentirás hasta por la boca. –gruño pasando su lengua por su rostro –A la bestia nadie la provoca.

Hera vio el rostro de Sandro, como mostraba sus colmillos muy diferente a los demás lobos.

HIBRIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora