Capítulo 10: Triwizard Champions and making friends

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Harry acababa de llegar del ala del hospital; Luna se sentía mal, así que tenía que mantenerse contento. Para ser totalmente sincero, estaba completamente desconcertado por los Ravenclaw. Los conocía desde hacía cuatro años, nunca le habían dirigido la palabra... sin embargo, desde aquella clase en la que soportó la maldición Imperious todo había cambiado. Se sentía más cómodo hablando con los más jóvenes que no le habían hecho nada. Ahora mismo estaba lidiando con la confusión al levantarse temprano y se encontró caminando hacia las cabañas cercanas al campo de quidditch. Sacó una de las viejas escobas del colegio y decidió volar. Hacía mucho tiempo que no volaba, sabía exactamente cuándo: el día en que lo atrapó McGonagall. Que luego se dio la vuelta y cedió su puesto a su hermano: Nick.

No se dio cuenta de que tenía compañía hasta que voló veinte minutos después.

-Eso fue un buen vuelo, ¿juegas para tu escuela?-, preguntó un chico con acento búlgaro, que Harry supo que era Víctor Krum. El chico que había atrapado la snitch a principios de ese año durante el Mundial de Quidditch.

-No, es sólo la segunda vez que me subo a una escoba. Apuesto a que no se parece en nada a tu forma de volar, estuviste brillante, el clavado que hiciste fue impresionante-, dijo Harry. No lo dijo a bombo y platillo ni miró a Krum con asombro. Sólo estaba constatando un hecho que a él, a diferencia de la mayoría de los alumnos de Hogwarts, no le importaba que Krum fuera famoso. Era un mago de diecisiete años y eso era todo. De hecho le gustaba más Krum que Nick, Krum se había ganado su fama.

-Gracias-, dijo Krum sorprendido. Normalmente lo acosaban y le pedían autógrafos, especialmente las chicas. No le gustaba la atención que suponía jugar al Quidditch profesionalmente. Este chico era la primera persona que lo trataba con normalidad y era un buen cambio.

-¿Están tus padres orgullosos de ti?- preguntó Harry sentándose en el verde y frondoso césped que nunca parecía crecer.

-Por supuesto-, dijo Krum mirando a Harry un poco extrañado.

-¿Tienes hermanos y hermanas?- preguntó Harry ladeando la cabeza.

-Sí, una hermana pequeña- dijo Krum, obviamente este chico no estaba obsesionado casi todo el mundo sabía que tenía una hermana. Había muchas fotos en las revistas con ella y sus padres.

-¿Cómo la tratan?- preguntó Harry con curiosidad.
-Ella se lleva toda la atención mientras yo estoy en el colegio, escribe sobre todos los lugares que visitan- dijo Krum sabía que había algo más detrás de la pregunta. Se dio cuenta de que los ojos del chico parpadeaban. Eran hermosos; el chico era así, especialmente sus ojos.

-Qué bonito- sonrió Harry, llegó a sus ojos, pero sus ojos contaban una historia diferente. Estaban llenos de dolor no había necesidad de adivinar lo que estaba pensando de todos modos.

-Entonces, ¿quién eres?- preguntó Krum observando al adolescente con atención. Había visto dolor en esos ojos, no era lo que esperaba ver en un estudiante de la escuela. Ese es el tipo de dolor que se ve cuando pierdes a toda tu familia de una sola vez: desesperanza desoladora.

-Harry Potter-, suspiró Harry medio preparándose para la siguiente pregunta.

-Ah, bueno, es un placer conocerte Harry Potter, quizás podamos conocernos mejor- dijo Krum con su acento haciendo más difícil que las palabras salieran bien. Tenía la mano extendida, esperando que Harry le diera la mano.

Harry miró a Krum y lo pensó, ¿valía la pena hacerse amigo de alguien famoso? Ya lo acosaban por Nick todo el tiempo. Sería lo mismo si se hiciera amigo de Krum. Un suspiro salió de sus labios, quería alguien con quien hablar además de Luna. Quería a Luna, no lo entiendan mal, pero no era lo mismo que tener a alguien mayor con quien hablar. Le encantaban sus conversaciones con Eileen, tal vez eso llenaría el vacío. Extendió su propia mano y la estrechó, y así nació una amistad.

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