EL ARCO Y YO

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        Maxi

   Salí de mi escondite cuando Escuché los pasos de Leonel alejarse. Me di vuelta para regresar por donde había venido, no iría a la biblioteca, necesitaba aire fresco, exterior al castillo.  Un metro alcancé a recorrer cuando una voz potente me erizó la piel

- Hey! humano- Mesra fue lo más amigable que pudo

- Ho-hola-  tartamudee - ¿Qué haces por aquí? no creí que te gustará leer- improvisé

Ella miró por unos instantes hacia abajo y sacó alguna pelusa de sus plumas.

- Me gusta, bastante, pero prefiero entrenar... de todas formas no estaba en la biblioteca ¿ Hace cuanto estas aqui?

Tragué duro.

- Acabo de salir de la biblioteca, por eso me había parecido extraño no verte- me rasqué el cuello para que mi silueta no pareciera tensa

- mjm ¿A donde vas?

- Al campo de entrenamiento- mentí, no sabía ni agarrar correctamente un arma

- Yo también, te acompaño.- dijo con media sonrisa y empezó a caminar a mi lado

                                                           *                *                *

- Que intentas hacer?- la mano de Mesra, larguirucha y con las puntas oscuras ocultaba su cara de frustración.

- Por si no sabías, no es común para humanos usar espadas- dije entornando los ojos- pesan y me lastiman la muñeca, mucha fuerza bruta.- Al principio las cosas no me salían por extremo nerviosismo, ahora simplemente porque no podía.

- Lo noté, hace una hora que no le haces ni un tajo al muñeco de paja.- De la nada, su cara de frustración quedó iluminada.- Espérame.

 se fue volando hacia un establo que flotaba a unos cuantos metros detras de nosotros

Serle fiel al rey

Esa frase se repetía como un mantra en mi cabeza, mas secretos, más misterios, aún no terminaba de comprender ninguno y venían más y más. El dolor de cabeza empezaba a volver.

Claramente corría peligro, más aún ¿Pero Mesra era ese peligro? para nada parece inocente o indefensa, al menos no como sol y Luna, que a simple vista no identificas su poder, pero definitivamente no parecía querer el mal. Pero aprendí que en este mundo de apariencias, pocas son reales.

 La veía aproximarse con un objeto colgado en su espalda. La gracilidad de estos seres no dejaba de sorprenderme, su rostro anguloso era imponente pero sutil, y sus ojos negros te absorbían la mirada

- Humano- dijo ella con voz firme, sacudiendo sus alas para que algunas se empequeñecieran, volviendo así sus movimientos mas prácticos- ya que la espada y el hacha se te dificulta ( gracias a las guardianas que el hacha un poco menos, sino serías hombre muerto)- con un Ágil movimiento se quito lo que llevaba enganchado en su espalda, un arco y flecha con su respectivo porta flechas. Quede idiotizado por la belleza del objeto, era blanco con detalles en forma de enredadera tallado a su largo, sus flechas con el extremo verde, discretas y letales. Siempre había sentido rechazo por las armas ¿Pero esto? esto era arte- Límpiate la baba, ahora probaremos con esto, sino, bueno, deberás rezar mucho.

La tomé con la delicadeza de quien toma un animalito herido, era liviana, cómoda al porte, se sentía como si fuera parte de un sílfide, sin embargo por lo que tenía atendido se caracterizaban por las malditas espadas.

 Me subí a la plataforma que me dirigía hacía el lugar de entrenamiento con arco, por suerte estaba vacío, no quería fracasar enfrente a otra criatura.

 Me paré en frente de l plataforma con el instrumento en la mano

-Mantente recto, brazos firmes...- me explicó como utilizar el arma correctamente, y cuando llegó la hora de lanzar...

sus ojos estaban atónitos

- En el blanco...- susurró- diste en el blanco ala primera.

No se engañen, yo también sentía que mis ojos se iban a desorbitar, la adrenalina recorrió mi pecho hasta llegar a la flecha, sentía que ella era una extensión de mi.

- Después de todo, no eras tan inútil

Entorné los ojos y la miré cansado

                                                            *                    *                   *

 - Vengan.- dije arrastrando a mi hermana por el campo, estábamos en el crepúsculo del día y como un niño, quería mostrarles mi nuevo gran don.- No seas amarga fueguito

Sol rio y Luna levanto una ceja

- ¿Ahora eres una cría humana?- Sol sonaba divertida

- Una muy berrinchuda.- aseguro la loca

- ¿Por qué estamos en el campo de entrenamiento? ¿Quién fue el loco que te permitió usar un arma?- Gruñí ante la exageración de Gio

- De seguro yo no- afirmó Luna

 Cuando estuve a punto de subirme a la lenta y tediosa plataforma, Sol me tomó fuerte la mano y me ayudó a subir, gesto que agradecí. Igual hizo Luna con Gio

 Tome a mi nuevo amigo y me posicioné tal y como Mesra me había indicado horas antes

serle fiel al rey

Les contaría lo que escuche luego de esto, como ultimo momento de la semana tranquila que por milagro había transcurrido

Permití que mi respiración se serenara, y con el ultimo suspiro la flecha partió, cayendo nuevamente en el objetivo.

 La cara de Sol y Luna mostraban una sonrisa, en cambio la de Gio mostraba absoluta sorpresa. Aplaudieron ante mi Azaña y me dijeron algunos comentarios de aliento.

- Yo también quiero intentar!!!!- Si, ambos hermanos éramos unos niños.

Nos dirigimos a buscarles mas arcos entre risas, para poder juguetear un rato más 

                                                      . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 


HOLIIII, PERDON POR EL CAPITULO TAN CORTO. AUN ASI QUERÍA EMPEZAR A SUBIR CAPITULOS MAS SEGUIDO <3<3<3<3<3 Y POR AHORA ESTE ES EL QUE PUEDO OFRECERLES 

Raíces ensangrentadas, una historia de Sol y LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora