Con su mano entrelazada con la de él, escaparon de la fiesta trotando, casi corriendo, avanzando por el pasillo hasta encontrar escaleras y llegar al piso mas alto de la torre de astronomía, que para su placer, estaba vacío.
—Zach debe estar preguntándose a donde fui— menciono, riéndose.
Draco se rió algo también, falsamente. Se veía tan linda en el vestido que él eligió y le obsequió, sus rostro algo rosáceo por subir escaleras, pelos rebeldes escapando de su moño y enrrollandóse aquí y allá.
—Sostenme— agarro su mano con mas fuerza y él respondió, observando sus movimientos ensimismado.
Ella se acercó a uno de los balcones y comenzó a intentar subirse. Asustado agarro su mano con mas fuerza y la otra la sostuvo por la cintura.
—No creo que puedas subirte con el armado de la falda puesta— murmuro algo más, no supo si un accio, o algún tipo de invocación, solo supo que le ofreció un maletín.
Ella se dio vuelta, y la idea de inclinarla hacia adelante y tomarla pasó por su mente por una fracción de segundo.
Forcejeó entre el corset hacia arriba y la falda hacia abajo para poder acceder al broche de la siguiente capa, el armazón.
Luego se alejo y bajo un poco las escaleras, suficiente para darle algo de privacidad mientras se quitaba la primera capa de la falda. Su vestido continuaba siendo espumoso, pero en vez de caer inflado ahora caía como una cascada a sus pies. Podría tropezarse.
—Estoy lista.
Draco volvió con el maletín abierto en sus manos y con su varita rápidamente ordeno y doblo la parte de su falda ahí dentro.
—Ahora si—mencionó, mientras la sostenía y ella se acomodaba sentada en el alfeizar de piedra del balcón, sus piernas colgando hacia el infinito.
Draco se sentó medio de lado, su espalda apoyada contra el borde, también de piedra. Sabía las constelaciones, o muchas de ellas, se las había mostrado su madre cuando era chico y nunca las olvido.
—Hay una constelación con mi nombre. Draco en latín, el dragón en español— se asomó un poco mas, buscándola. Le tomo un rato. Cuando la encontró acerco su rostro al de ella para poder señalarsela mejor— . 211 estrellas y solo una se ve bien, Etamin, la mas brillante de la constelación. No creo que Zach tenga ninguna estrella.
—Creo que yo tampoco.
—Tu eres una estrella— cerro sus ojos con fuerza y se rió, una carcajada real, lo había dicho para molestarla, tan empalagoso y cliché, se río por lo estúpido y lo vergonzoso. Luego negó con la cabeza, una sonrisa aún en su rostro.
—¡Que malo! Lo dijiste con ironía— lo empujo levemente, pero fue suficiente para desequilibrarla. Draco tomo su mano y cintura una vez más.
—Cuidado— el susto había robado su sonrisa.
Soltando su cintura pero tomando aún su mano se subió al alféizar también, sentándose a horcajadas, una pierna adentro y otra colgando hacia afuera, aún apoyando su espalda contra la muralla.
—Zach es buena persona, ¿pasó algo entre ustedes que te hizo enojar tanto?— pregunto Eliza repentinamente, sin mirarle.
—Zach es un mal parido. Ni siquiera sabía de su existencia hasta que tu lo mencionaste, pero si, me pareció un personaje detestable, si eso es lo que quieres saber.
Hubo un minuto de silencio— . ¡Espera, ¿estas celoso?!— lo miró sorprendida.
—No.
Su negación fue automática y convincente, pero el modo en que ella sonrió le hizo saber que no le creía, que había preguntado casi retoricamente y que solo buscaba confirmación al hacerlo.
Eliza se acomodo, reflejando su posición, cruzando una pierna y sentandose a horcajadas frente a él, apoyada en la pared del otro extremo. Lejos.
Lo miraba. Estaba mordiendo su labio, eso automáticamente detuvo la mirada Draco por unos segundos, luego desvió la mirada hacia él lado.
Casi en trance se inclino hacia adelante para quitar un mechón de pelo platinado de su rostro. Él se sobresaltó, asustado por el repentino tacto, y por instinto de defensa tomo la muñeca de la mano "atacante" con fuerza, más de la que quería. Aflojo rápidamente.
—Estas temblando, tienes frio. Ven acá— su mano aferrada a su muñeca y la otra apoyada en su cintura la ayudaron a acercarse. Frio, gran excusa para acercarla sin parecer desesperado por tenerla cerca. La acerco demasiado, probablemente a propósito y a la vez sin querer, hasta que estaba prácticamente encima suyo, sus piernas por sobre las de él, su saco ahora en los hombros de ella.
—Hey— murmuro Eliza, suave, casi sobre sus labios.
—Hey— su voz salió tosca y mas grave de lo usual.
Ella se mordió el labio. Supo que quería que la besara, supo que ella estaba esperando que la besara. Besarle era difícil, porque debía mantener en mente que tenía que hacerlo tranquilo y suavemente. Acerco su boca a la de ella, moviéndose lentamente, disfrutando la suavidad y el sabor a fresas en los labios de ella.
Ella sintió sus propios labios secos y automáticamente los recorrió con su lengua, como olvidando por un segundo la boca de Draco contra la suya. Oh, y él lo sintió. Eso solo quebró parte de su control y la beso con mas fuerza, ambas manos en su cintura, acercandola hacia sí mismo. La respiración de ella comenzó a entrecortarse cuando, casi instintivamente la pelvis de Draco hizo el indicio de un movimoiento hacia la suya.
Sintió que estaba yendo demasiado lejos, quiso parar, pero el cambio en la respiración de ella produjo que una vez relajada su pelvis la subiera abruptamente, manteniéndose presionada contra ella.
Ella pego un respingo, al cual se sincronizo la bajada y subida de su cuerpo contra el de ella. Eran movimientos de realmente corta magnitud, pero si ella los sentía, él lo sentía cien veces más.
La siguiente vez que subió contra Eliza sintió su erección acomodarse en entre sus piernas.
—Draco— gimió.
Entró en frenesí, ese gemido acabo con gran parte de su control, subió su cadera al encuentro de la de ella más rápido y fuerte, y a pesar de la ropa, sentía su intimidad, la de ella, como pulsaciones. Bajo y subió de nuevo, la fricción matándolo.
El placer como su única guía, metió su lengua a la boca de ella, queriendo recorrerla completa y absolutamente.
Ella se separó un poco cuando gimió su nombre de nuevo.
Draco casi metió su mano bajo la falda de ella, deseando tocarla. Estaba como hipnotizado, la culpa acechaba su conciencia y el placer su control. Pensaba en detenerse pero no parecía poder hacerlo.
Los labios de Eliza se separaron de los suyos y gimió en su oído suavemente, sin la mas mimima idea de el escalofrío que eso produjo en su cuerpo.
Ella se aparto un segundo, necesitando aire, los ojos de él oscurecidos por lujuria al mirarla—. No soy una puta como todos dicen.
—Lo se— respondió automaticamente—. Perdón, ¿me pase? ¿Te hice daño?—movió sus manos, dejando de tocarla casi por completo, aterrado por su perdida de control— lo siento tanto, soy un imbécil, no debí llegar tan le- disculpa, me tengo que ir.
El miedo y pronto confusión se apoderó del rostro de Eliza cuando Draco Malfoy decidió que era mejor idea tirarse de la torre (y gracias a Merlin montar su escoba, que supuso debió haber llamado sin escucharle) antes que tener que enfrentarla un segundo más y bajar por las escaleras.
N/A:
Espero que nadie se haya incomodado por este capitulo mas explícito, me parece que es importante desarrollarlo y no solo implicarlo en este fanfic porque trata mucho del deseo y culpa.
Bonus Draco escapando de la situación de la manera mas imbécil posible, legit prefirió tirarse de un edificio antes que enfrentar sus problemas.
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Flores para ti [Draco Malfoy's fanfic]
FanfictionEra tan buena y tan inocente, y Draco no podía evitar sentir que solo podía traerle mal. Detestaba desde lo más profundo de su ser, y a la vez anhelaba con todas su ganas, ser aquel que por primera vez la corrompiera.