solo nosotros

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 Luna

corrimos ignorando lo que ese sonido significaba, para los hermanos siendo casi ignorantes de este mundo sería mas fácil solo confundirlo con extraño ruido de la ciudad. Sol y yo nos mantuvimos la mirada

<< Sol, il re è morto>>

<< chè torne per la luce>> 

"que vuelva por la luz" cuando algo moría, siempre se esperaba que volviera por el lado de la luz, que se fuer con ella, que estuviera a salvo.

 No teníamos donde estar y los hoteles ya no eran seguros, no cuando nos habían emboscado. Debíamos sin duda esperar hasta que llegaran, la opción de esconderse no estaba disponible.

 Reí cuando los hermanos se quedaron sin aire. Ellos me creían loca, que en porcentaje era correcto, nadie sale cuerdo de la tortura a la que fui sometida sin embargo hay sonrisas de frustración, de enojo, de pánico, esta risa es un "ustedes están cansados cuando yo literalmente estoy pálida y debilitada" con mezcla de pánico, Sol lo había notado, mas de dos años era una locura no de las divertidas. Somos guardianas, nuestro nivel de energía no esta hecho para el nivel de este planeta, el se estaba fundiendo a nosotras.

  Gio estaba enrojecida de correr y llorar, estaba repleta de cortes y tenía las manos repletas de sangre, al menos se había cargado a unos cuantos.

 Maxi estaba con su cabello enmarañado y con una herida bastante preocupante en la pierna. El bibliotecario había sorprendido con su valentía, lo había hecho bien, ellos estaban sanos y eran lo que importaba, ellos debían llegar al final, era mi tarea principalmente que eso pasara.

 Mis piernas temblaban y me sentía mas fría que siempre, eso también era un problema, sentía.

- Los esperaremos en este callejón y atacaremos, no podemos escondernos.

- Luna y yo nos encargaremos- Lo de Sol fue una orden, pero se olvidaba de los caracteres con los que lideábamos

- Al diablo, nosotros pelearemos.- dijo Maxi mientras fueguito le envolvía la pierna con un pedazo de camisa.

- No me importa, mejor no dejar que se acerquen.- dije apoyándome "casualmente" en el muro, mi recipiente necesitaba recuperar fuerzas para lo que se venía.

- Cállate Luna, nosotros somos capaces.- Gio lo escupió, me había olvidado lo temperamental que era en situaciones de riesgo. Voltee mis ojos- Además mírate, te he visto hacer cosas más impresionantes sin terminar en ese estado.

-¿Perdón? No seas estúpida.

- niégalo.- dijo ella enojada pero con un dejo de preocupación.

- Pelearemos y punto.- dijo Maxi y con Sol bastó una mirada. Me alce de hombros.

- Si es lo que quieres.- Sol lo dijo tan casual. 

 La taciturna noche nos arremolinaba con el viento no solo el cabello sino los pensamientos, la piel erizada no solo del frio sino por la ansiedad causada por el que vendrá.

Ni bullicio ni susurro se escuchaba cuando estábamos en la espera de nuestros enemigos. Sin duda reiría al ver su sangre correr. El silencio sepulcral y la falta de luz de ese callejón se asemejaría a la fría y húmeda tierra a la cual volverían luego de este enfrentamiento.

Resentimiento y presentimiento

 Siempre me comparé con el lobo, había pasado varias temporadas en la tierra con ellos, disfrutando de su forma de vida y podía asegurar que mi sed de sangre se podía comparar al igual que mi inteligencia, comparar claro con un habitante de la tierra

3...

2...

1...

 Respiré hondo, ahora sabía que varias ventajas que mi hermana y yo poseíamos ahora la pelirroja amante también la sentía, lo noté por la forma que desenvainó su espada.

 Sabia que Sol no guardaba rencores, que no disfrutaba matar aunque nosotros sabíamos que no les pasaría nada mas que un cambio de etapa, a ella le dolía el dolor ajeno, al menos la mayoría de las veces. Pero habían matado al rey, debían saber que no dejaríamos que nada les pasara, así que habría una larga lista para la morgue, nosotras no tomamos rehenes, no nos importa.

  Tiré a Gio y a Maxi para atrás contra la pared, inmovilizados. No me fue difícil ignorar sus gritos, solo les di una sonrisa antes de atacar a nuestros enemigos, sería mas fácil sin ellos hasta que aprendan a utilizar bien sus defensas. Estaba gastando el doble de energía pero podría un tiempo más con ello. 

 ¿Se han preguntado cuanto poder tiene la Luna sobre la vida en la tierra? mi mirada se ensombreció cuando estiré ambas manos. Sol se había encargado de subir la temperatura lo suficiente para marear algunos, entrar en mentes de otros y calentar el pavimento. Ya la mitad no podía seguir, era inteligente de su parte no usar todo su poder sino que limitarse a la mitad, no podía acabar con todos ahora de forma brusca, eso a futuro sería perjudicial. Una carcajada de mi salió estrepitosa cuando algunos se quedaban sin aire, otros se aplastaban contra el suelo y los pocos que quedaban veían como una fuerte melancolía se apoderaba de ellos o sentían como sus órganos internos empezaban a fallar. La salvación puede matar, tanto equilibrio como buscábamos puede venir de formas sádicas ¿Cuánto les dolería darse cuenta de su casi insignificante valía? Les sangraban los ojos, se morían ahogados, suicidios y en el mas amable de los casos solo se desmayaban. No quería pensar en el horror que estaban pasando los hermanos, le pedí a Sol de un grito que los cegara, ya habían visto lo que debían, lo que quizá harían si la situación se volvía a repetir, soy un monstruo, nunca lo oculte ¿Cómo podría ser lo contrario al haber estado tan enamorada y admirada por uno peor que yo? La tierra en cimientos de oscuridad y caos fue construida y así avanza y se consume ¿y yo? La custodio y la cuido.

    El silencio fue sepulcral cuando los treinta hombres de traje habían sido vencidos uno por uno en este callejón ¿Cómo en una ciudad esto no se vería? simple, se veía claramente. Pero si se podían haber encargado con Octavio podían encargarse de esto.

- No,- determinó Sol- nos encargaremos nosotros.- Se elevó con el cansancio que se esforzaba en disimular sobre ella, y con un resplandor sabía que lo había hecho. tanto como cuando caímos de rodillas y nos miramos con ojos exhaustos. Los hermanos corrieron hacia nosotros. El viento, el frío y la soledad habían vuelto, con la diferencia que nos acompañaba la muerte en este callejón invisible para el resto de humanos.

 Y aunque la reacción inmediata de los hermanos fue correr se detuvieron a unos pasos.

 - Están todos muertos.- dijo Maxi mirando el desastre de cuerpos inertes.

- Lo estaríamos nosotros.- Le aclaré en un patético intento de una voz sana.

- Asesinas - declaró Giovanna horrorizada.

- Para nosotras ese concepto o está bien aplicado,- le explico sol con calma voz.- pero en todo caso, ya lo sabías.

- Estamos en guerra- dije- tendrás suerte si no te conviertes en una.

algo de la inocencia de la mirada de Maxi, esa absolución de maldad que Sol tanto cuidaba, se habia roto para siempre

Nos levantamos como pudimos manteniendo la fortaleza que deseábamos tener.





Raíces ensangrentadas, una historia de Sol y LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora