INVISIBLE

Capítulo 72: A Peculiar happenstance

Mansión Potter - James, Lily y Albus Dumbledore.

-James, ¿cuál es el problema?- preguntó Dumbledore, atravesando las llamas y entrando en la Mansión Potter. Al menos este verano no tendría que convencer al Wizengamot de que permitiera a James y Lily quedarse en Hogwarts de nuevo. No estaban contentos con sus peticiones durante dos años seguidos, lo cual era poco. Había tenido que intercambiar favores y exigir los suyos a su vez para lograrlo. En realidad no le había importado, ya que así se aseguraba de que Nick estuviera a salvo dentro de los pabellones. Mirando a su alrededor, frunció el ceño confundido; Lily estaba sentada en el sofá prácticamente catatónica. Esperaba que no lo hubieran traído aquí por una discusión que estaban teniendo. No sería la primera vez que James y Lily no estaban de acuerdo con algo, o que le pedían consejo. Desgraciadamente, estos días estaba demasiado ocupado tratando de lograr todo lo que tenía que hacer en un corto espacio de tiempo. No ayudaba que no pudiera ponerse en contacto con Severus, Eileen simplemente le había dicho que Severus había salido. Lo mismo cinco horas después, a la hora de la cena, o ella le mentía o Severus estaba fuera en algún lugar, quién sabe dónde. Tenía que averiguar qué le había hecho a la piedra de la resurrección.

-Hay algo... peculiar que le ocurre a la magia de Lily-, dijo James, con las cejas fruncidas mientras intentaba atar cabos él mismo sin la ayuda de nadie. Como auror había oído y visto muchas cosas, pero esto le desconcertaba... la magia no dejaba de funcionar sin motivo. No ha dejado de funcionar, se recordó a sí mismo con severidad, sólo se trataba de ciertos hechizos, y dos habían funcionado bien, uno lo vio y el otro Lily dijo que lo había hecho.

-¿Peculiar? ¿Te importa explicarlo?- preguntó Dumbledore desconcertado mientras miraba entre ellos, al menos su mente se había alejado de Severus y su desaparición.

-La magia de Lily... bueno, no hay una forma fácil, profesional o racional de decir esto, está actuando de forma extraña. Puede lanzar ciertos hechizos, como el de invocación. Sin embargo, cuando trató de lanzar un hechizo de primer año... no funcionó ni reaccionó de ninguna manera... el encantamiento de levitación simplemente no le funcionó-, dijo James, -Sé que es difícil para la gente que sale de Azkaban construir su magia, pero no he oído de alguien que no pueda lanzar una cosa y que lance otra con éxito-.

-Ya veo lo que quieres decir con peculiar- dijo Albus pensativo, acariciándose la barba mientras se sentaba, teniendo que hacerlo él mismo ya que ni Lily ni James tuvieron la decencia de pedirle que se sentara, como todo buen anfitrión. -¿Lily?- llamó después de pensarlo unos minutos.

-¿Lily?- volvió a llamar con más firmeza cuando la mujer no respondió.

-¿Si?- graznó Lily, saltando de alegría mirando fijamente a Dumbledore, con sus ojos verdes abiertos de par en par de puro miedo no adulterado. Nadie podía culparla, había sido mágica toda su vida, conocía la magia desde los ocho años y la practicaba desde los once. La idea de perder su magia era demasiado para soportar, en realidad para cualquier persona. -¿Puede el Ministerio detener tu magia?-, preguntó, desesperada por que fueran ellos y no algo que nunca descubriría.

-No, las ataduras mágicas son ilegales-, dijo Albus tranquilizador, tratando de calmar a la aterrorizada bruja, entendía perfectamente por qué estaba tan asustada.

-¿Ataduras mágicas? ¿Podría ser eso lo que me ha pasado?- preguntó Lily con los ojos muy abiertos.

-No, te quita toda la magia, no sólo la limita, y menos aún a ciertos hechizos- respondió Albus, de eso estaba seguro. No lo entendía; no podía decirle a Lily lo que había pasado. Aunque algo le rondaba la cabeza, como si algo familiar le hubiera ocurrido antes... pero ¿cuándo? No podía recordarlo del todo; debía de hacer mucho tiempo. Tal vez preguntar por ahí podría resultar informativo, Merlín ¿por qué había sucedido esto ahora? Ya tenía mucho que hacer.