POV Wanda
Me sentía caminando sobre nubes. Ese era el resumen de mi noche y parte de la madrugada con Natasha. Incluso, estaba experimentando algo que jamás me había sucedido, el sentir la sensibilidad en mi centro incluso después del acto. A cada paso que daba y cuando me sentaba únicamente podía pensar en esa mujer. Pensar en ella hacía percibiera un hormigueo extraño en el cuerpo y me sintiera feliz.
- Wanda... - Dijo Pietro apareciendo por mi oficina y aquello me sacó de mi trance. - ¿Mmm? ¿Qué pasó? - Pregunté centrando mi atención en él y me miró de forma extraña. - ¿Todo bien? - Cuestionó y asentí. - Bueno... - Pareció dudarlo. - Loki y Thor han llamado a reunión. - Me dijo y asentí. - Hay un nuevo proyecto por atender al parecer. - Dijo y lo miré interesada. - Bien, ya voy. - Dije y miró no estaba haciendo nada.
- ¿Te espero? - Preguntó y negué. - No tranquilo, ya voy. Haré una llamada y voy. - Mentí y pese a que pareció notarlo no me dijo nada y salió.
***
- Dice Pietro no entiende qué te traes pero creo no quiere notarlo porque eres su hermana. - Dijo Loki y lo miré sorprendida entrando a la sala de juntas. - Ay por favor Wanda, estás radiante y parece fueses a llorar de felicidad cuando caminas. - Dijo y lo miré sin entender. - Es obvio Romanoff y tú ya dieron el gran paso. - Dijo y me sonreí. - Debe haber hecho milagros en esa cama porque tu expresión no es natural. - Bromeó y me reí.
- ¿De qué se ríen? - Preguntó Yelena apareciendo con Pietro y negué. - Loki habla estupideces. - Dije y ella me comenzó a analizar. - Pietro, creo que acabo de entender lo que le sucede a tu hermana. - Dijo mirando al mencionado. - Están todos locos. - Dije andando y tratando de lucir normal al sentarme. Vi a mi hermano sorprenderse y a los otros dos reírse.
- Por lo visto mi hermana defiende bien el apellido. - Dijo Yelena y Pietro por fin parecía inmerso en la broma que ellos estaban gestando. - Y nosotros parecemos más hijos de Charles que de papá. - Acotó mirándome y me comencé a reír. ¿Nos había dicho pasivos?
- Ay por favor, déjenme en paz. - Dije y cada uno se acomodó en su lugar. Loki y Yelena juntos, mi hermano a mi lado.
La reunión había sido más larga de lo que pensé. Habían varios proyectos que podíamos tomar, el tema era evaluar a ciencia cierta cuáles nos convenían más. Algunos más lucrativos que otros llamaban la atención pero entre esos no tan lucrativos estaba también el prestigio del que podía hacerse la empresa y cada uno de nosotros.
Cuando salimos Pietro avanzó conmigo y una vez dentro de mi oficina habló. - Bien Maximoff, es hora de que me cuentes cómo fue. - Dijo y me senté de inmediato en mi lugar. - No te pienso decir nada. - Dije y él sonrió con malicia. - ¿Tan malo fue? - Preguntó con diversión. - Sí, tan malo como haberme dejado así. - Señalé mi rostro y él se comenzó a reír. - Eso quiere decir que la cariñosa y tranquila Natasha Romanoff por fin sacó a relucir su lado malo contigo. - Dijo y asentí. - Sí y es perfecto. Ella es perfecta fuera de la cama y en la cama lo es aún más. Es como una doble personalidad de la que estoy completamente enamorada. - Admití y él sonrió. - Me da gusto por ti, y con esa información, me debo retirar. - Dijo y asentí. - Adiós Sra. Romanoff. - Dijo y salió lo suficientemente rápido antes de que le respondiera.
A decir verdad, no sonaba mal. Llevar el apellido de Natasha me gustaba. Romanoff Maximoff. Sí, sonaba bien.
***
- Amor estoy en el supermercado. ¿Quieres lleve algo para ti o para la bebé? - Revisé me acaba de escribir Natasha y miré con el ceño fruncido el celular.
- ¿En qué supermercado estás? - Escribí y de inmediato me respondió que no al que solíamos ir sino el que estaba por su trabajo. - No seas celosa. - Me había escrito y sonreí. No estaba celosa, solo estaba siendo cuidadosa. Natasha no volvería a ese supermercado sin supervisión. En vista no respondí, me llamó.
- ¿Y bien? ¿Qué debo llevar? - Preguntó y me hizo sonreír. Era viernes otra vez y no nos gustaba salir de mi casa en esos días. - No lo sé, alguien es una obsesa de las compras de provisiones y creo que ya hay de todo. - Dije y ella se comenzó a reír. - Bien, solo llevaré juguetes para Lizzie y bebidas para nosotras. - Dijo y sonreí. - Nat... - Dije con cuidado. - Dime. - Respondió e imaginé estaba haciendo ese gesto serio que siempre hace y que la hace ver tan bien. - Te amo. - Le dije y sabía que aún sin verla, estaba sonriendo. - Te amo más, Wanda. Llevaré postres. - Dijo y agradecí. - No tardes. - Le dije y finalizamos la llamada.
Debía asumir que Natasha y yo casi vivíamos juntas, eran pocos los días que pasaba en su departamento, pasábamos días ahí aún y algunos fines de semana pero en el día a día casi siempre estábamos aquí. Ella hacía la compra del supermercado, echaba llave a las puertas por las noches, ayudaba con la bebé y me daba un excelente sexo. ¿Podía pedir más? No lo creo, pero sí sabía que le quería dar más. Usualmente ahora era yo quien hacía las comidas, quien ordenaba su ropa, ella y su negocio demandaban a veces más horas de trabajo que las que ocupaba en la oficina y sin embargo, jamás me hacía sentir desplazada por ello. Aunque sí luchaba a veces para que durmiera las horas que necesitaba y no sólo las que quería dormir. Con ella la conviencia era fácil, cómoda y me encantaba. Incluso sus manías como no poder ver nada fuera de lugar o desordenado me gustaba porque ya lo había hecho algo parte de mí también.
Entre los minutos que ocupé descansando mientras la bebé dormía la siesta y pensando en Natasha, el tiempo se me había ido. - Hola extraña. - Dijo mi novia una vez estuvo dentro y me acerqué a besarla y ayudarla con las bolsas que traía en las manos. - Aún hay más en la camioneta, ya vuelvo. - Dijo y me entregó sus llaves. Éramos un hogar, ella era mi familia.
- Lo bueno es que solo ibas a comprar bebidas y un par de juguetes. - Le dije viendo la cantidad de cosas con las que apareció. - Sí bueno, sin tu voz diciendo "eso no es necesario aún, eso no hace falta" - Me imitó. - Me fue más fácil descontrolarme con las compras. - Dijo y me comencé a reír. - Sí bueno, no me agrada que gastes innecesariamente. - Dije y ella se acercó a besarme. - Nunca si es algo para nosotras es gasto innecesario, amor. - Dijo y la abracé. - Sí sí, muy bonitas tus palabras. - Comencé a bromear. - Pero de las provisiones te voy a transferir la mitad. - Dije y ella negó. - Solo de las provisiones porque los juguetes están muy caros y fueron tu voluntad. - Le aclaré y se comenzó a reír.
- Hablando de ello, dónde está Lizzie. - Preguntó y se alejó para lavarse las manos. Antes de responder miré el reloj de pared. - En quince minutos deberíamos despertarla para que duerma sin problema antes de las diez. - Dije y ella asintió. - Eso quiero decir que tengo quince minutos para manosearte. - Bromeó y le di un golpe. - ¿No quieres? - Preguntó con malicia y mierda, sí, sí quería. - ¿Lo hacemos aquí? - Pregunté tocando la isla de la cocina y ella de inmediato me alzó dejándome sentada ahí y quedando entre mis piernas. - Creo que quizás puedo hacer te corras en otro par de lugares más. - Dijo y me mordí el labio y la atraje a mí. - Enseñarte el follabeso fue una buena decisión. - Dijo y asentí. - Que me folles después de un beso así, es mejor decisión aún. - Respondí y ella inclinó mi cuerpo. - Hecho. - Dijo y supe que esos quince minutos iban a ser en serio gloriosos.
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Real e Ideal - Scarletwidow / Wandanat
RomansaNo hay historia más grande que aquella que se cuenta en nuestro a día día. - Esta es una historia inspirada del Scarletwidow pero que en esencia es Wandanat. Algunos momentos son recuerdos, otros fantasía pero no sé qué tanto puedas diferenciar lo...