Feliz cumpleaños

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POV Natasha

- Si esta es tu forma de desearme un buen cumpleaños, ten por seguro ha sido el mejor inicio que le he dado jamás. - Dijo Wanda y sonreí.

- Faltan varios minutos aún. - Dije estirándome hasta mi celular y viendo la hora. Hace más de una hora cada quien se había ido por su lado y pensando en descansar debido a que mañana era en sí la celebración para Wanda. Nosotras habíamos usado el tiempo racionalmente teniendo sexo. Ja!

- Bueno, siempre sí puedes darme más orgasmos de regalo. - Me dio y me reí. - Ese es el plan. - Le dije saliendo de la cama y ella me miró extrañada. - ¿A dónde vas? - Me preguntó y simplemente le guiñé. - Vamos a darnos un baño. - Dije y me hizo un gesto coqueto.

No tardé más de diez minutos estoy segura. Tenía aún que acomodar un par de cosas y esconder otras antes de estar dentro del baño. Tenía preparado algo para picar y para beber incluso.

- Ya es hora. - Dije mirando a Wanda que estaba envuelta en la sábana y me miraba curiosa. - ¿Qué tanto hacías dentro eh? - Preguntó y me encogí de hombros. - Ven aquí. - Tendí mi mano hacia ella y de inmediato se puso de pie. - Tengo que usar esto. - Le dije sacando del bolsillo de mi bata una cinta lo suficiente ancha para cubrir su vista.

Mientras la anudaba alrededor de su rostro, Wanda solo me besaba y aquello significó un gran esfuerzo por no desconcentrarme del plan y volver a la cama.

- ¿Bien qué cara tengo ahora? - Le pregunté separando nuestros cuerpos y haciendo una cara entre el espanto y el asco. - ¿De enamorada? - Preguntó y volví a la normalidad. - No, esa no era, pero ahora sí que la tengo. - Le dije y sonrió.

- Con cuidado, sólo déjame guiarte ¿si? - Ella asintió. Nos adentramos en el baño y cuando llegamos hasta donde quería quité la sábana que la cubría y a como pude la colgué al igual que mi bata. - Ven, entremos al agua. - Dije y ella sonrió. - Pensé que esto de caminar a ciegas conmigo te iba a resultar más complicado. - Confesé y ella negó. - Confío con mi vida en ti. - Dijo y la besé ayudándola a adentrarse en el agua. - Me gusta. - Habló y sonreí aún sin que ella pudiese verme.

Una vez yo también estuve dentro, me coloqué detrás de ella y de forma instintiva recostó su cuerpo en el mío. - A mí me gustas tú. - Dije sobre su cuello y quité la tela que aún permanecía en su rostro.

- Madre mía... - Dijo y sonreí sobre su piel. - ¿En qué momento hiciste todo esto? - Preguntó y besé su hombro. - Un mago nunca revela sus secretos. - Dije y ella se comenzó a reír. - En todo caso serías una bruja. - Me dijo y negué. - No, entre nosotros la bruja eres tú, sino no tiene sentido esté así por ti. Yo creo que me hiciste algún brebaje o algo raro. - Dije y ella se comenzó a reír. - Agua de calzón premium. - Me respondió y me comencé a reír.

- Casi lo olvidaba, mira hacia arriba. - Le dije y de inmediato me hizo caso. El techo estaba revestido en vidrio, se podía ver el cielo directamente si presionaba un botón que hiciese se desplazara la protección que tenía durante el día. Estar en medio de la nada ayudaba a que el cielo se viese perfecto. - Esto es quizás lo más romántico alguien ha hecho por mí. - Dijo y sonreí.

La sentí dar vuelta sobre su cuerpo y se sentó sobre el mío. - Te amo tanto, Natasha, quiero todo contigo. - Me dijo y sentía mi pecho a punto de estallar. - Valoro detalles como estos y me encanta te interese consentirme también así, pero el sentimiento detrás del porqué lo haces me gusta aún más. - Me besó. - Estoy tan enamorada de ti que ni siquiera sé si seguir diciendo solo eso para tratar de explicar lo que siento por ti, alcanza. - Dijo y me abracé a su cuerpo. - Prométeme que esto será eterno Nat. - Pidió y de inmediato asentí. - Lo prometo Wanda, aún si nos equivocamos o cometemos errores, espero poder hacer que ese sentimiento que tienes solo siga creciendo y cuidar lo suficiente de ti y Lizzie porque no quiero que esto - nos señalé - conozca un límite. - Aseguré y me besó.

El pitido que había programado en el estéreo me avisó por fin eran las doce y nos separé un poco. - Feliz cumpleaños mi amor. - Dije con emoción y nos volvimos a besar en medio de un abrazo, no obstante, antez de que todo subiera de nivel, nos separé y estiré la mano hacia la barra lateral inferior al lado de la bañera. Ahí había dejado mi primer regalo.

- ¿Qué es esto? - Preguntó en cuanto vio la caja y sonreí. - No es una propuesta. - Aclaré. - No aún. - La vi sonreír ante eso. - Pero es algo que ha estado en mi familia durante años y que quiero sea tuyo. Quizás algún día se lo demos a Lizzie también. - Le expliqué y abrió la pequeña caja.

- Esto es... hermoso. - Dijo mirando al delgado anillo con una serie de piedras diminutas a su alrededor. - Es un anillo de promesa, lleva tres generaciones en mi familia y le corresponde al hijo mayor. - Expliqué y tomé una de sus manos entre las mías. Ella no dejaba de mirarlo y de mirarme sonriendo.

- Mi madre lo usó hasta antes de que se casara con mi papá. - Hablé otra vez. - Cuando tenía diez años me habló de su historia y me dijo que si alguna vez hallaba el tipo de amor que ellos sentían, no dudara en aferrarme a él y entregarlo o portarlo. - Dije y vi sus ojos humedecerse de emoción, por alguna razón ella en serio disfrutaba de todas estas cosas tanto como yo. - Tú eres ese tipo de amor para mí Wanda, cuando te hablé de ella te dije que quizás había sido la persona que más me había querido y la única que me entendía y me conocía al punto de poder ver a través de mí, que ella era mi ángel y mi luz. He descubierto que lo fue, sí, pero que ahora lo eres tú, que me miras como siempre soñé, que te amo como nunca imaginé y que si te amé ayer y te amo hoy, te amaré por el resto de mi vida también. - Aseguré y vi un par de lágrimas correr por su rostro.

- Mis padres siempre fueron lo más sagrado para mí, sobre todo mamá, quiero que tengas algo que siempre te haga recordar que eres la vida de mi amor. Que tú y Lizzie y lo son. - Le dije y me besó aún sin soltar la caja del anillo. - Te amo tanto, Nataska, tanto. Y aún cuando tus padres no están, estoy tan agradecida con ellos por haberte dado esa mentalidad respecto al amor, respecto a la familia. Admiro como no imaginas el que a pesar de perderlos tan joven, los recuerdes tanto y los hagas parte de cada cosa que haces aún en tu vida. Te amo, te respeto y te admiro como a nadie nunca antes. - Me habló besando diferentes lugares de mi rostro y muchas veces mis labios.

- ¿Me lo pones? - Preguntó trayendo otra vez la caja al medio nuestro y asentí. Antes de hacerlo besé su mano y luego por fin lo puse ahí. - A tu medida. - Dije refiriéndome a que le quedaba bien pero ella inmediatamente respondió. - Estoy hecha. - Solo asentí porque era verdad.

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Bien, he vuelto y esta vez no dejaré de publicar hasta dar por finalizada la historia, aunque deben saber vamos en poco más de la mitad.

Me quedo con esa última parte de "A tu medida, estoy hecha". Muchas gracias por leer y votar, en serio, espero que la historia les esté gustando.
Tal y como la puse en la descripción, espero que resulte tan satisfactorio para ustedes leerla como para mí resulta escribirla.

Siempre me pueden hallar por aquí o sino por Twitter e Instagram como @UCMarvel_Fan y ahí ponernos a compartir teorías del UCM, que todo lo que hay y lo que se viene, pinta increíble.

Real e Ideal  - Scarletwidow / WandanatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora