POV Wanda
Los recuerdos eran confusos, toda imagen que atravesaba mi mente estaba cargada de una extraña nebulosa, no sabía si eran imaginaciones o sucesos reales.
Pasaron unos minutos hasta que por fin logré abrir los ojos, me dolía la cabeza, el cuerpo, sentía una extraña pesadez y un sabor metálico en la saliva. Estaba en un hospital, aquello hizo que mi primera reacción fuese tocar mi barriga, mi bebé estaba bien. Suspiré.
Bastó solo aquel ligero movimiento para que ella apareciera en mi campo de visión, tenía puesto un collarín o algo que me impedía moverme a más pero podría reconocerla en cualquier lugar, era Natasha.
- Hey, despertaste... - Dijo con expresión de sorpresa y satisfacción pero veía dolor. Romanoff era compleja para muchos en cuando a emociones, era difícil de leer, pero para mí no. Intenté hablar pero la resequedad en mi garganta me lo impidió. - No, no hables, te daré agua. - Escuché dijo y quise pero no logré asentir. Movió de alguna forma la cama dejándome casi sentada y con una pequeña botella con un sorbete me ayudó a beber.
Los segundos pasaron y mi mente se iba haciendo más lúcida. Lo último que recordaba era el accidente, a Robbie y a mí discutiendo por algo sin sentido y la aparición de ese camión. Antes de que fuese a preguntar sobre él Natasha presionó un botón y avisó había despertado. - Nat... - Dije por fin y ella dejó un beso en una de mis manos que estaban también notoriamente rasguñada. ¿Qué demonios nos había pasado?
- Señorita Romanoff, va a tener que salir para que podamos revisar a la paciente. - Dijo el médico cuando llegó con todo su personal. - La vi negar. - Me haré a un lado pero no me pida la dejé por favor. - La escuché solicitar y aquello me alarmó más. Natasha nunca pedía nada. ¿Cuántas horas habían pasado? ¿Días quizás? ¿Dónde estaba Robbie?
- ¿Donde está Robbie? - Pregunté y vi al médico dudar. - ¿Quién es Robbie? - Me preguntó y aquello me enfureció. - Mi esposo, dónde está Robbie. - Pregunté seria y lo vi mirarse con las enfermeras. - Natasha dónde está Robbie. - Pregunté fuerte y la pelirroja apareció en mi campo de visión. - Deja que te revisen Wanda. - Dijo pero no me respondió lo que quería saber. Maldita sea, dónde estaba Robbie, dónde estaba mi esposo.
- No, por un demonio, nadie me toque hasta que no me digan dónde está mi esposo. - Dije y comencé a moverme para que no pudiesen tocarme más. - Wanda, por favor, por el bebé deja que te revisen, necesitamos saber que todo está bien. - La escuché decir y suspiré. - ¿Dónde está Robbie, Natasha? - Pregunté y no respondió.
Mi mente se quedó en blanco una vez más, sentí que dejé de respirar y un frío me recorrió todo el cuerpo. El dolor de la pérdida puede llegar a ser físico. Cuando duele el corazón se paralizan cada uno de los sentidos, incluso, nuestra capacidad de razonar se esfuma también. - No, dime por favor que él no, Natasha... - Le dije otra vez. - ¡POR UN DEMONIO DIME ALGO! - Grité y percibí mis lágrimas haciendo acto de presencia. - Dime que está bien, te lo suplico. - Dije y sentí como me rodeó con sus brazos. - Lo lamento tanto Wanda, daría lo que fuera porque él estuviese bien. - Dijo y le creía, veía el dolor en sus ojos también, el mío, el suyo. Comencé a llorar y solo atiné a colocar mis manos sobre mi vientre. Después todo se volvió a oscurecer otra vez.
***
POV Natasha
Charles y Erik habían aceptado quedarse en mi casa. Wanda no quería volver al departamento que tenía con Robbie. No quería comer, no lograba dormir y pese a que Pietro era quien sentía debía cuidar de ella, el espacio de su casa con Clint no los ayudaba. Sin embargo, eso no quitaba también estuviese aquí.
- ¿Cómo sigue? - Pregunté y suspiró pesadamente. - Aceptó comer un poco y tomó bastante agua. Luego, todo igual. No quiere hablar, entre momentos llora un poco y parece perdida en sus pensamientos. - Dijo su hermano y asentí. - ¿Se tomó los medicamentos y las vitaminas para el bebé? - Cuestioné y negó. - No las llevé. - Respondió y asentí.
- Bien, es mi turno entonces. - Dije poniéndome de pie. - Tu comida está en el horno. Erik y Charles salieron al supermercado pero no creo que tarden. - Finalicé y él solo asintió para luego agradecer.
Apresuré el paso hasta mi habitación y fui por un pequeño regalo que había conseguido por el bebé y llegué hasta la habitación que ocupaba Maximoff.
- Hola extraña. - Dije suave al entrar y ella no me respondió. - Traje esto para la uvita. - Mencioné el apodo que le había puesto al bebé desde la primera ecografía y mostrando el peluche, mientras me acercaba a ella. - Gracias. - Dijo sin más y le sonreí ligeramente. - Hola bebé, vas a tener que ayudarme. - Dije mirando su vientre que permanecía oculto bajo la ropa de cama. - Tu mamá está algo indispuesta aún pero tienes que recordarle debe tomar sus medicamentos y también tus vitaminas. No queremos que te termines pareciendo al tío Pietro si ella no las toma ¿verdad? - Dije intentando bromear y escuché un ligero sollozo. - Hey, no, no llores cariño, esa no era mi intención. - Me alarmé y ella me abrazó. - Lo extraño Nat. - Dijo y asentí. Lo sabía, entre sueños y pesadillas su nombre era todo lo que mencionaba. Esperé que se calmara y separé nuestros cuerpos.
- Wanda, necesito por favor tomes tus medicamentos y las vitaminas. - Aclaré y ella asintió. - Quiero salir de aquí. - Dijo y asentí. - Quiero ir a verle. - Negué.
- Lo haremos, es el primer lugar al que te llevaré cuando estés un poco mejor pero por ahora, debo asegurarme tú te recuperes y tengas las fuerzas suficientes para el bebé. - Dije y asintió.
- Es ella. - Mencionó y me sorprendí. - Es una bebé, veníamos de la ecografía y discutiendo sobre su nombre cuando pasó... - Dijo con cuidado y besé su frente. - No lleves tu mente a ese momento Wanda, no más. - Dije y volvió a llorar. - No he podido dejar de pensar que si no hubiera insistido tanto para ir a la ecografía nada de esto hubiese pasado. Él no tenía tiempo ese día e hizo lo imposible por complacerme. Nuestra cita era en aún un par de días más pero ha tenía las semanas para saber el sexo del bebé y eso me volvió loca de ansias. - Dijo secando las lágrimas que caían por su rostro. - Además él giró el volante para protegernos. El camión iba a impactar por mi lado y no por el suyo. Yo maté a Robbie, Natasha. - Comenzó a sollozar. - Wanda, nunca vuelvas a decir eso, no fue tu culpa o de las decisiones que tomaron en el día o de él en el momento, el maldito conductor de ese camión es el responsable. Robbie cuidó de lo que más amaba que eran tú y la bebé. A él no le gustaría que te castigaras pensando eres responsable del accidente cuando ambas sabemos que no. - Dije firme y limpié el rastro de lágrimas su rostro.
- Es tan difícil pensar que tengo que aprender a vivir sin él. - Dijo y suspiré. - Hubiera preferido morir también. - Finalizó y sentí algo se quebró en mí. - No le restes valor a su decisión de esa forma, Maximoff. - Hablé tajante. - Robbie te protegió, las protegió no para que tú desearas morir. Más que nunca ahora debes aferrarte a la vida, por él, por ti y por su bebé. En unos cuantos meses esa bebé llegara a este mundo y no es justo no solo haya perdido a su padre sino que su madre también se esté dejando morir. - Se abrazó otra vez a mí pero no lloraba, solo quería protección.
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Real e Ideal - Scarletwidow / Wandanat
RomanceNo hay historia más grande que aquella que se cuenta en nuestro a día día. - Esta es una historia inspirada del Scarletwidow pero que en esencia es Wandanat. Algunos momentos son recuerdos, otros fantasía pero no sé qué tanto puedas diferenciar lo...