Capítulo 53: Reflexión

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Capítulo dedicado a: leirerubara Muchas gracias por todo tu apoyo. <3
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Senix Fire

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Se sentía bien volver a estar viva

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Se sentía bien volver a estar viva.

En serio, todo esto de morir fue algo alucinante.

Pero no deseaba volver a experimentar esa sensación de neutralidad tan profunda. Fue horrible.

Pero lo que pasó tenía de pasar, estaba destinado. Suena ilógico pero así era.

Aunque no debería quejarme por todo lo que pasó después que morí. Porque como le había dicho a Leo hace poco: «Lo había visto todo»

Quizás debí referirme de una forma distinta y decir que "Los había visto a todos"

No puedo explicar eso justo ahora, mis pensamientos están totalmente revueltos después de todo lo que pasó, ¿quién no estaría confundido?. Pero sabía que debía explicar todo a Leo y a mis amigos. Ellos merecían saber y comprender lo que yo había vivido en ese corto lapso de tiempo en donde mi vida había abandonado a mi cuerpo. Además, no podía guardarme nada con ellos. Y como la habladora empedernida que era tampoco podría mantenerme con la boca cerrada por mucho tiempo.

Sonreí para mis adentros y traté de centrar mis pensamientos y mi mente en lo que pasaba a nuestro alrededor.

Leo, muy cerca de mí, me veía con tal profundidad y ternura que desee abrazarlo y besarlo en ese instante. Pero no era el momento.

Debía controlarme.

Sabía que le había hecho pasar un mal rato a él y a todos mis amigos. Podía percibir aún en sus auras la angustia disminuyendo poco a poco. Esa era una culpa con la que siempre iba a cargar; la de preocuparlos enormemente la mayoría del tiempo.

No podía evitarlo, la mala suerte me rodeaba y las situaciones peligrosas eran parte de mí. Pero no crean que me gusta ver cómo mis chicos sufren por mí, claro que no. Desde hoy en adelante trataré de ser menos impulsiva y más centrada. Tenía que hacerlo. Por ellos.

Además, yo quería protegerlos y mantenerlos a salvo a todos, no ver cómo sufrían por mis acciones insensatas. Eso sí que no.

Aunque a decir verdad lo que sucedió no fue todo mi culpa. Debía darle crédito a Erika Dark por lo sucedido, y no vanagloriarme yo misma por mi torpeza y descuido.

Respiré hondo y exhalé el aire contenido.

Tenía que repetir esto: Cuán bien se siente estar viva.

*
*
*

Presté atención a lo que había acontecido y las consecuencias devastadoras que habían quedado.

Todo a nuestro alrededor era un caos total. Guerreros Oscuros inundaban el suelo rocoso, algunos yacían desparramados y con expresiones amargas en sus pálidos rostros. Sabía que no estaban muertos y eso me aliviaba. Mi amigos y mi ejército habían ideado una estrategia eficaz para dejarlos inconscientes. Eso era peligroso porque en cambio los Fénix Oscuros corrompidos por la reina peleaban hasta la muerte. Ellos no perdonaban. Nunca. Estaban acostumbrados a dañar, a la sangre, a matar. Era parte de ellos ser los predecesores del sufrimiento de sus enemigos.

Pero no todos los Oscuros que habían venido con Erika Dark estaban a su disposición y tampoco eran totalmente malos, habían muchos que no quisieron seguir combatiendo y soltaron sus armas en son de paz. Esos Oscuros querían redimirse, como Ryan, Dalya y Leyton, y yo estaría allí para ellos, ayudándolos.

Porque eso era lo correcto.

Además, mi equipo combinado de Fénix de ambos mundos y humanos eran más que mis amigos ahora. Eran mi familia. La real.

Sonreí para mis adentros y repasé la estrategia usada con los Oscuros inconscientes. Me afectada saber que como todo plan este no había tenido un éxito adsoluto. Muy dentro de mí, en el centro de mi pecho podía sentir cómo una sensación de vacío acrecentaba cada vez más. ¿Qué se suponía que era?

Simple: sentía la ausencia vital de varios Fénix de Luz.

Ellos se habían arriesgado y esa era la indescutible consecuencia.

Una terrible. La peor.

Me sentía devastada por esas perdidas. Eran mis guerreros, mis Fénix, mi gente. Ojalá Universo pudiera hacer algo para guiar sus almas a un mejor lugar o, quizás, a un renacer glorioso en un futuro.

Deseaba con fuerzas que algo así sucediera.

Universo, mi salvadora y mi nueva amiga-guía ya no hablaba de forma incógnita en mi cabeza, eso ya no era necesario porque la había conocido en persona y me había desvelado grandes secretos que bien podrían cambiar el curso de la historia de algunos seres. Pero eran secretos. Secretos que no me pertenecían y debía respetar y guardar.

Pero lo que se enlazaba con mi muerte estaba totalmente permitido de divulgar, eso había dicho Verso.

Se preguntaran que porqué Universo se me hace tan importante ahora, bien, les diré: ella me salvo. Y eso es pedir mucho.

Cuando alguien te salva la vida quedas en deuda con esa persona.

Eso es innegable.

En ese preciso momento sabes que quien ha hecho semejante hazaña se merece toda tu confianza y, porqué no, tu devoción.

Y Verso se merecía toda mi confianza ahora.

Porque esa chica que aparentaba ser una adolescente ruda, sabia y altanera bajo su sonrisa dulce y a la vez maliciosa era todo menos normal. Ella era muchísimo más que un simple ser místico, era la personificación de algo mucho más poderoso.

Y esa chica, Universo, estaba con nosotros, apoyándonos y dándonos su atención y protección incondicional a pesar de no estar obligaba a hacerlo. Esa era Verso, la de profundos ojos multicolor que veía esperanza y orden en lo que se divisaba perdido y desastroso.

La esencia de ella permanecería aún en todos nosotros por mucho, mucho tiempo.

La Princesa Fénix |Aeternis #1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora