Esa noche había fiesta de las cuatro casas. Eliza quería ir, así que Draco iría con ella. Incluso bailo, bastante tiesamente, por ella, mas preocupado, sin embargo, de mirar feo a quienquiera que posara sus ojos lascivos sobre el cuerpo de su novia.
Cuando estaba siguiéndola al balcón, para descansar y tomar aire fresco, ella se detuvo repentinamente. Siguiendo su mirada se dio cuenta de que estaba fija en Pansy, que alternaba entre mirarla a ella y mirar con molestia y envidia a Draco.
—Eliza—murmuro en su oído, agachandose un poco para hacerlo y sin soltar su mano. Eliza ya podía escuchar como le diría que se olvidara de Pansy, que no traía nada bueno—. Si quieres ir a hablar con ella, ve— el tono de Draco era bastante neutral, no mostraba cinismo, alegría, seriedad, molestia ni agrado. Eliza se giro a verlo bruscamente, algo sorprendida y extrañada por sus palabras—. No confío en ella, voy a estar cerca, pero no voy a pedirte que elijas entre nosotros— porque me asusta la posibilidad de que la elijas a ella—, si quieres hablarle hazlo—tampoco sonreía al decirlo, evidentemente no estaba feliz al respecto, pero sus palabras le comunicaban que podía hacerlo si quería.
Eliza se quedo en silencio un tiempo, mirándola a ella, luego a él, y por último se fijo en su mano sosteniendo la propia. Paso tal vez un minuto, quizás incluso más, en silencio.
—No. Draco, yo ya te elegí a ti.
El modo en que Eliza lo miro, con total seriedad y determinación, lo hizo perder la respiración por unos segundos. Saber que ella lo eligió a él, aunque no se lo hubiera pedido, sacaba un peso de sus hombros y tranquilizaba un poco su inseguridad y miedo de perderla. Además, el modo en que lo miraba, directamente y con tanta fuerza era... atractivo.
Eres mía, realmente eres mía.
Tomo una respiración profunda, intentando evitar pensar en sexo y en lo atractiva que era, en lo bien que se veía usando ese vestido corto, el sabor a fresa usual del labial que usaba, su cintura hecha para ser rodeada por sus brazos, sus muslos como hechos para ser agarrados por sus manos, sus piernas hechas para enrosacarse alrededor de su cadera, manteniendólo cerca y en lugar contra ella.
—No sabes como te quiero— lo dijo casi sin pensarlo en su oído.
—Draco, no es posible que me quieras mas que yo a ti.
La sonrisa de Eliza fue dulce por un momento, luego se perdió cuando él se encontro besándola, intentando ser suave y solo lograndolo hasta cierta medida. No le gustaba estar tan expuesto, así que se separó, guiandola a uno de los extremos más ocultos del vacío balcón rápidamente.
El segundo en que estuvieron lejos de la gente los labios de él volvieron una vez mas sobre los suyos. Los brazos de Eliza se envolvieron alrededor del cuello de él, acercándose aún mas, sus cuerpos pegados, Draco sosteniéndola firmemente, él siendo lo único que evitaba que perdiera el equilibrio o que sus rodillas cedieran bajo ella.
De un segundo a otro la situación dio un vuelco en sus hormonas ya suficientemente alteradas cuando ella abrió su boca, permitiendo la entrada de su lengua, acertando, de otro modo mas, dominación. Él recorría su boca, él la mantenía en su lugar, él estaba, como usualmente, controlando la situación con ella y a la vez peleando por mantener control sobre sí mismo.
Pero el momento en que los labios de ella le permitieron entrar el beso, inevitablemente, se intensificó. Por si no estaba suficientemente excitado, la respiración de ella algo agitada nublaba su consciencia y concentraba lo que se sentía como toda su sangre en un solo lugar.
Avanzó contra ella hasta que la espalda de Eliza estaba contra la baranda. Las manos de Draco se colaron bajo sus muslos para levantarla y sentarla en el borde, suficientemente grueso para ella. Casi extrañó las grandes manos de él en sus muslos cuando las movió una vez mas a su cintura.
El espanto lleno su mente y lo colapsó cuando ella rodeo su cadera con sus piernas, aferrándose y acercandolo aún mas a si misma. Quedándose así, en esa posición, no había modo de que ella no percibiera su erección, y le espantaba la idea de que ella lo creyera un depravado. Inmediatamente se sintió asqueroso, como un abusador y un cerdo.
—Vamos a por algo para beber—sin esperar la respuesta de Eliza la bajo del borde, dirigiéndose con ella hacia la barra.
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Flores para ti [Draco Malfoy's fanfic]
FanfictionEra tan buena y tan inocente, y Draco no podía evitar sentir que solo podía traerle mal. Detestaba desde lo más profundo de su ser, y a la vez anhelaba con todas su ganas, ser aquel que por primera vez la corrompiera.