INVISIBLE

Capítulo 65: Healing

James se puso apresuradamente la túnica de Auror, no quería llegar tarde al trabajo, cosa que ocurriría si no se ponía las pilas. Estaba agotado, entre los constantes ataques, la enseñanza a su hijo, el intento de pasar tiempo con Roxy durante el día y sus sueños llenos de pesadillas. Desde que se había dado cuenta de que estaba equivocado, sus sueños estaban llenos de todas las cosas que le había hecho a su hijo. Luego, las pesadillas de su esposa tratando de maldecir a su hijo, aún después de casi un año, no podía creer lo que ella había hecho. La había apoyado por el bien de sus hijos, y de la mujer que amaba que, con suerte, seguía ahí dentro. Lily había cambiado, no había sido capaz de soportar el estrés en absoluto, tratando de mantener el dinero, comprar una propiedad. Había tenido una vida muy protegida, entre que sus padres le daban todo lo que quería y que James podía mantenerla hasta hace unos años... no era de extrañar que no pudiera lidiar con ello. Bajando corriendo las escaleras se sentó y tragó apresuradamente su desayuno. Los elfos de la casa vigilaban a Nick y a Roxy mientras él trabajaba, manteniéndolos alejados de los problemas, también les hacían el desayuno, la comida y la cena más tarde ya que su horario era un poco heterodoxo en este momento.

Agarrando los periódicos, leyó el Diario El Profeta de la mañana de ayer, no se sorprendió de ver los ataques en el periódico más. Afortunadamente entre los aurores y los inefables habían frustrado dos de ellos, Voldemort estaba cada vez más activo. Esto significaba que cada día moría más gente. Por suerte esta vez no tenía a los Dementores de su lado. Ya que no podían salir de la isla. Entre las nuevas protecciones colocadas en Azkaban y el Encantamiento Fidelus era lo más seguro que podía haber en cualquier lugar.

Le dio una lectura superficial, antes de pasar al siguiente papel, sorprendido de ver una adición especial, no ocurría a menudo. Inmediatamente se arrepintió de haberse comido aquella salchicha, ya que se le atascó en la tráquea, tosiendo y dando golpes en el pecho tratando de desalojar el trozo de comida. Boqueando violentamente, con lágrimas en los ojos, hasta que finalmente la obstrucción fue regurgitada y pudo volver a respirar. Tomando grandes bocanadas de aire, frotándose la garganta, Merlín eso había dolido. James se bebió entonces toda la copa de zumo de calabaza, evitando el café, le dolía demasiado la garganta. 

Apartando la comida, puso el periódico sobre el escritorio y comenzó a leerlo sintiéndose inútil. ¿Por qué siempre era el último en enterarse? Se trataba de su hijo, se hubiera desheredado o no, maldita sea, deberían haberle informado. Mordiéndose el labio, sus ojos iban de un lado a otro asimilando toda la información de la que disponía. El problema era que no había suficiente información. ¿Cómo estaba Harry? ¿Se estaba recuperando? ¿Estaba en San Mungo? Tirando el periódico a un lado, abrió la edición de esta mañana del Diario El Profeta y comenzó a leerlo, pero desgraciadamente no había nada en absoluto sobre Harry.

Al segundo siguiente, James se puso en pie y se dirigió a la sección de urgencias de San Mungo, ya que era el único lugar en el que se podía aparecer ahora. La seguridad alrededor de San Mungo se había duplicado, gracias al fuerte debate de Neville Longbottom sobre el tema. Tampoco eran sólo pabellones, había cinco guardias de seguridad rodeando la zona.

-Buenos días Auror Potter, ¿en qué puedo ayudarle esta mañana?- preguntó la secretaria mirando al hombre con curiosidad.

-¿Puede decirme si mi hijo está aquí?- preguntó James ignorando su saludo, demasiado preocupado como para preocuparse por las necesidades.

-No hay registro de Nick Potter aquí- dijo ella, mirando su lista de pacientes que tenían en ese momento.

-No, Harry Po...Peverell- dijo James haciendo una mueca de dolor, no podía acostumbrarse a eso.

-Me temo que no-, dijo ella una vez más tras consultar la lista.

-¿Lo están tratando en casa entonces?- preguntó James, -Estaba malherido... salió en el periódico-.