Hermanos

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POV Wanda

Por primera vez en quizás casi tres años salía de viaje por trabajo. La última vez que lo había hecho fue meses antes de saber que estaba embarazada. En sí, no era muy común para mí hacerlo, viajar era más cosa de Loki y Thor, pero la construcción de algunos proyectos en Latinoamérica requerían mi presencia y supervisión.

Pietro había venido conmigo y aquello me tenía un poco de nervios. Confiaba en Natasha para cuidar de Lizzie pero sabía que no era cualquier cosa y estar todo el tiempo con la niña no era fácil. Por tanto, al Pietro haber viajado conmigo la ayuda evidente con la que contaba Nat, había desaparecido.

- No llevamos ni una hora aquí y parece que quieres volverte a subir en el avión y que te lleven a casa. - Dijo mi hermano y sonreí. - En realidad, eso es exactamente lo que quisiera. - Reconocí y me puso los ojos en blanco.

- Natasha va a estar bien, si alguien sabe cómo lidiar con Lizzie, su trabajo y la construcción de su casa, es ella. - Dijo y lo miré mal. El enumerar las responsabilidades que habían recaído por completo sobre mi aún novia no me hacía sentir mejor. Miré los anillos en mi mano y sonreí.

- Me preocupa lo volátil que es tu carácter. - Dijo y me comencé a reír porque no me había dado cuenta me perdí en mis pensamientos. - ¿En qué pensabas? - Preguntó y miré otra vez los anillos.

- En que ella parecía más emocionada que yo por este viaje. No quería hacerlo y ella me convenció de que era mi trabajo, una gran oportunidad y que internacionalizar mi carrera era algo que no podía dejar pasar. - Le conté y él me sonrió. - ¿Ella es genial eh? - Cuestionó y asentí. - Como nadie. - Respondí y vi la curiosidad cruzar sus ojos.

- ¿Qué quieres preguntar? - Cuestioné y él negó. - No, no quiero preguntar eso, creo que te puede terminar incomodando. - Dijo y entrecerré mis ojos. - No, ahora me preguntas, tengo curiosidad. - Él me miró y pareció dudar pero sabía que no iba a soltar el tema.

- Es sobre Robbie. - Dijo y lo miré extrañada. - ¿Qué con él? - Pregunté y él suspiró. - ¿No comparas cómo era él y el cómo es ella? - Se atrevió a preguntar y le sonreí. - No con intención pero gracias a tu pregunta lo estoy haciendo justo ahora. - Le dije con gracia y a fin de despejara esa pequeña tensión que se provocó a raíz de su duda.

- ¿Entonces? - Preguntó y sonreí. - Robbie era un hombre increíble pero que estaba en ascenso también. El ser solo un año mayor que yo y no llevarme los cinco que me lleva Natasha, creo tenían que ver. - Lo vi no entendía porqué decía eso. - De los dos, quien más viajaba era él y cuando yo tuve que hacerlo, ciertamente no se mostraba en contra pero tampoco especialmente emocionado y de tener que quedarse en casa, no dudo lo hubiese hecho y habría valorado el tiempo que tendría únicamente con Lizzie, pero no creo que con la misma felicidad y tranquilidad que Natasha. - Admití. - Es irritante y adorable lo mucho que le gusta ser madre a esa mujer. Adora cambiar pañales por Dios, eso es absurdo hasta para mí. - Dije y él se comenzó a reír.

- ¿Podrías elegir entre ellos? - Preguntó luego de unos segundos y suspiré pesadamente, pero a la vez, también asentí. - Amé a Robbie, una parte de mí lo ama aún, su recuerdo y los años que pasamos juntos no son algo que por más que ame a Natasha pueda desterrar y ya. Además, Lizzie aún siendo idéntica a mí y habiendo copiado casi todo de Nat, sigue siendo su hija también y en pequeños gestos de ella, aún lo veo. Pero ya no duele y si bien me gusta recordarlo, ciertamente, no podría elegirlo a él sobre Natasha, no los podría ver como una opción, para mí solo se trata de ella y ya. - Admití.

- En mi mente Natasha era solo mi alma gemela y Robbie la persona que tenía mi corazón, cuando la conocí como pareja supe que eso no era así, él fue un gran amor, pero ella le da sentido a esa maldita palabra. No es solo mi alma gemela, sé que es el amor de mi vida y realmente espero también lo sea para el resto de ella. - Concluí y él sonrió.

- Siempre lo supe. - Dijo y lo miré sin entender. - Que ella estaba enamorada de ti. - Me sorprendí. - No es que sus acciones o algo que hubiese hecho lo diese a conocer, Natasha realmente parecía resignada, pero la forma en la que te miraba, eso era revelador. - Suspiré. - No te debes sentir culpable por no notarlo Wanda. - Dijo e hice un gesto irónico. - Lo único que me hace sentir culpable en realidad Pietro es pensar que si lo hubiese notado antes, me habría resultado imposible no arriesgarme por ella. - Dije y él abrió los ojos como platos. - Fuertes declaraciones. - Bromeó y me comencé a reír.

- ¿Tú con Clint cómo van? - Pregunté y este suspiró. - Probablemente no tan bien como tú con la rusa sexy. - Respondió y sonreí. - ¿Hay algo que esté mal entre ustedes? - Preguntó y movió su cabeza de lado a lado como diciendo "más o menos".

- Quiero más, necesito más y él no me lo niega pero parece tan cómodo con cómo es todo ahora que creo que va a tomar más tiempo del que me gustaría que eso cambie. - Dijo y lo miré curiosa. - Explícate. - Le respondí y este sonrió de lado. - Él ya vivió la etapa de cambiar pañales, de escuchar bebés llorando en la madrugada y no parece querer volver al menos en un par de años a ello, pero yo, aún cuando amo a Lila y Nathaniel, soy solo el novio de su padre, quizás un muy buen amigo y estoy bien con ello, pero también quiero vivir eso que él ya vivió. Yo sí quiero llanto y desvelo nocturno, quiero pañales sucios y no solo tener niños alrededor los fines de semana. - Admitió y lo vi seria.

- ¿Él te ha dicho no quiere hijos hasta dentro de unos cuántos años? - Pregunté y negó. - ¿Has hablado con él sobre tus emociones? - Volvió a negar. - ¿Le has hecho notar quieres más? - No respondió.

- Creo que sabes que has asumido todo y no le has dado la oportunidad de decirte su posición o qué es lo que quiere. - Dije y él miró hacia abajo. - Sé lo que va a decir. - Dijo y negué.

- No Pietro, crees que sabes lo que va a decir, están comprometidos, no hace más de cuatro semanas el hombre te pidió matrimonio y que yo sepa hace un par de meses tú dabas por hecho yo me casaría por segunda vez y tú no irías ni por la primera. - Bromeé y él sonrió ligeramente.

- Quién sabe y él también duda sobre si quieres niños o no. Tu carrera está en asenso, trabajas gran parte de tu día, pareces disfrutar también  de que sus hijos estén grandes y yo que soy tu hermana y te conozco como la palma de ni mano, he necesitado me digas qué es lo que flota en esa mente tuya, así que no asumas ni des por sentado sabes qué quiere Clint, no cuando no te lo ha dicho y menos cuando no se lo has preguntado. - Finalicé y este me sonrió.

- Se supone yo soy el mayor. - Dijo y sonreí. - Por favor, Django, solo por doce minutos. - Bromeé usando su segundo nombre. - En serio, habla con él, Natasha dice que las personas sufrimos más por aquello que pensamos que por aquello que nos pasa y es cierto. - Dije y él asintió. - Sí bueno, perdóname por no tener de novia a Romanoff y no tener acceso a su sabiduría diariamente. - Jugó y sonreí.

- Pero sí, supongo que lo mejor será hablarlo con él, para bien o para mal, al menos no viviré con la duda. - Admitió y le di una palmadita en la espalda. - Además se casan en mes y medio por Dios, llega sin miedos ni dudas, te mereces que nada opaque tu felicidad, ni siquiera tú mismo. - Me sonrió.

Real e Ideal  - Scarletwidow / WandanatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora