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Sandro soltó sus manos apartándose, no sin antes amenazarla que no volteé, la quería así expuesta para el depredador, escucho como rompía un plástico, no era estúpido y lo que no quería era llenarse de mocosos chillones , mas cuando ambos eran mellizos. Algo que lo frustraba por nos sentir piel a piel.

Volvió a hundirse en la cama, cayendo su peso en ella. Su miembro roso sus nalgas el subía y baja rozando su línea de ese trasero, disfrutando como ella apretaba la almohada.

-Veo que mueres por sentirlo no es así Hera.

-Si –fue lo único que dijo ella moviendo su trasero desesperada.

El palmeo sus nalgas, dando apretones que ella gemía, metiendo su rostro dentro de la almohada.

Sandro

mi miembro esta que desea desfogarse verla en esa posición desarmada, paso saliva , mirando su delgado cuerpo puedo lastimarla con mi verga gorda, quiero saber hasta dónde poder meterla toda, sobre ese canal estrecho que nadie a tocada, bendijo la suerte que tengo de saber que soy el primero en explorar su piel, y es claro ella es de esa mujeres que sueñan con unicornios voladores.

-Deseas gentileza Hera no la tendrás, te metiste en la boca del lobo por jugar lista sin medir las consecuencias a tus provocaciones, fingiendo con esa cara de inocente, pero mírate caliente por tenerla adentro

-Dime que quieres Hera –Dijo tomando mi miembro jugando por el camino al canal.

-A ti –dice con esa dulce voz empalagosa.

Dejo de rozar, abriendo sus nalgas, ella esta tensa, pero no voy a esperar que se tranquilice, despertó mi apetito feroz y deseo solo comer hasta saciarme. De un solo tirón la embisto, su grito se escucha por toda la habitación, se aferra con fuerza a todo lo que hay, sabana almohada, sintió el dolor de ella que he provocado y el desgarre de su inocencia tomada por mi salvajismo.

-Pasara Hera, solo respira –Es lo único que dijo

Vuelvo a sacar solo un poco mi miembro con el preservativo, un poco de sangre hay en ello, y antes que suelte que no quiere mas vuelvo adéntrame con fuerza, como un puto salvaje, ella vuelve a gritar y sé que esta llorando, pero no me pondré romántico, salgo de nuevo y otra vez la penetro, hasta que logre que esas lagrimas se vuelvan puros gemidos.

-no pudo ser romántico Hera este soy yo -dijo entre jadeos tomándola con fuerza de la cadera moviendo su cuerpo con mi miembro, tengo tanta hambre que no puedo parar quiero que salga por su boca más bien que entienda que mi verga es la única que disfruta, me siento poderoso como la tomo como una muñeca que no sabe cómo ponerse.

Si no negare que no me gustan las inexpertas pero Hera tiene una inocencia arrasadora que me molesta que me pone de mal humor, puede ser tan inocente a estas alturas, pero si lo fuera no se podría en mi camino, así que la voy a tener comiendo de mis manos, hasta que deje ese simplada del caso.

La voy alimentar hasta que esté completamente perdida.

Espere estos días como la haría mía, y como quitarla de las garras de esa humana, ahora no tiene quien la salve, y verla boca abajo solo incendia más mi miembro que esta lubricándose con su fluidos, gruño tan bestial mientras ella empieza a gemir inclinado mas su espalda y levantado su trasero.

Es mi momento de hacerle ver quien tiene el control.

Hera

Siempre quise que mi primer vez fuera algo lindo, pero ahora entendía eso de cuando se te pone la cabeza caliente no piensas solo estas ahí, duele mucho, no fue tierno, grite que sentía que mi alma no volvería a estar en mi cuerpo.

No me deja al menos procesar cuando vuelve entrar en mí, no pensé que fuera algo con mucho ardor, no puedo decir mas solo muerdo con fuerza la almudada, mirando la puerta, siendo empujada, poco a poco el dolor se va desapareciendo, hasta que mis mismo cuerpo lo siente humeder mi canal, su gruñidos están por toda la habitación.

Me monta de una manera tan bestial , salvaje, sus manos están clavadas en mi cadera como si no quisiera que me escapara de sus garras.

Empiezo a disfrutar y mi boca suelta esos gemidos, levanto mi trasero y eso hace que el acelere más como su miembro se desliza con facilidad mis paredes. Quiero mas de esto.

-Sandro –dijo su nombre porque necesito decirlo, quiero que sienta como saboreo su nombre prendiendo mas.

-¿Te gusta? –pregunta empujando todo su peso

-Si... Si.... Mas... -dijo excitada.

Tal vez ahora no lo sienta pero después de esto no podre caminar, pudo jurar que me esta partiendo ahorita, pero la adrenalina que suelta mi cuerpo no lo deja ver con claridad, el choque de mi pequeño trasero golpea su pelvis, grito y eso lo enloquece, una de sus manos, recorre por mi vientre hasta bajar estimulando mi centro, adentra un dedo, hasta mi botón.

Muerdo mis labios moviéndome y el sonreí me levanta un poco pegándome a su pecho, su nariz roza mi nuca, me está olfateando, y podrá dar cuenta que lo disfruto, que me tiene enloquecida, penetra, estimula y gimo como una gata.

Mi cuerpo reacciona llegando a mi centro, mis paredes se contraen dando espasmos, pudo sentir su miembro hinchado , pero mi liberación se descontrola llegando con un fuerte grito, el gruñe abrazándome , mueve mi rostro quedó justo con el suyo tomando mis labios.

Moriré si me suelta, empuja más fuerte, soy penetrada por miembro, sus manos y su lengua, hasta que su jadeo liberado su tensión llega corriéndose, cayendo ambos en la cama, con la respiración agitada.

Mi cuerpo esta mojado totalmente, no pudo mover mi mano, todo pesa, como si un remolque me hubiera pasado, trato de busca su rostro, y él me mira con unos ojos negros, que debería darme un escalofríos.

Su mano viaja al preservativo tirándolo, creo que esto es todo, siento una opresión en mi pecho, y si va hacer así, quiero llevarme algo antes que esto vuelva a pasar.

Se trata de levantar, pero con las fuerzas de mi cuerpo dolorido, me pongo encima de su cuerpo, tomo el valor que no creí tener.

-Tú te has saciado de mí, yo quiero saciarme ahora de ti -llevo su rostro a mis labios, pero ahora quiero hacerlo como siempre soñé.

Sus manos, recorren mi cintura, me froto mi centro con su miembro aun medio erecto, despertando a la bestia. y este vez seré yo quien mueva su mundo y sea su dolor de cabeza.

Porque si cree que puede enamorarme más de lo que estoy, yo puedo meterme como la brisa en su alma. Y yo estoy dispuesta a ganarle por primera vez.

HIBRIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora