SOMOS?

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                              GIO

     No. Simplemente no me puede estar pasando esto a mi ¿Qué me destruyan mi apartamento? ok ¿ que me busquen para dios sabe que hacer conmigo? tolerable, esta vida ya me tiene enojada, eso no me va a sorprender ¿Pero aguantar a mi hermano mayor enojado? para nada, mi paciencia tenia un limite. Solo había intentado mantenerlo fuera de esto y así se iba a mantener.

- Giovanna ¿ Esos tipos buscan droga?¿ Le debes a alguien?

- De la peor, debo millones.

No estaba de humor, había perdido lo poco que me quedaba y perderlo a él no era una opción, aunque perderlo de vista no seria tan mala idea. Entornó los ojos y soltó un bufido.

- Eres una pesadilla.

- Lo soy.

- Listo, te mudas conmigo.

Mis ojos se abrieron de golpe y mi cuerpo había quedado en estado de shock, siempre había querido mudarme con mi hermano, luego que se fue de la casa era lo que mas deseaba, pero no podía hacerle eso.

- Cállate, no lo necesito - En cada palabra se me partía un poco el corazón.

- No fue una pregunta.

- Puedo cuidarme sola.

- ¡Se nota que si! vamos fueguito ¿ Cual será el siguiente paso de tu responsable independencia?¿La cárcel?

- ¿ La cárcel? no me subestimes .

- Eres una niña, vas a vivir en mi departamento, no hay otra opción ¿Dónde vas a vivir?¿ Debajo de un puente? ¡ Giovanna destrozaron tu casa!¿ que piensas que te harán a ti?

- Ya se que no me queda nada, solo no me obligues a perderte ¡te pueden hacer daño carajo!

No me di cuenta que estaba al borde del llano cuando dije esas ultimas palabras, no podía permitírmelo, no quería, tenia un nudo en mi garganta, ya nada importaría, yo era su hermanita, lo necesitaba.

Sus ojos me miraron seriamente, clavándose en mi, el sabia que me incomodaba que me miraran así, aun mas cuando tenia este sentimiento.

-¿Qué quieren de ti?

- No lo sé.- musité

- ¿Qué quieren de ti?

-¡Que no lo se carajo!- Esta situación me estaba desesperando. Lo había logrado hasta ahora, lo había logrado mantener lejos de toda esta mierda. Claro que el sabia que yo  tenia problemas, pero ahora seguramente fueran tras el, ya habían descubierto mi casa, dudaba que el no fuera el siguiente blanco.- Hay que mantenerte a salvo.

 el viento se arremolinó afuera de forma violenta, pequeñas gotas golpeando contra la ventana del apartamento. La cara de Maxi transmuto de sorpresa a un intento fingido de calma.

- Ey, fueguito, calma.- Me dijo tocándome suavemente el cabello.

- ¿Qué no ibas a dejar de llamarme fueguito?- Dije respirando profundamente.

-  Mentí.- Dijo mientas se alzaba de hombros.- Ok, ¿Si no quieres ir a mi apartamento, a donde quieres ir? Al menos vayamos esta noche y mañana resolvemos este asunto

- Créeme, no tenemos ese tiempo- Mire hacia la puerta ¿ No te dijeron que era de mala educación espiar conversaciones ajenas?

- Cazzo- Dijo en un susurro, luego se irguió- No estaba espiando, me estaba uniendo silenciosamente- dijo Luna.- Pueden quedarse aquí esta noche.

-¡ Claro, traigamos cerveza, palomitas y sale pijamada!- Dije sarcásticamente, quizá ella solo era amable, pero no nos podía arriesgar así. Y estaba eso en su mirada, esa cosa me inquietaba.

- Mira niña, me gusta tu sarcasmo pero te lo ofrezco de corazón, si quieres tómalo, sino lárgate.- dijo recostándose en el marco de la puerta con una media sonrisa.

- Si Sol esta de acuerdo nos quedamos.- Dijo mi Hermano a mi lado. Traidor. Le iba a obsequiar una mirada de rencor bien merecida pero dijo - No Giovanna, no me mires con esos ojos ,sabes que lo necesitamos, no seas orgullosa.

- Si papá- dije entornando los ojos al levantarme, parecería un comentario inmaduro, en realidad si lo fue. Desde que el viejo se fue Maxi parece haberse bebido un juguito de paternidad, y a veces realmente es molesto. Nos llevamos poca diferencia pero es bastante obvio quien es el mayor. - ¿Podría pasar al baño?

- Si, a la derecha.- dijo Luna- fueguito?

- Nop, definitivamente no me vas a llamar así- dije ocultando una sonrisa. La chica no parecía mala del todo, solo sumamente estresante.

  Me refresqué la cara y me mire al espejo, mi reflejo me miraba con curiosidad, esa curiosidad no reflejaba lo que en realidad mi cara hacía. El pánico fue creciendo poco a poco, otra vez no, carajo. Agache la cabeza aun mas cerca del lavabo y comencé a mojar mi cara con abundante agua, esto no pasaba hace muchos años ¿Que estaba mal conmigo? 

Todo. 

Esa era la respuesta, todo estaba de mal conmigo.

Levante los ojos temerosamente para verme a mi al reflejo, a mi en mi totalidad. Me movía y el espejo respondía como tal, como debía ser. Esta situación no estaba mejorando.


Raíces ensangrentadas, una historia de Sol y LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora