"Los susurros de ángeles y demonios siempre anuncian muertes o claves de salvación. "
Senix Fire es descendiente de una raza de criaturas antiguas con habilidades y poderes extraordinarios. Y el ser alejada de su verdadero lugar de origen provoca qu...
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—Ahora todos ya están organizados—avisó la peliblanca, jugando con la varita dorada que sostenía en sus manos.
—Aquí ya todo fluirá correctamente—informó la otra chica a su lado. Su mirada multicolor recorría cada rincón a su alrededor.
—Lo hice bien, ¿verdad?
—¿La sentencia?
—Sí.
—Lo hiciste excelente, Serleny. Estás capacitada para eso y muchas cosas más.
—Lo sé pero... Temía no hacerlo bien.
—Olvida eso. Ya está hecho.
—¿Cuánto tiempo más nos quedaremos?
—El necesario.
—¿Debo llamar a Lia? Le dije que le informaría cuándo regresaríamos. Creo que aunque no lo acepte... Nos extraña.
—Tienes razón. Ella aparenta ser totalmente ruda, pero no del todo.
—Llora cuando vemos cosas tiernas juntas.
—Si estuviera presente y dijeras eso, lo negaría.
—Raro sería que no lo hiciera.
Ambas chicas se rieron de algo que solo ellas entendían. La peliblanca admiró el delgado objeto que sostenía y lo usó para sujetarse el largo cabello blanco.
—Erika Dark jamás saldrá de donde está, ¿verdad? No hay manera de que escape.
—Correcto. Fue encerrada de por vida en la prisión que creó Senix, más el refuerzo sellador que tú agregaste y el lugar donde fue puesta... Ningún ser podría escapar de eso.
—Fueron benevolentes con ella. Si hubieran decidido la peor sentencia sería la muerte.
—Si eso resultaba entonces los padres de Senix y sus abuelos ausentes que cedieron el trono también tendrían la misma sentencia.
—¿Por guiar las antiguas masacres?—preguntó la niña de ojos verdes.
—Por eso y otros pecados que se les atribuyen.
—Comprendo. Pero hoy ellos ni siquiera estuvieron presentes. Eso ya dice mucho de su falta de responsabilidad.
—Cierto, Serleny. Pero si hubieran estado solo molestarían.
—Yo me hacía una perfecta imagen tuya en donde le pateabas el trasero a Arthur Fire.
—Para hacer eso tú hubieras sido la adecuada. Con tu varita era pan comido—pareció que recordó algo y la miró con seriedad—. ¿Sabes? Si tan solo hubieses llevado tu arma contigo no habrías resultado herida en la batalla.
