Capítulo 25: Horizonte infinito

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Senix

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Senix

Sentía que caía tan suavemente que me extrañé el solo hecho de sentir el ambiente oscuro y placentero. Mi cuerpo se sentía ligero y sin dolor alguno, no estaba atada, y no se veía nada más que el horizonte negro con la diminuta luz blanca al final de la eterna caída.

Estaba cayendo, y el aire que chocaba contra mi rostro era tan frío como el tacto de alguien muerto.

Luego la sensación de sentir el suelo acercarse bajo mis pies y de la nada los gritos desgarrados y aterrados de la voz de Monik quién estaba alejada y a mi derecha, cayendo infinitamente por este oscuro horizonte. ¡Luz! Eso era... encendí mis manos en una cegadora luz blanquecina que iluminó el lugar paralelo y extraño en el cual estábamos cayendo.

Monik chillaba y pataleaba sin remedio alguno, su vestido corto y brillante despedía luces con la luz que brotaban de mis manos.

—¡¡Cálmate!!— grité, tratando de que me escuchara, pero era tanto su terror hacia la nada y luego hacia mi al verme que fue imposible lograr que se calmara y cerrara el pico exageradamente pintado.

—¡¿Cómo quieres que me calme?! ¡¡Estamos cayendo!!

Lo peor de todo esto no era haber sido tragada por la asquerosa sombra aquella, ni estar cayendo infinitamente en medio de la nada. Lo peor de todo era que de entre todas las personas o Fénix que podían estar aquí ahora mismo había sido Monik la suertuda de acompañarme en este viaje sin retorno.

¡¿Porque a mi, eh universo?!

La suerte no estaba de mi lado esta vez y lo sabía, ¿Más problemas? Eso estaba tachado como; nada difícil de conseguir si estas con Senix Fire.

Ahora la pregunta era: ¿Qué fin tendría esta caída infinita?

Posible respuesta: O nos hacíamos pedazos al caer donde sea que vayamos a caer al no desarrollar aún algún poder de volar o, mágicamente lograba hacer mi trasformación completa de Fénix y salir de donde sea que sea esto.

Posible problema: Tener una Monik insultándome y gritando a todo pulmón cuanto me odiaba.

―¡¿Quieres dejarme pensar como salir de esta?!―le grité, tan alto que sentí mis cuerdas vocales arder.

―¡Uy sí!―de su blanco rostro una expresión de terror deformada sus facciones―¡¿Y que harás eh, sacarnos volando de aquí?!

―¡Es exactamente lo que trato de planear!

―¡Estás loca!

No serviría de nada discutir con una persona que claramente me odiaba y en medio de un paisaje paralelo completamente fuera de la realidad, así que ignoré sus insultos y me concentré en lograr encontrar una salida... quizás si la había, solo que si pensabas que caerías eternamente consumida por la oscuridad era tu perdición, estabas equivocada, existía una salida... abajo, la luz, Sigue la luz, esa vocecilla retumbó en mis pensamientos; seguir a la luz... quizás la salida no era arriba...quizás era adentrarme más en lo que suponía el punto blanco y luminoso que no dábamos señal al cual acercarnos.

La Princesa Fénix |Aeternis #1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora